Confortables, polifuncionales e imponentes, los viejos cines de la ciudad fueron un símbolo de distinción que forjó la identidad platense del siglo pasado. Hoy queda el recuerdo de algunas salas históricas, por donde tocaron importantes orquestas y cantó Carlos Gardel.
Con el inicio del siglo pasado comenzaron los primeros destellos del cinematógrafo en nuestra ciudad.
La pionera había sido Buenos Aires, con la inauguración de la primera sala de proyección, el “biógrafo Lumiere”, el 20 de junio 1901. Fiel a las tendencias internacionales, Eduardo Ciochini inauguraría la primera sala de proyección en La Plata el 18 de julio de ese mismo año.
El salón biógrafo de nuestra ciudad estaba ubicado en calle 8 nº 635 entre 51 y 53, tenía una capacidad para 70 espectadores y cobraba 30 centavos la entrada y 20 a los menores.
La iniciativa duró sólo un año, ya que era muy difícil renovar los espectáculos, hecho que fue haciendo mermar el número de espectadores.
El proyector, manipulado por Ciochini, era un kinestoscopio Edison modelo 1901, era el único vendido para América del Sur por la fábrica de Nueva York. Para su puesta a punto, Ciocchini recibió la colaboración de varios electricistas que prestaron gratuitamente sus servicios a fin de poder presenciar las proyecciones.
Dada la novedad que constituía el cine, que había sido patentado en 1895, el mismo Ciocchini se carteaba con los hermanos Lumière, que habían sido los inventores del cinematógrafo y le trasmitían su experiencia desde el viejo continente.
Además de ser el encargado de la primera sala de proyección de la ciudad, Ciocchini fue el pionero en construir el primer proyector íntegramente argentino, que combinaba la voz de un fonógrafo con la música que sonaba en el celuloide.
Entrada la primer década del siglo pasado, la proyección con biógrafo se fue extendiendo por la ciudad. Entre los lugares destacados estaba el Teatro Olimpo (donde hoy funciona el Coliseo Podestá) que desde 1907 comenzó a incluir entre sus atracciones espectáculos cinematográficos.
Las imágenes de este cine germinal se fueron extendiendo por diferentes salas de la ciudad. Entre ellas, se inauguraron el Esmeralda (luego Gauloise), el Empire, en 51 y 10, Las Delicias, de 9 y 47, y el Teatro Cine París, que prontamente fue adoptado por la gente más acaudala de la ciudad.
Que viva la música
A partir de la década del ‘20 se comenzó a sumar a las orquestas como una forma de lograr mayor atractivo a las funciones de cine mudo.
En 1925, el cine Select presentó tres orquestas que amenizaron la proyección de ese momento. Una era la típica dirigida por José María Bagnati, con Domingo Bozzarelli y Juan Sanguinetti en bandoneón, Agustín Lázaro y Hugo Galli en violines, y Aquiles Lombardi en contrabajo. También se presentó la orquesta clásica dirigida por el concertista de violín Virgilio Panisse; y la primera orquesta de jazz de la ciudad, la American Jazz Band al mando de Alfredo Smith.
Además de interpretar piezas musicales para acompañar las acciones de los filmes, las orquestas se encargaban de hacer los efectos sonoros. Esto le daba un carácter dinámico al espectáculo y aportaba un matiz espontáneo y decididamente vivo a cada nueva proyección. Dentro de esta función sonora de la empresa, la batería tenía un protagónico, ya que por ejemplo imitaba el galope de los caballos y el estallido preciso de las armas de fuego
Salas de la ciudad de La Plata
Uno de los cines más recordados de la ciudad fue La Gauloise. Ubicado en 4 entre 45 y 46, donde en 1902 funcionó el local del Club Francés, comenzó a proyectar películas en el año 1908.
Este sitio fue uno de los centros culturales más reconocidos de la ciudad que guardaba en su interior una réplica exacta del teatro Molière de París.
Dentro de este selecto salón se proyectaban películas, se realizaban conciertos, bailes y obras de teatro. El 13 de octubre de 1971 un incendio terminó con esta histórica sede.
Otro ámbito emblemático fue el Teatro Cine París de 7 entre 47 y 48 (donde estaba Casa Tía). Su apertura sucedió en 1912 bajo el nombre de “Palais Cine París”, y fue catalogado como uno de los cines más confortables y elegantes de La Plata. Sus butacas presentaban un marco cromado y debajo de los asientos se encontraba un receptáculo reservado para guardar los sombreros mientras se proyectaba la película. Este coqueto lugar sumó un poco más de confort en el año 1932, sumando las afamadas butacas “pullman”. Finalmente, esta lujosa sala fue demolida en el año 1958.
Además de los dos anteriores, otro cine histórico de la ciudad fue el recordado Select, cuyas butacas y mobiliario hoy forman parte de la sala ubicada en el pasaje Dardo Rocha que lleva su mismo nombre.
Inaugurado en 1920, el Select sirvió de escenario para figuras de la talla de Carlos Gardel y Agustín Magaldi. Otra de las particularidades de esta espléndida sala era que durante las trasnoches de verano su techo se abría y permitía disfrutar del séptimo arte bajo la luz de las estrellas. Su última proyección fue Lo que el viento se llevó en 1993, año en que cerró definitivamente sus puertas y pasó a ser un templo religioso.
A la noche - Las primeras
Las funciones se realizaban los días lunes, miércoles, jueves, sábados y domingos en dos funciones en el horario de las 20.30 y las 21.30. Durante la primera función se exhibieron las siguientes imágenes: 15 transformaciones en el teatro de Hondín sin salir de la escena, la casa al revés (un número de prestidigitación), la llegada del presidente Transvaal, señor Krüger a Marsella, un concurso hípico en París, un gran mercado en China, Pescador afortunado y Bailes populares. Este repaso constituía un segmento de variedades propio de la época. En la segunda función, la temática se abocó a una temática un poco más dura. Allí se exhibió: Martirios de un misionero en Pao-ting Fou, Intervención de las tropas aliadas, Combate naval, Desfile de tropas y Prisioneros Boxers y Ejecución de un mandarín en Pekín.
Los primeros cines platenses
Por Roberto Abrodos (*), especial para Agencia NOVA.
Después, el cine, llamado séptimo arte, se difundió más, había más salas, como la risueña y escandalosa clientela del popular Cine-bar América (de 51 entre 5 y 6) que no dudaba en intervenir apoyando al bueno y silbando al malo, con frases que movían a risa, es más, a veces la película pasaba a segundo plano, ni hablar de cuando se cortaba, la silbatina era generalizada.
Ya para el año 1928, la lista de cines era nutrida: Teatro Cine Ideal de Calle 47 entre 7 y 8; Teatro Cine París de Avenida 7 entre 47 y 48; Teatro Cine Select de Avenida 7 entre 55 y 56; Teatro Cine Avenida Hall de 7 entre 58 y 59; Cine Splendid de 12 entre 56 y 57; Cine Princesa de Diagonal 74 entre 3 y 4; Cine Bar América de 51 entre 5 y 6; Cine Bar Colón de Diagonal 80 entre 49 y 50; Cine Sarmiento, de 5 entre 63 y 64; Teatro del Lago del Paseo del Bosque; Sociedad Unione e Fratellanza de Diagonal 74 entre 3 y 4; La Gauloise de 4 entre 45 y 46; Cine Edén Palace de 12 entre 61 y 62 y Cine Bar San Martín de 7 entre 50 y 51.
El 28 de agosto de 1948, en los altos de la galería que lleva el nombre del fundador de la ciudad, la flamante sala cinematográfica, Cine Rocha inauguraba sus proyecciones con el estreno de un laureado film de la época: "Un enviado del Cielo", de la RKO Radio Pictures. Y sí, el cine fue progresando en comodidad y en salas.
Fuente: Agencia Nova, Hoy
1 comentario:
Sería muy importante referencias históricas sobre los cines sólo para hombres. El cine América y junto a él otro del que no recuerdo el nombre. Ambos funcionaban en la calle 51 entre 5 y 6. También, el cine Belgrano en la diagonal 80 y 49.
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