sábado, 29 de agosto de 2009

El platense que ganó el Cóndor de plata al corto de animación

Foto: Patricio Plaza

Recibieron El Annecy, en Francia

El empleo, el cortometraje producido por Santiago Bou Grasso y Patricio Plaza, ya lleva más de 44 premios, entre los que cuentan 25 menciones internacionales y 19 nacionales. El último reconocimiento fue el Cóndor de Plata como mejor cortometraje nacional.

"Ahí quedamos seleccionados entre otros cuatro cortos. Pero uno de los mayores reconocimientos fue en Francia, donde nos dieron el premio FIPRESCI de la Federación Internacional de Críticos de Cine en el Festival Internacional de Animación de Annecy, el festival de animación más importante del mundo".

Desde octubre del año pasado, el corto viene recorriendo varios festivales y escenarios internacionales. Sin embargo, no queda mucho resto para presentarlo en nuevos sitios: "Las autoridades de los festivales te exigen que el corto haya sido realizado con dos años de antigüedad. Por eso no nos queda mucha vida con El Empleo, igual ya lleva muchísimas menciones", remarca Patricio Plaza, uno de los gestores principales de este proyecto que tuvo sus raíces en la ciudad de La Plata y también en San Carlos de Bariloche. Con Santiago trabajamos a distancia, él desde Bariloche y yo desde acá. Nos juntamos a unificar lo realizado en un cierto momento, pero si no, nos manejamos así.

–¿Qué significa este reconocimiento como el Cóndor de Plata?

–Es como la frutilla del postre de todo lo que hicimos hasta ahora. Es el reconocimiento de la agencia de cronistas. Y a nivel nacional es uno de los reconocimientos más importantes. Fue elegido como el corto del año entre cuatro otros que estaban nominados. Por mejor cortometraje había cuatro postulados, es como una especie de Martín Fierro del cine.
Después ganamos el Annecy, en Francia, que a nivel internacional es el festival más grande. Pero no fuimos porque no teníamos plata para viajar. En realidad, en Francia se sorprendieron porque fue la primera vez que gana un corto argentino. Es un orgullo, lástima que no pudimos ir por los costos.

–¿Pero los reconocimientos no se trasladan a un plano económico?

–Es un reconocimiento, pero para producir necesitás otras cosas. El INCAA y el Fondo Nacional de las Artes son los organismos que te pueden ayudar para obtener una beca, pero se complica conseguirla. Ahora la estamos tramitando pero tarda un tiempo. Pero el INCAA está más abocado al tema de los documentales y largometrajes y la legislación con la que se maneja es arcaica. En ese sentido se complica, pero igualmente uno tiene que seguir laburando y buscando la manera de hacerlo sin tener que estar todo el tiempo parando para buscar la financiación. El trabajo de la animación implica también esto y te desgasta mucho. Es una lástima porque uno tiene que recurrir a países de afuera para hacer algo acá. Ya que estamos representando al país, es lógico que te ayuden desde tu lugar.

–¿En qué están trabajando ahora?

–Estamos haciendo un corto que se llama "Padre", que habla sobre una mujer que es hija de un militar y está contextualizado en los inicios de la democracia. Está bueno desde la animación meternos en temas que tienen que ver con nuestra identidad, con nuestra historia o cultura. El corto son muñecos con animación en stop motion (son fotogramas seleccionados cuadro a cuadro, dando la sensación de movimiento). Son 24 imágines por segundo y en cada fotograma vamos moviendo los personajes para dar la sensación de vida.

Fuente: Diagonales

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