domingo, 30 de agosto de 2009

La historia de llorar por el amor que fue

María Merlino, brillante protagonista de la obra

Tu eres para mí, de Mariana Obersztern. Con Santiago Gobernori, María Merlino y Susana Pampín. Vestuario: Carolina Langer. Escenografía: Dino Bruzzone. Iluminación: Gonzalo Córdova. Sonido: Fernando Kabusacki. Dirección: Mariana Obersztern. Sábados, a las 21, en El Portón de Sánchez. Duración: 60 minutos.

Nuestra opinión: buena

Cierta rutina amatoria de Elizabeth llegó a su fin. César, su ex, está por irse a vivir con otra y se desata el caos. Sola, en su casa, toma el teléfono. "Hola César. Sos un cerdo... Porque sí, porque sí. No tengo que darte explicaciones". Cuelga. Piensa. Vuelve a llamar. "Hola, César. Vos sos el que tiene que saber [el motivo]. No me hagas pensar a mí lo que no quiero pensar, no me hagas pensar lo que no quiero pensar... Te voy a colgar, César... Te voy a colgar.". Y cuelga.

Elizabeth habla en tono neutro, desafectado, sin inflexiones de voz y sin cambios corporales. No sólo ella: César también. No sólo ellos dos: Alicia, amiga de Elizabeth, es otra critatura que parece estar por fuera de las pasiones y que, para colmo, debe lidiar con otra separación. "¿César? Sos un porcino hediondo... Un vividor... Un tránsfuga de la vida... ¡Voy a colgar!". Y cuelga, obvio. La sucesión de hechos enumerados quizá sirva al lector para entender el tránsito de este corazón partido que no encuentra razones.

Los tonos neutros de Elizabeth contrastan con esos textos desbocados escritos por Mariana Obersztern, autora y directora de Tu eres para mí. De esa forma, se instala en el escenario un signo de comicidad sumamente efectivo que María Merlino, la protagonista, maneja a la perfección apelando a una paleta casi minimalista. Ese mismo registro está presente en las sólidas actuaciones de Santiago Gobernori, como su ex, y de Susana Pampín, su amiga; y en el diseño espacial ideado por Dino Bruzone. Recién al final la directora se permite jugar con un signo más recargado que incluye al bolero que da título al trabajo.

La maquinaria escénica que plantea Obersztern tiene momentos impecables en los que demuestra una efectiva cohesión entre las partes que hacen a la obra. De todos modos, a contramano de sus trabajos anteriores (desde Dens in dente hasta El aire alrededor ) puede ser que no sorprenda a los que conocen sus otras obras. Es más, Tu eres para mí parece estar montada en los restos de Lengua madres sobre fondo blanco , otro brillante trabajo suyo. Claro que, como en las piezas citadas, la directora y autora vuelve a demostrar una ironía en el armado del texto y en su decodificicación escénica, un trabajo actoral (que comienza en la misma selección del elenco) y un nivel de puesta de un rigor que la confirman como una de las voces más inquietantes de la escena local.

Alejandro Cruz

Fuente: La Nación

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