martes, 2 de febrero de 2010

Designaciones y obras a toda máquina en el Teatro Colón

Una recorrida por el interior del teatro para ver las obras del histórico edificio - . Foto:Fernando Massobrio LA NACION

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Por Alejandro Cruz
De la Redacción de LA NACION

En una reciente recorrida por las obras en el Teatro Colón, el ministro de Desarrollo Urbano Daniel Chain, responsable político de la restauración y renovación tecnológica del emblemático edificio, afirmó que en estos momento hay más de mil personas (entre profesionales, obreros y artesanos) trabajando en la puesta a punto del teatro.

El funcionario sostuvo que entre fines de este mes y principios de marzo comenzará el progresivo abandono de operarios para permitir el ingreso del personal del teatro. La fecha de apertura sigue siendo el 25 de mayo. Los palcos de la sala principal están terminados y a varios metros de allí se trabaja en el telón histórico.

"Me gusta más estar en la obra que en mi escritorio", dice Chain durante la visita a los lugares más simbólicos. Para referirse al pasado del edificio del Colón repite dos términos: "desidia y abandono". Pero como la fecha para la reapertura ya entró en tiempo de descuento, el funcionario se entusiasma con los pasos que siguen. En ese sentido, cuenta que ya se hicieron algunos estudios acústicos que están dando buenos resultados. Esos estudios, como parte de las 1300 fichas que dan cuenta de los procedimientos adoptados en materia de restauración, serán publicados en un libro que editará la Universidad de Buenos Aires y que daría cuenta de este largo proceso del Master Plan, con sus dos versiones, que ha despertado varias objeciones.

En ese sentido, en los próximos días se dará a conocer el informe elaborado por el juez Guillermo Scheibler a partir de la demanda presentada por los trabajadores de la sala. Ellos, en diciembre, presentaron una medida cautelar en la que denunciaron la supuesta falta de cuidado del patrimonio de la sala y cuestionaban los trabajos que se estaban llevado en el edificio histórico. Cuando se le pide al ministro que interprete la razón de esas críticas, su opinión es tajante: "Yo no me dedico a destruir. La gente que plantea la situación desde la contraria, desde pinchar en vez de apoyar; allá ellos. En ellos no hay una búsqueda de lo mejor, y yo no puedo hacer una obra de esta magnitud escuchando a todo el mundo porque, si no, no hago la obra".

Como se siente orgulloso del trabajo que se está realizando, piensa realizar un congreso internacional con los que hicieron tareas similares en otras partes del mundo para compartir la experiencia. "O sea, vamos a hacer las cosas en serio. No del chamuyo para afuera. Nosotros no somos irritadores profesionales. El punto está en que hay gente que habla, pero no seriamente. Hacer de una obra de esta magnitud un congreso permanente es imposible. Por eso solemos invitar a las instituciones, a las comisiones correspondientes y al periodismo a que recorra el teatro, y también está el centro vivencial para sacarse dudas", apunta el ministro, que este año dispone de 70 millones de pesos para las obras en el Colón. Este emprendimiento es, junto con el arroyo Maldonado, la obra más importante del gobierno actual.

Mientras habla, un ejército de silenciosos artesanos y profesionales especializados en restauración trabaja en estucos, pule a mano el piso de la sala central o agudiza su vista para desentrañar el color de una moldura. Ellos encaran un tipo de trabajo casi sin tiempo, pero que, casi como una gran paradoja, debe concluir el 25 de mayo.

Fuente: La Nación

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