Con dirección de César Palumbo y la actuación de Malena Cadelli y Natalia Araujo Es una obra de teatro que este sábado a las 21 se presentará en El Altillo del Sur (1 Nº 1693 entre Plaza Matheu y 67).
Dos desconocidas se encuentran en un altillo en San Fernando, Buenos Aires. Corre el año 1954 y la modista Leni (interpretada por Malena Cadelli) recibe en su taller a Vera (que encarna Natalia Araujo). Las dos son alemanas radicadas en Argentina y por el pedido de una prenda comienzan a entablar una relación. Ese, a grandes rasgos, es el comienzo de la obra El tapadito, que mañana a las 21 se presentará en El Altillo del Sur (1 Nº 1693 entre Plaza Matheu y 67).
"Es el encuentro de dos alemanas de distinta religión”, resume la actriz Malena Cadelli. “Una de ellas es modista y la otra es su cliente. A partir de ahí se van dando una serie de situaciones donde se van conociendo los personajes, adentrando más en la intimidad, al punto de manifestarse una necesidad que estaba implícita de una de ellas, y la otra la va a ayudar en lograr esa meta. Pero no puedo decir cuál es esa necesidad, porque se perdería el encanto de la obra", adelanta sobre la trama.
Los personajes. "Vera es una alemana que vino a la Argentina con su marido. Está la cuestión de haber dejado su país, añorando todo y no sabe bien que es lo que quiere hacer. Es muy seguidora de su esposo, como que no tiene una vida propia. En esto hay que tener en cuenta que era el año '54, se vinieron en la posguerra a la Argentina. Ella está en los avatares de la vida cotidiana", explicó Natalia Araujo sobre su personaje, el de la clienta.
Por su parte, Cadelli contó cómo es papel: "Leni es una costurera que trabaja, en este caso, para Vera. Así que a través de ese trabajo, aparecen diálogos y esa necesidad que ella tiene y que yo ayudo a concretar. Pero detrás de eso hay otro interés de su parte, que es la meta que quiere lograr, utilizándola a ella como carnada o señuelo".
Las actrices resaltaron la importancia de ubicarse en la época en que transcurre la historia para poder crear sus personajes, una metodología que utilizan cada vez que deben componer un papel. En este caso particular, Araujo mencionó que a ella le ayuda mucho "indagar primero en la parte histórica" y para El Tapadito fue necesario tener en cuenta lo "que estaba pasando en Argentina y en Alemania, en la Segunda Guerra mundial”, porque “todo eso va a nutrir a este personaje específico, porque obviamente a todos los alemanes no les pasa lo mismo y no a todos los que vienen a la Argentina les pasa lo mismo”. Para Araujo “por ahí empieza la búsqueda y, después, se juega un poco con la letra y los tonos, para alejarse también de lo que es uno".
Cadelli resaltó el tema de que "a todos los alemanes no les pasa lo mismo" y explicó que "es difícil decir que hubiera alguien que no supiera lo que pasaba allá, como sucedió en la Argentina con la Dictadura. Es probable que a todos no les haya tocado directamente, pero nadie puede decir 'yo no sabía', eso es un poco querer cerrar los ojos. Y eso en la obra también aparece, incluso se vincula al título, porque es ‘lo tapadito’, pero es como el agua de la olla, que está abajo y bulle a punto de explotar".
Al principio, el nombre de la obra hace referencia a un "tapadito" que la cliente pide. Pero “cuando leés la obra pensás en la ropa, porque lo menciona y ronda en eso. Pero habiendo atravesado este proceso de preparación podemos pensar que puede haber otra lectura", apunta Araujo.
César Palumbo, el director de la obra, agregó algunos otros datos sobre la obra. "Es dramática, y tiene alguna mirada desde el humor. Hay cosas que a la gente le causan gracia, no sabemos si es por nervios o por angustia, pero la obra puede tener algún momento de un humor casi grotesco. Yo creo que es una obra que toca el lado de las relaciones humanas, personales. Lo importante, lo que pasó en la historia lo sabemos todos, cada uno toma partido, pero la obra tiene una mirada distinta, que se revela al final, y es el tema de las relaciones humanas, eso lo que la hace más rica e interesante", dijo.
–¿Qués es lo que más les gusta de la pieza?
Malena Cadelli: –Ese vínculo que se establece a partir de la necesidad de cada una, que si bien a lo largo de la obra está enfrentado el interés de uno y otra, la necesidad termina uniéndolas.
Natalia Araujo: –Lo que a mi más me atrae es la relación vincular que se genera entre ellas, que son dos desconocidas y se empiezan a tratar y lo que se genera, pese a lo que cada uno estuvo atravesando, es impactante. Otra cosa es que los personajes no son lineales, el que lo ve cree que una es “más brava” y la otra le da más lástima, y al momento siguiente una es la que hostiga y la otra es la hostigada.
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