viernes, 14 de agosto de 2009

Sospechosos de ilusión

Poesía en movimiento

Se estrenó Corazonada con la dirección del reconocido teatrista Gerardo Hochman, que para su realización se basó en una selección poemas de Oliverio Girondo

Nacer, crecer y morir es lo que hacen las plantas, los pájaros. El hombre también, salvo que en el transcurso de un momento al otro tenemos el privilegio de enamorarnos, de atarnos a estructuras, de convivir con alguien de nuestra especie, de entrar en crisis existenciales, y podría así seguir la enumeración hasta hacerla interminable. Todas y cada una de las vivencias las adornamos para hacer el pasaje más entretenido. No falta el dramatismo, de vez en cuando alegría, angustia, cansancio y la protagonista y anhelada pasión. Con estos condimentos, la vida se dirige para llegar al espectáculo de la deserción y caducidad, como los árboles y perros o el ser vivo que elijan.

Corazonada está basada en textos de Oliverio Girondo, destacado poeta argentino cuya escritura se caracterizó por vanguardista, sin temor a incorporar a su visión lo que un lirismo acaramelado considera “feo”. Pero ese “feísmo” no es otra cosa que amor hacia todas las formas del mundo, fuera de sus connotaciones humanas, en su pureza primordial. Ante el trágico resplandor de la existencia, las convenciones estéticas se resquebrajan, Girondo tiene el mal gusto de moverse como un animal inocente, el mal gusto exultante de llegar hasta su propia desnudez, en el desamparo sin límites del ser.

A partir de los textos de Girondo, Corazonada es un camino hacia la caducidad, con su inevitable encuentro con lo artificial. El tránsito hacia lo terminal está humanamente relatado. Con pasajes de alegría, angustia y risas. Ganas de matar de morir y amar. También existen paradas en lo natural que entran en cortocircuito con lo impuesto o establecido por otros humanos. El final del camino es anunciado desde el comienzo como un presagio, sin embargo la intensidad con la que es desarrollada la historia deja por unos minutos esa idea y se sumerge en la creación humana del amor, el odio y la intuición. Con la premonición como flotando en aire y que en algún momento se hace presente. El objetivo es sostener el desenlace irremediable de la existencia humana.

La puesta en escena es estridente: el rojo pasión y negro lúgubre son protagonistas del movimiento constante de los actores, que realizan un despliegue apasionado. Hay destreza, canto, música, baile coordinado. Una historia de amor, simple y natural en un primer momento, que luego el desgaste y el correr la vuelven compleja y turbia.

Los actores salen, entran, corren, en algunos momentos con objetos. Crean imágenes que simulan similitud con el pestañeo, como el flash cuando sale de la cámara fotográfica, algunos duran unos instantes otros un poco más, así la continuidad de la historia se hace espontánea. Corazonada sucede de manera ágil, rápida, entretenida. Se asemeja -en cierto modo- a lo que vemos en cine: es casi multimedial. Tanto que el espectador se encuentra con ese desenlace anunciado en el comienzo, de forma abrupta y sorpresiva como puede representar la idea de que lo natural va mutando, adquiere rasgos de artificial, para sostener una ilusión que, con el desgaste, llega a la deserción y caducidad.

Hay en ellos una manera particular de sacar a la realidad de sus moldes, de sorprenderla en gestos imprevistos, a tal punto que lo cotidiano se convierte en una sorprendente novedad. De eso ha de tratarse la poesía, y el teatro también.

Verónica Córdoba

Ficha técnica:

Elenco: Marcelo Allegro, Diego Aroza, Alejandra Bignasco, Pablo De la Fuente, Oscar Ferreyra, Martín Kasem, Carolina Painceira, Gustavo Portela.
Música original: Diego Madoeri. Vestuario: Kity Di Bartolo. Escenografía: Julieta Sargentona. Asistencia de dirección: Laura Otero. Dirección general: Gerardo Hochman.

Oliverio Girondo en palabras del director

“De él como persona, conozco casi nada. Apenas lo que pude leer en alguna biografía. No sé cómo fue como padre, como esposo, como hijo. Desconozco qué método de trabajo acostumbraba usar y de dónde rescataba sus imágenes. De todas maneras es su obra la que me conmueve. Descubro, cada vez que lo leo, que nos une un enorme placer por el juego.

Detecto en sus textos el regocijo que le proporciona la posibilidad de utilizar su lenguaje con total libertad y me siento identificado. A él le gusta jugar con las palabras. A mí con los movimientos en el espacio. A los dos nos gusta combinarlos, trastocarlos y enredarlos para que de esa ensalada surja un nuevo sentido... Inesperado. A él le gusta inventar universos poéticos a través de los significados y los sonidos de los verbos.

A mí me gusta generar imágenes que sólo puedan suceder en el teatro. Hace mucho que tengo ganas de abordar sus textos y hacerlos vibrar en un escenario, porque sus versos me atraviesan, me resuenan, me cuestionan, me reflejan. Su discurso atrevido, irreverente y original me convida a traducir la emoción que me produce. Por todo esto, aquí va nuestra Corazonada. Una selección de sus poemas puestos en movimiento”.

Funciones:
Viernes a las 14, 21 y 28 Sábados a las 15, 22 y 29 a las 21.
En el Teatro Armando Discépolo 12 entre 62 y 63.
Entrada General: $ 12.
Descuento: $ 8.

Fuente: Hoy

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