martes, 23 de febrero de 2010

Empezaron en los años 70 y todavía son alumnos

Estudiantes crónicos en la UNLP

Pasan los años, las distintas promociones se gradúan, y ellos continúan en las aulas universitarias. En facultades como Medicina e Ingeniería existen casos de estudiantes que cursan hace más de 20 años y aún no obtienen el título. Las causas del fenómeno.

En los últimos años, gran parte del debate universitario se centró en las discusiones por la legalidad o no de los exámenes de admisibilidad obligatorios, debido a las grandes falencias que arrastran los ingresantes desde el secundario.

Pero un tema del que poco y nada se habla en los claustros es sobre el fenómeno de los llamados “alumnos crónicos”. Concretamente, se calcula que en la Universidad Nacional de La Plata sólo uno de cada cuatro ingresantes logra terminar la carrera en tiempo y forma. Así es como se dan varios casos de alumnos que están durante décadas en las cursadas, sin poder recibirse. Y esto no es gratuito: la universidad pública es sostenida por los impuestos que pagan los argentinos.

Por caso, en Medicina, donde en los últimos 17 años rigió un examen de ingreso restrictivo, los alumnos crónicos siempre han sido un tema de preocupación. Según reconocieron las autoridades de esa unidad académica, ante una consulta de Hoy, en esa facultad hay alumnos cursantes que están desde los años 1960 y 1970. Son personas que en algún momento tal vez han dejado y actualmente quieren seguir con la carrera.

“Hay alumnos que nos piden reinserción y cursaron materias que hoy hablan del genoma, del sida o de otras temáticas más actuales. Y han dado esas materias hace 40 años. Hay que tener en cuenta que la medicina evoluciona muy rápidamente”, expresó el vicedecano Enrique Pérez Albizú.

Para el profesor, no sólo está el problema de los nuevos contenidos que no han visto esos alumnos, sino también “el olvido” después de tanto tiempo. “Tenemos reclamos de reinserción de alumnos del ‘60 y el ‘70 -antes de que yo fuera médico- que están dando vueltas y quieren volver. Está bien que el Estatuto los ampare, pero para el bien de la salud de la población deben demostrar que están actualizados”.

Cabe recordar que, al reformarse en 2008 el estatuto de la UNLP, Medicina debió eliminar la figura de “alumno cancelado”, con lo cual tuvo que readmitir alumnos que desde hace 10 años o más están en la facultad sin rendir exámenes.

“Para nosotros son crónicos. De no haber sido por el cambio estatutario, esa gente no estaría en la facultad. Ahora vuelve y no sabemos por cuánto tiempo, dónde va a estar y qué va a hacer; porque la defensa que tuvo Medicina fue poner condiciones para que ese alumno readmitido obligatoriamente tenga un rendimiento académico y pueda progresar”, explicó el decano de esa institución, Jorge Martínez. Como una forma de resolver esa problemática, la comisión de Enseñanza de esa facultad lo que resolvió fue que, para aquel alumno que tiene más de cinco años en esa condición, le fijó las condiciones de reinserción. “La persona reingresa, tiene la materia aprobada, pero para dar la correlativa tiene que demostrar conocimientos actualizados en esas áreas”, indicó el decano.

Ingeniería es otra de las facultades de la UNLP donde el fenómeno de los “crónicos” tampoco pasa desapercibido. El vicedecano de esa unidad académica, Marcos Actis, mencionó que días atrás se recibió un estudiante que ingresó en la década del ‘70.

Son alumnos que pasan las generaciones y se los sigue viendo en las aulas. “Algunos han tardado veinte años en recibirse”, admitió el profesor.

Respecto a las razones del atraso, Actis señaló que es por distintos motivos. Algunos porque se casan, otros por trabajo. La cuestión es que alargan la carrera. No obstante, indicó que en Ingeniería se exigen cursadas y prácticas, por lo cual, los alumnos que no son activos no pueden seguir. “Acá tenés que venir y cursar. Aprobar y seguir adelante”, dijo.

Un dato para reflexionar es el siguiente: según el decano Martínez, en la Universidad entran 24 mil alumnos en primer año, en segundo año hay 15 mil, a mitad de la carrera 9 mil, y se reciben 4 mil por año. “Es alrededor del 20 por ciento el que se gradúa. ¿Quién paga el 80 por ciento restante?”, concluyó.

Ingeniería: 8 años para recibirse

En la Facultad de Ingeniería de la UNLP, según datos relevados que abarcan el período 2005-2009, los alumnos tardan en promedio en recibirse unos ocho años, cuando las carreras tienen una duración de cinco. De acuerdo a estas estadísticas, la deserción más grande se ve en los dos primeros años. “Cuando superan segundo año es muy raro que no avancen en la carrera. Las materias básicas son las que más cuestan”, explicó el vicedecano Marcos Actis.

En esa facultad hay alrededor de 4.800 alumnos en actividad y por año egresan entre 250 y 300.

Fuente: Hoy

Definitivamente creo que entran en la categoría de "lumpen":

Se trata de sectores que padecen de dos síndromes combinados: del carácter parasítico de su reproducción como sujetos sociales, y la alienación "frustración derivada de la inconsistencia entre aspiraciones internalizadas y medios institucionalizados de logro frente a este carácter parasítico".

El "lumpen" , es pues, el arquetipo del aventurero "flotante", y por tanto la antípoda del burgués o del aristócrata (u oligarca). Puede provenir o estar vinculado a casi cualquier clase social, puede apoyarse en cualquier combinación de elementos desplazados de cualquier clase social, o en clases sociales o grupos étnicos, puede ser de cuello y corbata o puede parecerse a la imagen estereotipada del hampón desgreñado.

Más normalmente, sin embargo, no es su aspecto o su estatus lo decisivo, sino su manera de insertarse en los mundos de la reproducción social: el "lumpen" es la impredictibilidad, el ser humano que ha sido desgajado de las formas rutinarias de convertirse en alguien, o cuyas formas rutinarias "al alcance de la mano" de poder convertirse en alguien se hallan profunda y dramáticamente seccionadas de los sueños que pudo aprender a soñar a su debido tiempo.

Fuente: http://groups.google.com.ar/

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