miércoles, 10 de febrero de 2010

Así da gusto

A través de la conjugación de grandes actrices cómicas argentinas como Tita Merello y Niní Marshall, Ana María Bovo crea a Olinda y rinde tributo a la comicidad femenina de nuestros escenarios.

Hay distintas formas de hacer humor, alguien por ahí dirá que están los cómicos que realizan chistes con las diferencias o defectos de un tercero, son protagonistas muchas veces quienes conviven con la característica de ser petiso, gordo o el que tiene algún defecto motriz, ese será el protagonista del bien querido en una fiesta contador de chistes. Entretenedor de veladas y muchas veces convocado para que la fiesta o reunión no se convierta en un encuentro aburrido. Por otro lado están los cómicos que con un poco más de elaboración y calidad en la narración se ríen con el público presentando alguna historia o anécdota, sin exponer ningún personaje en particular, es decir, sin mofarse de terceros. Es el humor reconocidos por los entendidos como el más difícil de llevar a cabo.

En Así da gusto, Ana María Bovo desafía a las formas de hacer reír y además rinde tributo a la comicidad femenina de nuestros escenarios. El espectáculo revaloriza las figuras femeninas de Sofía Bozán, Tita Merello, Lola Membrives, Nélida Roca y Nélida Lobato. Pone el acento -además de en la ya muy homenajeada Niní Marshall- en la capocómica Olinda Bozán. Todas ellas reconocidas en la labor actoral de Sofía “la negra” Bozán, figura mítica del espectáculo porteño, unida al Teatro Maipo donde trabajó entre 1934 y 1954. La llamaron “El alma del Maipo”. La inolvidable Tita Merello y la muy recordada -al ojo del espectador- por sus curvas, Nélida Lobato, quien supo consagrarse como actriz, bailarina y vedette argentina.

La intérprete y creadora del espectáculo, Ana María Bovo, presenta a su nuevo personaje, Olinda Petrungaro, y propone un punto de quiebre en el teatro cómico: a los gags visuales del cine mudo y al ritmo verbal de los capocómicos les aporta una mágica inocencia y la agudeza de su mirada.
Olinda, asistente de vestuario -hija y nieta de dos jefas de ese departamento en la misma sala-, cuenta una larga serie de anécdotas ocurridas en la historia del mítico teatro y que tienen como protagonistas a algunas de sus más famosas estrellas.

Debe hacerlo para ganarse unos pesos extras para financiar un viaje que desea desde hace tiempo: visitar un volcán en erupción Este personaje creado por Bovo lleva años viviendo en las entrañas del teatro Maipo. Tiene calle: la calle que dan las luces, las plumas, los artistas, las peleas de cartel. Saldrá de su encierro para subir a escena, para que la escuchen, para ser mirada. Tiene mucho, mucho, que contar al espectador que se acerque para pasar un buen momento. Anécdotas y datos recogidos de la época de Merello, Lobato, Roca y Marshall, que por momentos parecen sacados de una historia de estos tiempos, donde los pasillos de un teatro de revista arden de las pasadas, idas y venidas de sus artistas. Donde en cada cruce se mezclan el ego, el baile y la persona que habita en el interior del artista que carga con esas plumas o con ese vestuario.

La interpretación que realiza Ana María Bovo está más que acorde con la jerarquía de donde proviene su formación, es docente, fundadora y directora de la Escuela del Relato. Una institución única en su género que toma como modelo estético a las narradoras y narradores espontáneos, cotidianos. Por eso la no sorprende la forma de narrar de Olinda, que carga con lo destacable de la excelente narradora argentina. Como en alguno de sus otros espectáculos, la autora y actriz combina los recursos propios de la actuación con detalles de narración muy entrañables para el imaginario de la gente, como son los pasajes de ciertas películas inolvidables.

Su Olinda es una criatura deliciosa, una suerte de Gelsomina algo ingenua en el amor, pero llena de picardía en la observación de las conductas ajenas y dueña de una información abundante y sabrosa. Este personaje cautiva al público desde su sola presencia en el escenario y la interpretación la corona como una gran cómica arriba del escenario, sin golpes bajos y menos aún de mofarse de terceros para dar vida a su personaje de humor.

Verónica Córdoba

Ficha técnica

Dramaturgia y dirección: Ana María Bovo
Diseño de iluminación: Gonzalo Córdova
Diseño de vestuario: Sofía Di Nunzio
Asistente de dirección: Alejandra Montero
Producción ejecutiva: Alejandra Montero, Lourdes Lávaque
Funciones: viernes y sábado 20.30 hs, en Maipo Club Esmeralda 449 2do Piso, Capital Federal.

Fuente: Hoy

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