martes, 9 de febrero de 2010

Médico sin fronteras

José María Mainetti

Cirujano, oncólogo, maestro y mentor de René Favaloro, creador del COE platense en 1986, Mainetti es uno de los grandes referentes de la ciencia en el país y en el mundo entero. Murió a los 96 años, en 2006. La medicina no pudo ni podrá suplir su ausencia.

Médico, cirujano y oncólogo, José María Mainetti es pionero de la bioética en el país y un referente de la ciencia argentina. Ilustre profesor y maestro, fue formador, entre otros profesionales, de René Favaloro y es reconocido como su mentor.
Hijo de José Mainetti, italiano de la provincia de Sondrio, y de Concepción de Finocchio, hija de inmigrantes italianos establecidos en el interior de la provincia, nació en Hinojo, un pequeño poblado cerca de Olavarría, el 9 de marzo de 1909.
A los tres años, tras la muerte de su madre, se radicó en La Plata e ingresó como pupilo en el Colegio Sagrado Corazón, donde realizó el ciclo primario. Luego, pasó al Colegio San José donde completó sus estudios secundarios. En 1926, ingresó en la Escuela Preparatoria de Ciencias Médicas de la Universidad de La Plata (UNLP) –la facultad recién se crearía en 1934–, para luego completar la carrera en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Se graduó en 1932 y se especializó en cirugía. Mainetti recordaba con gran cariño a quienes consideraba sus maestros: el doctor E. Galli (de Anatomía Topográfica), el doctor José Caeiro (de Medicina Operatoria), el doctor Manuel Cieza Rodríguez (del Policlínico San Martín) y el "ejemplo estimulante" del profesor Federico Christmann.
Hijo adoptivo de La Plata, sería declarado Ciudadano Ilustre de la ciudad en octubre de 1992.

SU VIDA PROFESIONAL. Entre 1932 y 1957, José María Mainetti se formó en medicina anátomo-clínica-quirúrgica. Tuvo una dedicación preferencial a la cirugía de los tumores. Numerosas y periódicas visitas a centros quirúrgicos y oncológicos en América, Europa y Asia y cursos nacionales con intercambio fueron parte de su constante perfeccionamiento.
Fue profesor adjunto de Clínica Quirúrgica (1940) de la UNLP. En esa casa de estudios, entre 1957 y 1971, se desempeñó como profesor titular de la clínica quirúrgica. En 1976, le otorgaron el título de Profesor Emérito de Medicina.
Fue miembro de la Academia Argentina de Cirugía (1952), de la Fellow American de Cirugía (1954) y de la Societé Internationale de Chirurgie (1957). Permanente consultor, participó de foros internacionales, además de ser autor de numerosos estudios de su especialidad.
Publicó trabajos originales, de repercusión nacional e internacional, sobre cáncer de esófago, estómago, páncreas, colon, hígado, vejiga y grandes resecciones oncológicas. Presentó 134 trabajos científicos, de los cuales 25 son específicamente sobre tumores.
Fue miembro fundador del Collegium Internationale Chirurgiae Digestivae. El profesor Ricardo Finochietto –que fue también formador de miles de cirujanos de todo el país– en esta etapa le escribió una carta, como testimonio, fechada en diciembre de 1957, donde lo consideraba "el mejor cirujano de América y el de mayor experiencia personal de todos los tiempos".
Dirigió el servicio de cirugía del Hospital Regional de Agudos General San Martín de La Plata. En 1967, inauguró las residencias en Cirugía que adquirían pertenencia en el Hospital: se debía permanecer dentro del mismo de lunes a sábado, juntamente con la inauguración de un Bioterio Experimental para prácticas, encaminadas a un trabajo de investigación. Impulsó el desarrollo del Instituto de Transplante de Médula Ósea (ITMO), que en marzo de 1993 realizó el primer transplante en el ámbito de la provincia de Buenos Aires. En 1995, el ITMO concretó también el primer trasplante con células progenitoras de cordón umbilical de la Argentina. De ese mismo servicio sale una pléyade de cirujanos que se establecen en distintos lugares del país y algunos también se incorporan a importantes instituciones de los Estados Unidos, Europa y Canadá gracias a la carta de presentación que les significaba pertenecer a la Escuela del doctor Mainetti, con el aval correspondiente del mismo.
La comunicación con los principales centros del mundo siguió en forma ininterrumpida a través de la Biblioteca de La Fundación, de sus discípulos, de su literatura médica (que leía todas las mañanas y cuando no pudo por sus propios medios, se hacia leer con alguien: sus secretarias, sus discípulos, sus familiares, dejando señalado el artículo más importante).
Luego de este período, y hasta 1985, se dedicó a la medicina humanística.
En 1969 creó la Fundación Doctor José María Mainetti para el Progreso de la Medicina –que aún continúa en actividad– y en 1971 la Escuela de Oncología. También la Unidad Docente Asistencial (Clínica Nuclear 1973) y la Biblioteca Especializada de Oncología (1973). Armó la revista médico-humanista Quirón en 1970, que tuvo 36 volúmenes de 500 páginas cada uno que constituyeron un monumento científico y oncológico.
También introdujo en la ciudad de La Plata la enseñanza de la oncología básica, para la formación del oncólogo clínico y el tratamiento multidisciplinario de los tumores. Y crea, por convenio con el ministerio de salud, la escuela de oncología de la provincia de Buenos Aires en 1973. Entonces se dedica con fuerza a la oncología clínica y quirúrgica, habiendo publicado numerosos artículos sobre conceptos generales en cáncer y en su prevención-promoción. Esta etapa culmina con la creación de un centro Oncológico de excelencia (COE) para la enseñanza, investigación, diagnóstico y atención contra el cáncer.

SU MUERTE. José María Mainetti dejó un legado que se mantiene aunque –como definía el propio doctor René Favaloro– "todavía no esta interpretado en toda su magnitud".
Mainetti murió a los 96 años, la tarde del 9 de febrero de 2006 en la localidad platense de Manuel B. Gonnet.
Con la presencia de cientos de pacientes, médicos, ex alumnos y funcionarios provinciales y municipales, además de dirigentes políticos, los restos del doctor fueron velados en el Centro Oncológico de Excelencia (COE) –que Mainetti había fundado en 1986. Luego, fue sepultado en la bóveda familiar del cementerio platense, en una ceremonia íntima y austera, tal como había pedido el prestigioso oncólogo. En plazas y edificios públicos las banderas ondearon ese día a media asta.
Su hijo Alberto describió a su padre como "una leyenda ya en su país y en su frontera". En tanto su mujer, Hilda, contó que se casó con el oncólogo cuatro años antes de su muerte y siempre sintió admiración por el médico; según confesó, "no era difícil enamorarse de un grande".

Fuente: Diagonales

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