Hamlet: Esta nueva puesta, con Federico Olivera y Patricia Palmer, es la tercera del autor isabelino en cartel en la calle Corrientes
Por Carlos Pacheco
Para LA NACION
Un marginado por la sociedad Tres generaciones de teatristas se juntan en un espacio común, el Centro Cultural de la Cooperación, para concretar un proyecto que los tiene sumamente inquietos: Hamlet de William Shakespeare, cuyo estreno se producirá el viernes. Una historia muy familiar para los activistas del teatro que, a lo largo de su historia, ha tenido múltiples lecturas - el año pasado el FIBA incluyó un espacio en el que pudieron verse diversas películas a partir de la obra? y que, tanto en un escenario, en el cine o en algún espacio performático donde se ha recuperado, siempre mantiene una vitalidad inusitada.
El director Manuel Iedvabni tenía una deuda pendiente: nunca había dirigido Shakespeare, ésta es su primera vez, y quería hacer Hamlet. Federico Olivera, el protagonista, había trabajado algunos textos en un taller con Miguel Guerberof, amaba la obra y por eso, cuando se lo ofrecieron, no pudo más que decir, entre el temor y la sorpresa: "¡Chau, Hamlet!". Para Patricia Palmer (Gertrudis, en la ficción), Shakespeare es un autor conocido. Lo viene representado con su compañía ?integrada por alumnos y ex alumnos? desde el año pasado, a través de versiones que le han permitido comprender las posibilidades que ofrece el autor a la hora de querer expresar cuestiones políticas, sociales o meramente existenciales.
William Shakespeare brinda la posibilidad de abrir muchas puertas. Quizá por eso no resulte tan extraño que convivan en la cartelera porteña tres de sus obras (además de Hamlet, Mucho ruido y pocas nueces en el San Martín y Rey Lear en el Apolo), y nada menos que en la calle Corrientes, ese circuito, destinado generalmente a un teatro frívolo, de mero entretenimiento o donde los conflictos del ser contemporáneo asoman a través de situaciones ligadas con el humor. El autor sigue movilizando a cualquier platea, sea en el espacio que fuere.
"Shakespeare tiene esa posibilidad ?apunta Patricia Palmer?; podés correrte a cualquier silla y desde ahí contarlo. Además, él nunca es crítico; tiene esa habilidad; no levanta un dedo; muestra y te dice: «Llevátelo»."
La experiencia y la sapiencia de una actriz consagrada, como Patricia Palmer, se encuentra, en esta escena, con la fascinación y la capacidad de trabajo de un joven como Federico Olivera. Ambos están sumamente interesados en este "proceso" que vienen realizando en torno a Hamlet y que les da la posibilidad de descubrirse o redescubrirse como actores.
"Son materiales que uno vio en un momento de su vida y después los dejó. Y este trabajo implica un reencuentro con el autor y, a la vez, con uno mismo. Es como valorizar a los viejos. Recuerdo que cuando era joven decía: «¿Por qué hacer Shakespeare? Es aburrido». Y das la vuelta, crecés y ves lo esencial, lo que no viste, y te das cuenta de que todo viene de ahí, de los maestros. Tenía una propuesta comercial para hacer este verano y dije que no porque quería meterme en Shakespeare. Me apasiona. Me da un placer orgásmico. Y cada vez siento que entiendo menos, que estoy más lejos de estos autores. Es al revés de cuando era joven."
La actriz relata que Hamlet la ha movilizado en distintos momentos de su vida de diferente manera. Cuando era chica, leía con interés el personaje de Ofelia; después, sintió que le gustaría hacer Claudio. Y ahora será Gertrudis, la madre de Hamlet, esa mujer tan desencadenante de conflictos y que en el texto original tiene breves apariciones. La inquieta esa mujer; la obliga también a reflexionar sobre la condición femenina y hasta sobre su lugar en este mundo. "El alma humana no cambió ?dice la intérprete?. Creo que nos movemos entre el amor y el miedo. Del miedo devienen la envidia, el resentimiento, el rencor. Y del amor, todo lo creativo, la energía inspiradora. Y así nos debatimos. Al leer a estos grandes autores, descubrís que cada vez estás más lejos de las respuestas. Por eso es tan interesante el camino."
Para Federico Olivera, este Hamlet es la concreción de un sueño. El actor siente que le llega en un buen momento, y sus expectativas son muchas. Dice que es como tener un jabón en las manos que se va escapando todo el tiempo, pero de inmediato deja de lado esa sensación de "escape" para fortalecerse, pensando en el mundo que va a narrar en escena. "La versión está muy apoyada en el poder político y en la opresión que ese poder ejerce ?explica?. La locura en la que va entrando Hamlet es consecuencia de esa opresión. No se hace tanto hincapié aquí en el mundo interno del personaje, en sus disquisiciones, aunque ellas están, claro. Aquí se habla de esa locura en la que todos entramos y que aceptamos. No es muy distinto del mundo actual, donde a todos los que no son funcionales se los corre." Queda una pregunta flotando: "Después de Hamlet, ¿qué?". El actor siente que todo lo que le ofrecerán hacer, de aquí en más, tendrá gusto a poco. Tal vez sea así. Además de actuar, a Federico Olivera le gusta escribir y dirigir. En ese camino está, y en los clásicos está seguro de que encontrará buenas respuestas que le permitirán seguir creciendo.
" Hamlet es la obra que siempre quise hacer. Es la más grande de todos los tiempos -reconoce el director Manuel Iedvabni-. Comparable con La Orestíada o algún Esquilo, hay algo de grandeza infinita en esa obra que es como un imán. Nunca había hecho Shakespeare, y estaba con muchas ganas. Sé que la mía es una lectura nada convencional." Y eso resulta inquietante tanto para el lector o espectador como para los intérpretes. Porque de lo que se trata es de introducirse en un mundo en el que asoma un juego entre lo político y lo existencial, con resultados nefastos para el ser humano. Iedvabni habla de "un enfrentamiento entre el humanismo y la depredación, para decirlo de manera grosera". "Me da mucha desesperación y me hago cargo de la desesperación de Hamlet. Me detengo más en las murmuraciones de ese entorno y en ese mundo miserable, de política rastrera que me tiene harto y que es la contemporaneidad multiplicada. ¿Qué significa un encuentro de sabios que determina si están reventando la ecología o no, y sacan la conclusión de que no es para tanto? Hay mucho cinismo en eso, hipocresía. Y así como van las cosas, la depredación gana, y por goleada".
El elenco de Hamlet se completa con Héctor Bidonde, Ana Yovino, Luciano Suardi, Marcelo Savignone, Alfredo Zenobi, Pablo Razuk, Emiliano Dionisi, Marcos Ferrante, Eduardo Narvay y Rafael Lavn.
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