¿Qué pasaría si el remedio para la presión sanguínea alta no tuviera forma de aspirina, sino cuatro patas y mucho pelo? ¿Y si la solución para mantener el buen humor, las ganas de hacer ejercicios y mejorar la salud emocional fuera un pequeño ser que mueve la cola y se pone contento cada vez que uno llega a casa? Suena raro, pero esta posibilidad parece estar muy cerca de la realidad, de acuerdo a lo que asegura un grupo de expertos que se dedica a estudiar los beneficios de tener una mascota canina.
A debate
Un equipo de investigadores de la Universidad de Missouri del Centro de Investigaciones en Interacción Humano-Animal (Rechai, por sus siglas en inglés) está concentrado en explorar las múltiples maneras en que los animales benefician a las personas de todas las edades. Las conclusiones sobre el tema serán expuestas en una conferencia que la Sociedad Internacional de Antrozoología dará en la ciudad de Kansas, EEUU, entre el 20 y el 25 de octubre. “La investigación en este campo está proporcionando nuevas pruebas del impacto positivo que las mascotas tienen en nuestras vidas”, señaló Rebecca Johnson, directora de Rechai, y adelantó que “esta conferencia brindará una oportunidad única de contacto entre los expertos internacionales que estudian la interacción entre humanos y animales, y quienes trabajan en la relación entre salud y veterinaria”.
A principios de este año, el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano “Eunice Kennedy Shriver” (Nichd), organizó dos talleres en conjunto con el Centro “Waltham” para la Nutrición de Mascotas, que reúne a destacados expertos, para discutir los beneficios de la interacción entre humanos y animales durante la infancia. Ahora, con el patrocinio de las mismas organizaciones, la conferencia continuará su debate en la conferencia de octubre, cuyo lema será “El poder del amor: la ciencia y el alma detrás de esa conexión afectiva que llamamos vínculo”.
Otro de los temas que se discutirán en el evento será el rol que juega la compañía de un animal en facilitar la lectura y actividad física en niños y adultos.
“Las mascotas son de gran importancia para las personas, especialmente durante los momentos económicos difíciles”, señaló Johnson, y continuó: “Ellas proporcionan amor incondicional y aceptación, y pueden tener un gran impacto frente a problemas sociales como la inactividad y la obesidad”. En este sentido, el año pasado se realizaron unas jornadas similares que pusieron de relieve lo valioso de estar acompañado por un perro al hacer ejercicio físico. Esto se puso de manifiesto a través de un estudio que se hizo con personas mayores, algunas de las cuales salieron a hacer caminatas durante varios días con una compañía canina, mientras que otras lo hicieron junto a una persona. Luego de algunos meses, se demostró que las que salieron con un perro obtuvieron mejores resultados que las que no. De hecho, las personas que habían caminado con perros mejoraron su capacidad en un 28%, además de tener más confianza en el camino a pie y conseguir moverse más velozmente.
En busca de respuestas
Después de experiencias como la mencionada, la idea es realizar estudios similares con la relación que tienen los perros con niños y adolescentes.
“Los pocos estudios que se hicieron hasta el momento sugieren que tener una mascota puede traer múltiples beneficios en la salud emocional de chicos y grandes”, señaló James Griffin, un científico del Nichd. Pero, según explica, hacen falta investigaciones más rigurosas, en donde se documenten estos beneficios y se examine cómo y por qué ocurren. En ese sentido, subrayó que la conferencia de octubre apunta a hallar esas respuestas.
Dicho encuentro reunirá a personas de todo el mundo que trabajan con proyectos similares, entre las que habrá enfermeras, médicos, veterinarios, trabajadores sociales, psicólogos, terapistas ocupacionales y más.
Una larga lista
Todo tiene que ver con todo. Tener un perro en casa puede repercutir en bajar los niveles de colesterol y la tensión arterial de sus dueños.
¿Por qué? Bueno, por los beneficios de sacarlo a pasear todos los días y, por ende, caminar juntos, al menos durante un rato. Y es que, si muchas personas piensan que no tienen tiempo para hacer alguna actividad física, al menos por su propio bien, quizás les haría muy bien conseguirse un can.
Como mínimo, pueden llevarlo a dar una vuelta manzana o alrededor de una plaza para que, de paso, hagan sus necesidades dos veces por día.
Hay investigaciones que, incluso, demuestran que las actividades que se hacen junto con un animal tienen muy buenos resultados para quienes se recuperan luego de haber sufrido un infarto.
Por si fuera poco, los perros también nos ayudan en nuestras relaciones sociales, y cumplen un papel fundamental para los niños con enfermedades crónicas que deben soportar procesos dolorosos de curación. Transmiten tranquilidad a sus dueños, un estado que luego se traduce a múltiples aspectos de la salud física y psicológica.
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