Alealandia es la nueva estación musical de FPM

Una banda con pasado y gran presente

Este sábado, a las 22, en el Centro Cultural Islas Malvinas (20 y 51), FPM presentará su disco Alealandia.

Falso Primer Ministro (FPM), es quizás en la actualidad, una de las bandas con más historia en la ciudad de La Plata. Emparentados durante mucho tiempo con el denominado “electro-pop”, con su nuevo -y esperado- material discográfico expanden su universo musical y logran reposicionarse en la escena local. Durante la entrevista con Diagonales sus músicos: Teresa Tomatti (voz), Francisco Lagomarsino (bajo y programaciones) y Daniel Campagna (guitarra), se encargarán de remarcar el anclaje de la banda con la ciudad, que está “presente desde la tapa”.

El origen del nombre, allá lejos y hace tiempo, hay que buscarlo en un capítulo de la serie Get Smart, de la que los músicos son fans confesos.

–¿De qué trata Alealandia, tanto desde lo conceptual como desde la música?

–F.L.: Lo que deviene de las letras es una especie de retrato de los tiempos contemporáneos. La idea es traducir un poco las tensiones que hay en la vida cotidiana, del caos que uno percibe -aunque no sea tal-. Uno nota una situación de caos y de inestabilidad en la que el azar, la casualidad y la posibilidad que sucedan cosas inesperadas están al orden del día. Y eso llevarlo a diferentes metáforas, que van dentro de las letras insertas en otras mini historias.

Se recopilan canciones de distintos momentos de la banda. Hay canciones más roqueras, otras más pop y más livianas desde la melodía y la armonía, y hay canciones más densas. Nada es aleatorio, los temas fueron elegidos por nosotros, pero el hecho que sean de diferentes etapas hace que le den un toque de diversidad mayor, no son todos compuestos para el disco. Es un disco cancionero con distintos matices.

–¿Cómo se definen musicalmente?

–F.L.: Todas las bandas quieren decir que son algo que no existe, algo inclasificable. En My Space ponés pop/electro, eso puede ser o rock/electro; lo que no quiere decir electro-pop. Es diferente, por ahí se usa de una manera y hay que pensar en el contexto. Cuando uno dice electro-pop piensa en Miranda o Madonna, cosas así, entonces electropop no es, o preferiríamos que no se usara. El CD tiene cosas oscuras, bastante densas. Con el nuevo electro platense no tenemos nada que ver, tenemos que ver porque nosotros los hicimos antes, hace 10 años, pero nada más que por eso.

-D.C.: Hubiese sido una picardía hacer un disco de electro-pop platense que está de moda en este momento, porque nuestra capacidad como instrumentistas está por arriba de toda esa media. En la banda suena bien la voz, el bajo, la guitarra, la batería, las texturas, no quiero hacer menos, quiero hacer más.

–Observando el arte de tapa hay un cambio en el concepto visual…

–F.L.: Apuntamos a otro lado, a un disco menos tecno, más orgánico como se suele decir. Eso tiene que ver con un cambio de estética, a mi me gusta el color verde, me gustaba que tuviera una impronta platense, buscarla desde algún lado. Los colores anteriores estaban ligados a una cosa más tecno, electro-pop.

Queríamos sintetizar lo urbano de nuestra ciudad. Pese a que vamos para atrás, la síntesis de La Plata es edificio más verde. Dentro de 10 años quizás sea edificio más edificio.

–Cuando miran la génesis de los Ministros, ¿qué ven?

–F.L.:Vemos evolución. Puede ser buena o mala, en nuestro caso vemos un crecimiento desde el punto de vista desde la composición desde lo musical.

–D.C.: Después de tantos años a mí lo que me sorprende es la misma ilusión, las mismas ganas, que cuando se empezó.

–F.L.: Y después uno toca mejor y escribe mejor. Porque salvo los tipos que están muy dotados desde muy jóvenes, que nunca abundaron y en La Plata tampoco abundan, a medida que uno tiene más práctica en lo que hace, lo hace mejor.

–Y se viene la presentación de Alealandia

–T.T.: Van a estar casi todos los temas del disco, algunos viejos, invitados y show de luces.

–F.L.: Tocamos solos y nos vamos a dar el gusto de tocar 20 temas, una hora y media.

–D.C: No es un renacimiento, pero sí un nuevo punto de partida.

Fuente: Diagonales