lunes, 8 de febrero de 2010

El villano del 'Fauno' trae un monólogo que da risa

Sergi López en una escena de 'Non Solum'. | Fdg y C.Castro

Sergi López, que encarnó al franquista perverso de 'El laberinto del fauno', presentará 'Non Solum', una pieza experimental, durante el Festival Iberoamericano de Teatro.

Ha interpretado en el cine a hombres malvados, siniestros, devoradores de niños, manipuladores. Pero metido en su propia cámara, la del computador de su casa, el actor catalán Sergi López es un niño grande que goza haciéndole muecas a la pantalla, bromeando, riéndose a carcajadas y agarrando de vez en cuando entre sus brazos la cabeza rubia de su hijo Magí.

El protagonista de 'Western', de Manuel Poirier; 'Harry, un amigo que te quiere', de Dominik Moll, y 'El laberinto del fauno', de Guillermo del Toro, vendrá al Festival Iberoamericano de Teatro, que comienza el próximo 19 de marzo, con 'Non Solum', su primer monólogo y su regreso a las tablas después de tres años y medio.

"Esto de volver al teatro era una necesidad biológica. Lo había dejado para hacer cine. Lo echaba mucho en falta porque es donde empecé y tiene esa fuerza tan enorme, que es el público en directo. Para un actor, vivir sin ello es algo fuerte cuando lo ha probado", dice López, lleno de energía y con un fuerte acento español, que, paradójicamente, le abrió las puertas en Francia, el país donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera.

Cuando estudiaba teatro en la prestigiosa Escuela Jacques Lecoq, donde se practica el llamado teatro físico, le contaron que un director novel (Poirier) estaba buscando a un actor que hablara francés, pero con acento español. Por poco le dice que no.

"El solo hecho de ir a París a estudiar a una escuela ya sobrepasaba mis sueños. Tenía 17 años y se me ocurrió ganarme la vida haciendo teatro. Tuve mucha suerte porque me encontré con el director Manuel Poirier. Me escogió para hacer su primera 'peli' y después, la segunda, la tercera... Mis cinco primeras películas fueron sus cinco primeras películas. Si no hubiera sido por las ganas que él tuvo de trabajar conmigo, yo no hubiera hecho cine".

La quinta fue 'Western' (1997), que llegó a Cannes y ganó el Premio del Jurado. "Así me convertí, a ojos de la sociedad, en actor de cine. La verdad, mis sueños los rebasé hace tiempo", dice el ganador del premio César a mejor actor, en el 2001, por 'Harry, un amigo que te quiere'.

No sólo torero o gitano

Gracias a 'Western', a López ya no le ofrecieron más papeles de "inmigrante, torero, gitano", como él dice riéndose de sí mismo y recordando lo difícil que es salirse del estereotipo. Y, por derecha, dejó de ser un desconocido en su propio país y pasó a ser considerado para papeles en español.

Ahora le llegan tantas ofertas, tantos guiones, que le da pudor contestar cuántos recibe al año. "Me da vergüenza. Tengo muchos amigos actores y actrices para los que es muy complicado; que cuando reciben uno, tienen que decir sí y punto".

Pero, sí revela que a su casa en Vilanova i la Geltrú, una población costera cerca de Barcelona, donde López nació y vive con su familia, llegan proyectos de Francia, España, Latinoamérica, Inglaterra y Australia. Tantos que, solo en el 2008, hizo seis películas.

Su fama de actor que interpreta a personajes malévolos le llegó con Harry, un tipo pudiente que comienza siendo mecenas de un escritor y termina revelándose como un psicópata.

"Desde 'Harry' y 'El laberinto del fauno' hay mucha gente que piensa que siempre hago de malo. De las treinta y pico de películas que he hecho, solo en cuatro he interpretado a un malo, pero han tenido mucha repercusión mediática".

"¿Qué es lo mejor y lo peor de ser un villano? No puedo hablar de lo peor, solo de lo mejor. Lo divertido parece ser que a todos nos gusta ser malos. Dicen que los villanos son más libres porque tienen menos obstáculos morales. No puedo decir que me lo pase mejor haciendo villanos. Tengo la suerte de poder hacer villanos y chicos más positivos".

Su malvado más popular es el Capitán Vidal, de 'El laberinto del fauno'. Este franquista que goza infligiendo dolor, que con su frialdad congela la mirada de cualquier ser humano, le fue propuesto por el mismo director, Guillermo del Toro, con el siguiente argumento:

"Como él lo ve todo - lee mucho, ve muchas películas, sabe sobre pintura y tiene una energía brutal-, había conseguido mis películas en Francia. Había visto Harry... y tenía la teoría de que yo no estaba nada explotado como villano y estaba convencido de que yo podía hacer un villano histórico. Él me vino a buscar, me contó la película entera cuando todavía no estaba escrita ni una sola palabra".

Paradójicamente, la familia de López había estado del lado republicano durante la Guerra Civil Española y él, con su papel, se había 'cambiado de bando'.

"Cataluña fue una zona eminentemente republicana, que perdió la guerra contra los fascistas de Franco. Me han preguntado, alguna vez, cómo un chico catalán, con un espíritu republicano, se atreve a hacer a un franquista tan malo y tan despiadado. Cuando acepto un proyecto no puedo dejar de preguntarme cuál es el mensaje, lo que hay detrás. No tengo problemas para interpretar a un malo, a un asesino, a un fascista, pero no lo podría hacer en una película que defendiera la posición fascista".

'Soy un artista, no un banquero'

Desde Vilanova, el centro de su mundo vital, López ve la vida con ganas y no quiere ir a Hollywood ni a ningún otro lado para quedarse, solo quiere seguir involucrado en proyectos que artísticamente valgan la pena; no importa dónde: "Lo de Hollywood es un concepto que se me escapa. Cuando la gente dice 'Hollywood', seguramente piensa en qué bueno es ir a un sitio donde te pagan 20 veces más de lo que cobras aquí. No tengo un sueño de estar en un sitio concreto, al lado de alguien concreto, con unas luces concretas y un presupuesto concreto.

"Tengo ganas de seguir disfrutando de proyectos distintos, que están más pendientes de la historia que cuentan que del dinero recaudado. Entiendo el concepto industrial del cine, pero tengo la suerte de ser más bien un artista que un banquero. Me interesa hacer buenas películas, independientemente de si están rodadas en Hollywood o en Camerún o en Bogotá".

Y es por eso que, Sergi López, el niño grande, está feliz de venir a Colombia al Iberoamericano. Para demostrarlo, grita el nombre del país y enfatiza en la 'a', alargándola. "La gente me ha dicho: 'Me tienes que creer, es una pasada, el público es fenomenal, hay mucho ambiente, hay verdaderos encuentros".

'Non Solum', que López escribió con el valenciano Jorge Picó, lleva apenas tres meses dando vueltas por el mundo en su versión en español. Antes lo hizo en catalán y en francés. Ese es su proyecto más concreto del 2010 porque aún no se ha definido por ninguna película y eso no parece preocuparle. De hecho, tiene muy en mente que después de Bogotá se irá para Tahití, la tierra donde vivió Paul Gauguin, a presentarla.

"'Non Solum' es un resultado muy especial. Es la primera obra que hago solo, que no está escrita en una mesa, con una hoja de papel y un 'boli', sino en un escenario. Es una obra hecha con mucha libertad, que está viva y en la que yo me reconozco mucho. Sobre todo, está hecha para disfrutar. Yo disfruto mucho pero no sé disfrutar solo; a veces sí, pero en mi casa. En el teatro, a mí lo que me hace disfrutar es que el público esté conmigo y que pase algo".
PAOLA VILLAMARÍN
CULTURA Y ENTRETENIMIENTO

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