"LA CIUDAD DE LA VIDA Y LA MUERTE". EL DRAMA BÉLICO DE LU CHUAN CONQUISTÓ AL JURADO PRESIDIDO POR LAURENT CANTET.
"El secreto de sus ojos", sin premios Pese a ser favorita, la película fue ignorada por el jurado oficial. "Francia", de Adrián Caetano, ganó una mención en la sección Horizontes Latinos.
Al final, Juan José Campanella tenía razón cuando decía que el temprano favoritismo de El secreto de sus ojos podía jugarles en contra. El jurado oficial, presidido por el francés Laurent Cantet (Entre los muros), le dio al drama bélico chino City of Life and Death, de Lu Chuan, la Concha de Oro. Este durísimo filme, en exquisito blanco y negro, también ganó en fotografía.
El secreto..., que el viernes se estrenó con éxito en España y fue seleccionada para representar a la Argentina en los Oscar, se quedó ayer -para sorpresa general- sin premios. El módico consuelo fue la victoria en Horizontes latinos de la coproducción argentino-uruguaya Gigante, de Adrián Biniez (realizador argentino radicado en Montevideo). Y, en esta misma sección, la mención especial para Francia, de Adrián Caetano, casualmente un uruguayo radicado en la Argentina. Entre los premios no oficiales, Los condenados, del catalán Isaki Lacuesta, con Daniel Fanego y Arturo Goetz, obtuvo el de Fipresci.
A media mañana trascendió que el propio Cantet les venía pidiendo a los miembros del jurado -entre los que estaban el coreano Bong Joon-ho, la iraní Samira Mahkmalbaf y el inglés John Madden¿ que no se dejaran influir por los medios ni el público. El único latinoamericano del jurado era el mexicano Daniel Giménez Cacho, actor fetiche de Arturo Ripstein.
El Premio Especial del Jurado fue para Le refuge, de Francois Ozon, que provocó, de entrada, un desmayo en el Kursaal, por la secuencia de una pareja inyectándose heroína. Se trata de un sólido, aunque un tanto frío, drama del director de Vida en pareja. Concha de Plata a la interpretación masculina fue Pablo Pineda, actor con síndrome de Down; a la femenina fue Lola Dueñas. Ambos son los protagonistas de Yo, también, de Alvaro Pastor y Antonio Naharro.
La ternura, y también el humor (que recorre a esta comedia dramática), tienen que haber pesado a la hora de estos premios. Pineda, intelectualmente brillante, juega una historia de amor con Dueñas. Ella, a la vez, interpreta a una mujer con serios conflictos familiares, que sólo tiene parejas ocasionales y comienza a mantener un vínculo ambiguo con muchacho. El imán es si tendrán sexo o no. La película, que se cae en su tramo final, parecía más apta para el éxito en salas comerciales que para obtener dos premios mayores en un festival.
La discreta Blessed, de la australiana Ana Kokkinos, fue mejor guión; el español Javier Rebollo (La mujer sin piano), mejor director. Ayer, mientras este enviado escribía estas líneas, en la sala de prensa se repetían las quejas por El secreto...: su transformación de favorita absoluta en ausente total en el "palmarés" causaba indignación. Lo mismo podría decirse -no a nivel masivo, pero sí personal¿ de Hadewijch, maravilla de Bruno Dumont ignorada por un jurado que, este caso, no podría aducir presión del público ni de los medios. La buena noticia es que éste filme y el de Ozon tienen estreno asegurado en la Argentina.
La crisis económica hizo que esta edición del festival durara un día menos y careciera de fiesta de clausura palaciega, tras la ceremonia de premiación en el Kursaal. Al menos, este año es (mucho) más fácil tomar un taxi (o hay más taxistas o menos pasajeros). ¿Y, qué más? Ah, el cine oriental creció. ¿El de Lu Chuan? No: Federico Veiroj y Daniel Hendler se llevaron premios de Cine en Construcción (también la argentina Natalia Smirnoff), y así se sumaron a Caetano y a Gigante, multipremiada en la Berlinale. Al final, consuelos rioplatenses.
Fuente: Clarín
No hay comentarios:
Publicar un comentario