viernes, 5 de febrero de 2010

Cumple 100 años Pancho Varallo, una leyenda platense en el mundo

Don Pancho Varallo con su célebre boina, en una foto reciente

Un orgullo de la ciudad de La Plata

Jugó en Gimnasia, en Boca y en la Selección, y es el único sobreviviente del primer Mundial de fútbol de 1930

Francisco "Pancho" Varallo, el único futbolista sobreviviente del primer campeonato mundial de fútbol de 1930, el tremendo goleador del Gimnasia Campeón amateur de 1929 y la estrella de Boca Juniors en la década del 30, cumple hoy 100 años -nació el 5 de febrero de 1910 en una casa de la calle 27 entre 63 y 64 de nuestra ciudad- y su centenario lo encuentra rodeado del cariño de su hija María Teresa "Pocha" Varallo, su yerno Arturo "Bocha" Mangieri, sus nietas Gabriela -radicada en EE.UU- y Natalia, sus sobrinos y sus amigos de toda la vida.

Se trata, sin dudas, de un auténtico mito del fútbol mundial. Pancho Varallo tuvo el privilegio de participar en el primer campeonato mundial de Montevideo en 1930 y ser titular a pesar de ser el más joven del seleccionado argentino. Hoy, es el único sobreviviente de todos los que jugaron ese inolvidable partido final contra Uruguay -ganado por los celestes 4 a 2- y de todos los que participaron en ese primer mundial. Por esa razón la FIFA lo ha reconocido como un verdadero ídolo al designarlo invitado oficial en los campeonatos disputados en 1994 y 1998 en EE.UU y Francia respectivamente, resignando la posibilidad de asistir a los de los años 2002 y 2006 por su edad avanzada.

La extraordinaria carrera de Don Pancho comenzó en el club de su barrio, el "12 de Octubre", cerca de la plaza Brandsen, donde vivía, y seguiría en Gimnasia, donde pronto sería conocido por toda la afición como "El Cañoncito".

En el club del Bosque debutó un sábado integrando la cuarta división en un cotejo amistoso contra "Rioplatense", un equipo que sucumbió ante la formación "mens sana" por 9 a 1, correspondiéndole a Varallo la autoría de ocho tantos. Al día siguiente integró la primera división frente a Tiro Federal, formando ala con uno de sus ídolos: Miguel Curell, el famoso "Negro" que apenas empezó el partido le dio una instrucción tan simple como efectiva: "apuntale al banderín del córner y metete en el área, yo llego al fondo y tiro el centro atrás para que vos la empalmes de voleo y revientes el arco". Parecía fácil en teoría y fue fácil en la práctica; con esa jugada "Pancho" se cansó de hacer tantos goles en Gimnasia.

Su estilo de juego entusiasmaba a la hinchada "tripera", ya que a su gran velocidad y al oportunismo de su arremetida le agregaba un shot potente e imprevisto, especialmente cuando remataba de voleo pelotas que le llegaban de aire.

Varallo también integró el famoso equipo mens sana que llegó a coronarse en el campeonato de 1929 al derrotar al poderoso equipo de Boca Juniors por 2 a 1 luego de estar en desventaja. En esa histórica jornada del 9 de febrero, Gimnasia ganó los campeonatos de primera e intermedia.

Su actuación en ese campeonato tuvo tal trascendencia que dio lugar a su convocatoria para integrar el plantel que representó al país en el primer campeonato mundial de fútbol, siendo el jugador más joven del seleccionado argentino y, quizás, de todos los que intervinieron en el magno certamen que se disputó en Montevideo entre el 13 y el 30 de julio de 1930, actuando como titular en todos los encuentros menos en la semifinal contra Estados Unidos, debido a una lesión sufrida en el cotejo anterior contra Chile.

Al retornar del mundial, el temible delantero fue vendido a Boca Juniors, donde en sólo nueve temporadas (1931-1939) logró la friolera de 194 goles, convirtiéndose en el máximo "scorer" del club de la ribera. Con sus goles, contribuyó a la obtención de tres de las estrellas conquistada por Boca en esos años, pues se coronó en los campeonatos de 1931, 1934 y 1935, encabezando la tabla de goleadores en 1933.

El gran Pancho jugó hasta 1939, y en 1957 la dirigencia de Gimnasia lo convocó para dirigir al equipo superior, que corría serio riesgo de descender, aceptando el compromiso a pesar del dolor que le había provocado el prematuro fallecimiento de Tota, su querida esposa.

Además del reconocimiento que le hizo la FIFA al declararlo miembro honorario, el gobierno bonaerense -por decisión del entonces gobernador Antonio Cafiero- le otorgó la distinción de "Ciudadano Ilustre de la Provincia de Buenos Aires" junto con Adolfo Pedernera en un acto llevado a cabo en 1990 en el salón rojo de la Casa de Gobierno, recibiendo similar homenaje por parte del Senado nacional y de la municipalidad de La Plata.

Todos estos datos de su vida deportiva serán seguramente evocados el viernes 12 del corriente, a partir de las 19, cuando en el Coliseo Podestá -en 10 entre 46 y 47- se festejen a toda pompa los 100 años de don Pancho Varallo.

Fuente: El Día

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