Fin para la Semana del Arte
Durante cinco horas, la Avenida de Mayo se transformó en un taller de dibujo y pintura al aire libre
Sentados sobre la Avenida de Mayo, marcador en mano y vincha blanca con la leyenda "Camino al Bicentenario" en sus cabecitas, cientos de niños dibujaron ayer durante horas sin ser distraídos más que por malabaristas, músicos o los propios padres, con los que compartían sus creaciones.
Así transcurrió el Festival de Dibujo BIC Kids, con el que cerró ayer la 6a. edición de la Semana del Arte, organizada por editorial Arte al Día, junto con el Ministerio de Cultura porteño, y auspiciada por LA NACION. "Esta fue la mejor de las seis ediciones, por lo que significa continuar un programa en el que creemos", dijo Gastón Deleau, director de Arte al Día y estimó que en las cinco horas que duró la propuesta participaron unas 700 familias.
Para incentivar que los chicos dibujen, se distribuyeron con generosidad marcadores y lápices de colores sobre las "alfombras" de papel de diario ?restos de bobinas donados por LA NACION?.
Frida Com, de 6 años, se dibujó a sí misma, a su madre y a su padre, dispersos debajo de un gran arco iris, entre mariposas gigantes, corazones y flores. "Me gusta dibujar porque mi mamá es pintora", explicó Frida a LA NACION minutos después de recibir una de las distinciones ?una bolsita con marcadores Bic y lápices de colores?, el primer premio de su vida. Sonia Rodríguez Com, su madre, estaba muy contenta. "Yo empecé a pintar de grande y siempre deseé que, sea lo que sea lo que le guste hacer, Frida pueda empezar desde temprano. Y parece que lo está haciendo", explicó la madre.
Otro de los distinguidos fue Iván Segura, de 9 años, cuyo dibujo, una casita y un árbol, no llamaría la atención si no fuera porque él, su madre Carina y sus cinco hermanitos, no tienen casa. "Desde hace un mes vivimos en la Plaza de Mayo. Estoy cartoneando para juntar plata y poder volver a la provincia", dijo Carina y contó que ayer estaba mendigando en la puerta de la Catedral cuando se enteró de esta propuesta y llevó a sus chicos, que pintaron sin parar las cinco horas.
Sólo se interrumpieron, como la mayoría de los asistentes, para ver las destrezas de trece bailarines y bombistos del grupo folklórico Sol Argentino, dirigido por María Elena Carabajal. Además del folklore, grandes y chicos disfrutaron las piruetas de un grupo de malabaristas circenses.
"Esto es bárbaro, miralo, está hecho una seda", dijo Carolina Ostapchuk señalando a su hijo, Tomás, de 4 años, que pintaba muy concentrado un dinosaurio alado. "Además, es algo que hacemos juntos y eso me gusta", agregó la joven madre.
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