domingo, 14 de febrero de 2010

Palacio Piria: Un gigante olvidado

Adquirido por Francisco Piria a principios del siglo XX, el imponente palacio de Ensenada hoy está en ruinas y se encuentra alambrado por peligro de derrumbe. Su perfecta fachada recuerda a otra época, y a los sueños inconclusos de un ambicioso proyecto que quiso darle mayor atractivo turístico a las costas de Punta Lara.

A pesar de su marcado deterioro, la estructura del Palacio Piria aún conserva un remoto esplendor. Columnas palaciegas con detallados sobrerrelieves, dos escaleras monumentales en la entrada, arcadas, finos detalles de categoría y paredes, que a pesar de estar descascaradas mantienen un destacado color blanco.

A principios del siglo pasado, esta imponente construcción, ubicada en Camino Costanero Almirante Brown entre 26 y 40, de Ensenada, albergó los sueños de un emprendedor foráneo que soñó a lo grande, y quiso hacer de las costas de Punta Lara un lugar de descanso similar, y hasta superior, a Piriápolis en Uruguay.

Sus orígenes se remontan a 1827. En ese momento Luis Castells -cuyas tierras se extendían desde Villa Elisa hasta el Río de La Plata- pasó a ser propietario de la Estancia Punta Lara.

En 1907 comenzó la construcción del palacio y su finalización ocurrió en 1910. Entre otras cosas, el edificio contaba con playa privada y era frecuentado por importantes personalidades de la época, como el general Julio A. Roca.

Transcurridas las dos primeras décadas del siglo XX, la monumental edificación fue adquirida por el rematador uruguayo Francisco Piria con el propósito de transformar la zona en un importante balneario.

Con su llegada, Piria introdujo algunos cambios en el Palacio. Por ejemplo, las habitaciones del primer piso fueron revestidas con madera tallada por artistas uruguayos. También emplazó el “salón de los Espejos”, ubicado en la sala central de la casa decorado con finos espejos biselados. Además, decidió cambiar los herrajes que había por otros de bronce trabajados a mano.

La estadía palaciega de Piria se extendió hasta los años ‘30. Debido a sus desavenencias con el gobierno provincial de la época, el inversor extranjero decidió abandonar su ambicioso proyecto turístico para las costas bonaerenses de Punta Lara.

En 1947, el palacio y las 141 hectáreas que lo rodean, pasaron a manos del gobierno provincial por donación de la familia Piria, para uso residencial de los gobernadores. Pero, finalmente, este destino no se concretó.

Durante algunos años allí funcionó una colonia de vacaciones para niños huérfanos. Fue cedido a la municipalidad de Ensenada, que finalmente perdió sus derechos por no poder hacerse cargo de su recuperación.

En la actualidad, la mansión está literalmente convertida en un depósito de escombros y se encuentra cerrada con alambre de púa por peligro de derrumbe.

El legado

Francisco Piria nació el 21 de agosto de 1847 en Uruguay, Montevideo. A lo largo de su vida fue empresario, político y militar.

Hijo de inmigrantes genoveses -Lorenzo Piria y Serafina de Grossi-, Francisco realizó sus estudios en Italia y volvió a Uruguay a los 16 años para enrolarse en el ejército.

En su juventud se desempeñó en múltiples oficios y se destacó especialmente como rematador. El 25 de diciembre de 1866 se casó con Magdalena Rodino y juntos tuvieron cuatro hijos.

Luego de un viaje a Europa, Piria volvió con la firme idea de explotar turísticamente las costas uruguayas. En el año 1890 compró 2.700 cuadras de campo, donde finalmente fundaría el balneario de Piriapolis.

Del lado uruguayo, Piria levantaría un esplendoroso castillo en el año 1897. Convertido en su vivienda particular, el imponente inmueble tenía un extenso parque con fuentes y numerosas estatuas. A su vez, contaba con una frondosa vegetación compuesta por una gran variedad de especies exóticas.

La arquitectura de este edificio presentaba una mezcla de estilos renacentistas. Sus salones principales estaban revestidos con empapelados importados donde resaltaba principalmente el color dorado.

También tenía molduras de yeso revestidas con dorado a la hoja, pisos de pinotea y muebles de estilo Luis XV.

A lo largo de su vida, Piria se dedicó a invertir capitales para hacer de Piriapolis uno de los principales atractivos turísticos del vecino país uruguayo. Del lado de enfrente, las ruinas de su viejo Palacio quedaron como emblema de un sueño truncado.

Importante Hotel

Además de un magnífico palacio, y otras importantes edificaciones, Francisco Piria construyó uno de los hoteles más gigantescos de América del Sur.

Con un elevadísimo costo para la época, que rondaba los 5 millones de pesos, el rematador uruguayo levantó el Argentino Hotel en Piriápolis.

Su piedra fundamental fue colocada en 1920 por el presidente Baltasar Brum y fue finalmente inaugurado el 24 de diciembre de 1930.

La edificación tiene 120 metros de frente, 70 de fondo y 6 plantas, habiendo llegado a albergar en aquella época a 1200 personas.

En el piso de abajo ya estaban previstas las primeras instalaciones para el uso de la talasoterapia, con duchas y bañeras para baños fríos y calientes de agua de mar, sección de gimnasia eléctrico-sueca, salones de peluquería, manicuría y otros. Para su acondicionamiento, Piria trajo lencería de hilo de Italia, vajilla de Alemania, cristalería de Checoslovaquia y mobiliario de Austria.

Fuente: Hoy

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola soy vecina de punta lara muy cerca del palacio de piria seria tan lindo que lo pudiesen restaurar es tan bonito que se podrian hacer muchas cosas tambien ayudaria mucho para la zona turistica es un edificio historico para nosotros OJALA PUEDAN HACER ALGO POR NUESTRO PALACIO GRACIAS

luis dijo...

Hola, soy luis de San Telmo,El Palacio lo conozco por dentro, tube la oportunidad de subir hasra la terraza, cada habitacion chimenea, y tambien tenía una habitacion empapelada con vivos dorados, estube en 2003, ya muy arrumbrada, tambien se comento en Punta Lara que se uso como centro clandestino de la epoca oscura de Argentina, Creo que a Piria lo quisieron Trampear, por eso abandonó el proyecto buenisimo que tenía y se fué, como le fué bien en los otros negocios?