domingo, 6 de septiembre de 2009

Hora del teatro por encargo

Inclasificable. Filmó como actriz para dos películas que se estrenarán en 2010, tiene obras propias y ahora actúa a solas.

LA MÚLTIPLE AGUSTINA MUÑOZ

Premiada en Madrid por una obra inédita, esta directora, autora y actriz de 24 años estrena hoy un unipersonal que le pidió un centro cultural.

Natalia Laube

No caben dudas de que fue un gran año para Agustina Muñoz: si los primeros meses de 2009 la encontraron reestrenando El calor del cuerpo –segunda obra que escribe y dirige–, el frío la despide probando una nueva modalidad en su incipiente carrera de directora, dramaturga yactriz: los trabajos por encargo.

La semana pasada, participó del ciclo de Nueva Dramaturgia Europea –organizado por instituciones como el Goethe, el Instituto Italiano di Cultura y la Alianza Francesa– donde presentó, en formato de teatro semimontado, la obra Idilio final, del suizo Jens Nielsen. Hoy y el sábado 26 a las 20.30, le toca el turno a Sobre este preciso instante, una suerte de unipersonal, monólogo e instalación que se podrá ver en el Centro Cultural Moca (Montes de Oca 169) en compañía de un solo de danza interpretado por Bárbara Hang.

“Tuvo miles de formas hasta llegar a lo que es ahora: en principio era una obra pequeña para varias actrices que cocinaban en escena, pero todo fue yendo hacia un monólogo. Era una actriz que bordaba una tela gigante y al final terminé siendo yo misma, con una pantalla que reconstruye la historia de dos personas llamadas B y M”, cuenta Agustina, que escribió esta historia especialmente para el Moca. “Me gusta trabajar por encargo: es como un juego, una propuesta que viene de afuera, con la que uno debe explorar hasta encontrar los elementos con los que uno puede trabajar. Es muy interesante dejar por un momento tanto mundo personal y enfrentarse a limitaciones de tiempo, espacio, temas o textos”, dice.

Y agrega: “Estos espacios me permiten una búsqueda de libertad; algo que también sentí cuando hice el semimontado del Goethe, porque la palabra misma, ‘semimontado’, me sirvió de escudo para buscar más tranquila y estar menos pendiente de la forma acabada. Y terminó saliendo una obra”.

Ganadora del Primer Premio de Dramaturgia Innovadora del Festival Escena de Madrid por su obra Neón, aún inédita, Agustina dará una entrevista abierta el miércoles 16 a las 19 en el bar del Moca. Y espera, ansiosa, el estreno –que ocurrirá, probablemente, durante el Bafici 2010– de dos películas que filmó este año: por un lado, El recuento de los daños, de Inés de Oliveira Cézar, y por otro Secuestro y muerte, escrita por Beatriz Sarlo y Mariano Llinás y dirigida por Rafael Filipelli, una versión libre del secuestro de Aramburu. “Salvo por algunas cosas, podría ser la historia de una juventud idealista en cualquier parte del mundo”, adelanta la actriz, que protagoniza la historia junto a Enrique Piñeyro, Matías Umpiérrez, Agustín Rittano y Esteban Bigliardi.

–¿Encontrás algún vínculo entre tu generación y aquélla?

–Pensé mucho en eso durante los meses que antecedieron al rodaje, sobre todo porque no es nada heroica la fotografía de los personajes, incluso es algo trágica. Es muy potente verlos yendo por un camino que –no sé si errado o no– incluía sangre y uno sabe en qué devino. A diferencia de nosotros, son de una generación que no dudó y eso nos resulta un poco difícil de encarnar. Hoy todo es mucho más laxo, los trabajos duran poco, muchos jóvenes ponen toda su fe en la búsqueda y no en encontrar: creo que no sabemos muy bien con qué romper.

Fuente: Crítica

No hay comentarios: