viernes, 19 de junio de 2009

Desde Temperley, llega la mejor obra de la Provincia a la sala Armando Discépolo

La obra ganó el Festival Provincial de Teatro 2008 y se presentó este año en Chaco

Pan de cada día cuenta sólo con acciones y sin palabras la historia de una pareja

Después de ganar el Festival Provincial de Teatro 2008 y obtener una mención en la Fiesta Nacional de Teatro que se realizó en Chaco este año, la obra Pan de cada día se presenta hoy en la sala Armando Discépolo (12 entre 62 y 63). Serán apenas cuatro funciones, que comenzarán este fin de semana y continuará el próximo, siempre a las 21.
Pan de cada día es el resultado de un trabajo realizado por el grupo de teatro independiente La Compasiva, de Temperley, que cuenta con la dirección de Alfredo Badelamenti y las actuaciones de Mario Marino y Gabriela Pagés.

Sin palabras, la obra se nutre de la plástica y el teatro de acción, con las imágenes como recurso, para contar la historia de una pareja, desde el primer contacto hasta la vejez. Así, una masa de harina y agua sirve para que tengan un hijo, que moldean a su semejanza, lo hornean y… “tratamos de contar todo lo que ocurre en una familia, que se resignifica en cada uno de los espectadores gracias a que la obra no tiene palabras y cada uno tiene la posibilidad de hacer una lectura a partir de lo que es, de manera muy abierta, porque hay palabras no dichas”, explicó Badelamenti a Diagonales.
“La obra tiene varias capas y es tanto para gente que prefiere las cosas simples como para los que quieren hacer lecturas más complejas”, agregó el director, que trabajó sobre una serie de sketchs que los actores ya tenían armados.

–¿Cómo fue el proceso creativo?

–Los actores trabajaban por su parte en algunos números performáticos cortos y me vinieron a ver para que los ayudara a encontrarles lo que tenían en común, para saber de qué estaban hablando, que tomaran sentido como totalidad y nos permitieran encontrar un argumento y una forma de contar que permitiera un espectador activo. Me los mostraron con la idea de armar una obra a partir de ellos y fueron el disparador de Pan de cada día, a partir de haber encontrado nuevos sentidos y dimensiones a aquel trabajo inicial, del que quedaron, con algunas modificaciones, unos 20 minutos.

–¿Que la obra no tenga palabras fue el resultado de aquella búsqueda de un espectador activo?

–Teníamos historias, acciones e imágenes con las que contar un texto, pero en ningún momento hubo prejuicio de cómo debía ser, nos dejamos llevar por el planteo inicial generando una historia que resultó no dar lugar a la palabra y salió que hicimos un teatro de acción, con las imágenes como recurso.

¿Qué particularidades tiene la pareja de la obra?

–Viven pagando las consecuencias de sus errores y buscan reinventarse para seguir con el otro, lo que tal vez recién logren al final de la obra, cuando vuelven al juego del cariño y parece que triunfara el amor. Aunque hay mucha gente que cuestiona que sigan juntos. Es que cada uno puede hacer su lectura y mucha gente se pregunta si tendrían que haber seguido juntos o no.
Badelamenti –dueño del Teatro de Las Nobles Bestias, de Temperley– contó que la pieza cuenta con un lenguaje cambiante, que va del expresionismo alemán al cine mudo y luego a una actuación más realista; valiéndose de algunos artilugios más o menos modernos, como un proyector, y de objetos que se transforman para tomar nuevos valores y resignificarse.

Fuente: Diagonales

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