Maximiliano guerra, director del ballet del mercosur
Una charla con el bailarín antes del estreno del viernes de Romeo y Julieta en el Argentino
"Hace exactamente 10 años fundé la compañía. Yo vivía en Europa en esa época, y venía todos los años a la Argentina a hacer giras nacionales, para las cuales contrataba y traía bailarines de afuera: de Cuba, Francia, Rusia, grupos del extranjero. Y un día dije: si tenemos una idea de aunar los países del Mercosur y de que seamos realmente una unión, como la Unión Europea ¿por qué en lugar de traer gente del extranjero, no armamos una compañía?". Así nació el Ballet del Mercosur según las palabras de su fundador y director, Maximiliano Guerra. El bailarín charló con Diagonales de este proyecto, antes del estreno mundial, con coreografía suya, de Romeo y Julieta en el Teatro Argentino el próximo viernes 19.
Desde el comienzo, esta compañía de baile, que en 2009 celebra su décimo aniversario, tiene como misión ofrecer espectáculos de ballet de la más alta calidad artística y, como política, convertirse en un semillero de talentos: "Es un lugar que te hace crecer. Pero también consigue trabajos, y en lugares tan importantes como el Teatro Argentino. También hay mucha gente en el extranjero; en los Estados Unidos, en Alemania", dice Guerra.
El nombre Ballet del Mercosur se le ocurrió a su creador: "Creo muy en serio que el Mercosur se va a unir realmente cuando lo hagan nuestras culturas, cuando encontremos las conjunciones y las similitudes en nuestras culturas, que son muy parecidas. Y esa fue la idea para empezar con el Ballet y darle la oportunidad a jóvenes talentos, fundamentalmente de la danza, pero también a escenógrafos, músicos, vestuaristas. Y buscar tocar temas que tienen que ver con el Mercosur, porque tenemos una mirada más regional que local".
–¿Cómo resumiría los objetivos del Ballet?
–El objetivo es brindar a la comunidad del Mercosur la danza y, por supuesto, también ser como una carta de presentación o una muestra para el mundo de lo que es la cultura sudamericana, nuestra cultura. Y creo que el mensaje más fuerte que tiene es justamente esta cosa de la unión: no importa tanto de dónde vengas sino que tenemos similitudes en nuestras culturas, que se pueden unificar en un mismo lugar: el escenario.
–¿Otro de los objetivos fundamentales del Ballet es llevar la danza a todos los públicos posibles?
–Absolutamente. Creo que ese es un concepto que los artistas no nos tenemos que olvidar: los artistas nacen justamente de los itinerantes, los cantantes y los poetas, y los circos y las obras de teatro, donde el público no iba a ver el espectáculo, sino que el artista era el que le llevaba el espectáculo a la casa. Sobre todo en un país como el nuestro, que es tan grande y que las distancias son tan enormes, no podemos pretender, soberbiamente, que la gente tenga que venir a Buenos Aires o a las grandes ciudades. Hay que llevarle el arte al lugar más cercano posible de su casa.
Cada año, desde que fue creado, el Ballet del Mercosur realiza una gira nacional con distintos espectáculos: La Sylphide (2000), Maximiliano Guerra y El Ballet del Mercosur (2001), Con gloria morir (2002–estreno mundial), Clásico@Moderno (2003), Lo mejor de mí (2003–2004), Vuelo en libertad (2004), En blanco y negro (2005), Argentino (2006), Más Argentino (2007) y Secuencias (2008).
En la actualidad, Maximiliano Guerra presenta junto a su Ballet el programa Rituales, que es el mismo espectáculo que brindaron durante 2008 y gracias al cual obtuvieron el premio Estrella de Mar 2009 al mejor espectáculo de danza. Rituales tiene el agregado de algunas obras y mayor duración, pero continúa con la esencia de Maximiliano Guerra y el Ballet del Mercosur.
La solidaridad es otro de los puntos a destacar de la Compañía, ya que realiza presentaciones a beneficio de diferentes entidades que así lo solicitan. Maximiliano Guerra considera que en determinadas ocasiones los espectáculos deben ser gratuitos porque "le tenés que dar la posibilidad a todo el mundo de verlo. Hay gente que por más que luches y trates por todos los medios de poner entradas a precios populares, no tiene 30 o 35 pesos para pagar una entrada, entonces no lo podés marginar, no lo podés dejar de lado porque no puede pagar ese dinero. Entonces, hay que buscar la forma de que una o dos veces por año podamos llevar el espectáculo, obviamente con el apoyo de los gobiernos y de los sponsors personales de cada uno, para que simplemente se acerquen, sin pagar nada, y disfruten".
–¿Además de verse como un referente de la danza, se ve como un formador?
–Hace mucho tiempo que me veo como un formador. Al mismo tiempo que estoy haciendo las funciones con el Ballet del Mercosur, estoy bailando en Madero Tango y estoy montando en el Teatro Argentino Romeo y Julieta, y cuando entré a la Sala para empezar a ver a los bailarines, de los 45 que había, 22 pasaron por el Mercosur, así que eso puede decir cuál es la magnitud que tiene que pasen por una compañía donde, obviamente, aprenden algo y afianzan algo de lo que ya traían aprendido.
Entre los bailarines que dieron sus primeros pasos profesionales en el Ballet del Mercosur, se pueden mencionar a Hernán Piquín (bailarín principal del Ballet Argentino de Julio Bocca y protagonista de la película Aniceto, de Leonardo Favio), Genoveva Srur (primera bailarina del Ballet Estable del Teatro Argentino de La Plata), Darío Franconi (solista del Ballet de Finlandia), Pablo Piantino (integrante del Ballet de San Francisco), Marianela Núñez (primera bailarina del Royal Ballet de Londres), Cynthia Labaronne (primera bailarina del Ballet de Francia) y Luciana Paris (bailarina del American Ballet Theatre), entre otros.
–¿Cómo selecciona su equipo de trabajo?
–Cada tanto, nosotros hacemos audiciones para los bailarines. Pero después, sobre cada proyecto específico, se eligen a los coreógrafos y a las músicas que se van a utilizar. Entonces, esto hace que tengamos los bailarines contratados todo el año y, después, sobre cada programa específico, cuando por ejemplo decido que venga un coréografo de Brasil, se le entrega la compañía que tenemos para que la trabaje.
Estos son algunos de los maestros preparadores del Ballet: Gabriela Pucci, Violeta Janeiro, Graciela Piedra, Valeria Guerra, Loipa Araujo (Cuba), Mario Galizzi, Sergio Berto (Brasil), Mora Godoy y Walter Cammertoni.
–En lo personal, ¿qué significa este proyecto?
–Es el proyecto que más a largo plazo tengo y que me hace sentir más orgulloso, no sólo por cómo está ahora sino por cómo fue siempre, una compañía dúctil, que sabe bailar desde lo clásico hasta lo contemporáneo. Es como mi bebé, un hijo. Algo que estoy creando, que estoy generando y espero que en un momento tenga el vuelo suficiente para poder seguir solo.
Maximiliano Guerra inició sus estudios de danza en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón de Buenos Aires y se perfeccionó con maestros como Wasil Tupin, Mercedes Serrano, Mario Galizzi, Leandro Ragueiro, y en el exterior con Woiteck Lowsky y Stanley Williams. Luego de haber actuado en el Teatro Argentino de La Plata y la fundación Teresa Carreño de Caracas (Venezuela), ingresó, en 1985, al ballet estable del Teatro Colón. Tres años más tarde comenzó con su carrera internacional, que se afianzó en 1992, año en el que empezó a ser invitado a participar en las de las más prestigiosas compañías del mundo y actuó en los escenarios de los teatros más importantes.
En 1999 crea el Ballet del Mercosur y desde entonces realiza presentaciones con su compañía. En el año 2003 es nombrado "ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires", por iniciativa de la diputada Marta Talloti, contando con la votación unánime de la Legislatura porteña. Dos años después, en el marco del Homenaje a los 80 años del Ballet estable del Teatro Colón, es convocado como bailarín emérito.
A fines de 2007, Maximiliano Guerra participa de la despedida de su compañero Julio Bocca, bailando junto a él en la apertura de El corsario.
A lo largo de su carrera, el bailarín recibió más de 20 menciones y premios, entre los que se encuentran el Grand Prix (Perú), la Medalla de Plata (New York), la Medalla de oro (Bulgaria), el Konex (Argentina), el Reconocimiento internacional (Naciones Unidas), el Mensajero de la paz (Unesco) y una estrella en firmamento con su nombre (NASA).
Qué duda cabe que la pregunta ¿qué significa la danza en su vida? se la deben haber hecho millones de veces. Sin embargo, Maximiliano Guerra no se cansa de responderla una y otra vez. Hasta parece que le gustara: "La danza es mi vida. Es la forma más común y más fácil que tengo de comunicar sentimientos. Lo llevo adentro. Es una vocación que pude desarrollar y poder llevar a cabo arriba de los escenarios. Y es el lugar donde me siento con más libertad, además de cuando estoy en familia, con mi mujer y con mis hijas. Pero es algo muy de adentro, es la forma más libre que tengo de comunicación".
Fuente: Diagonales
Una charla con el bailarín antes del estreno del viernes de Romeo y Julieta en el Argentino
"Hace exactamente 10 años fundé la compañía. Yo vivía en Europa en esa época, y venía todos los años a la Argentina a hacer giras nacionales, para las cuales contrataba y traía bailarines de afuera: de Cuba, Francia, Rusia, grupos del extranjero. Y un día dije: si tenemos una idea de aunar los países del Mercosur y de que seamos realmente una unión, como la Unión Europea ¿por qué en lugar de traer gente del extranjero, no armamos una compañía?". Así nació el Ballet del Mercosur según las palabras de su fundador y director, Maximiliano Guerra. El bailarín charló con Diagonales de este proyecto, antes del estreno mundial, con coreografía suya, de Romeo y Julieta en el Teatro Argentino el próximo viernes 19.
Desde el comienzo, esta compañía de baile, que en 2009 celebra su décimo aniversario, tiene como misión ofrecer espectáculos de ballet de la más alta calidad artística y, como política, convertirse en un semillero de talentos: "Es un lugar que te hace crecer. Pero también consigue trabajos, y en lugares tan importantes como el Teatro Argentino. También hay mucha gente en el extranjero; en los Estados Unidos, en Alemania", dice Guerra.
El nombre Ballet del Mercosur se le ocurrió a su creador: "Creo muy en serio que el Mercosur se va a unir realmente cuando lo hagan nuestras culturas, cuando encontremos las conjunciones y las similitudes en nuestras culturas, que son muy parecidas. Y esa fue la idea para empezar con el Ballet y darle la oportunidad a jóvenes talentos, fundamentalmente de la danza, pero también a escenógrafos, músicos, vestuaristas. Y buscar tocar temas que tienen que ver con el Mercosur, porque tenemos una mirada más regional que local".
–¿Cómo resumiría los objetivos del Ballet?
–El objetivo es brindar a la comunidad del Mercosur la danza y, por supuesto, también ser como una carta de presentación o una muestra para el mundo de lo que es la cultura sudamericana, nuestra cultura. Y creo que el mensaje más fuerte que tiene es justamente esta cosa de la unión: no importa tanto de dónde vengas sino que tenemos similitudes en nuestras culturas, que se pueden unificar en un mismo lugar: el escenario.
–¿Otro de los objetivos fundamentales del Ballet es llevar la danza a todos los públicos posibles?
–Absolutamente. Creo que ese es un concepto que los artistas no nos tenemos que olvidar: los artistas nacen justamente de los itinerantes, los cantantes y los poetas, y los circos y las obras de teatro, donde el público no iba a ver el espectáculo, sino que el artista era el que le llevaba el espectáculo a la casa. Sobre todo en un país como el nuestro, que es tan grande y que las distancias son tan enormes, no podemos pretender, soberbiamente, que la gente tenga que venir a Buenos Aires o a las grandes ciudades. Hay que llevarle el arte al lugar más cercano posible de su casa.
Cada año, desde que fue creado, el Ballet del Mercosur realiza una gira nacional con distintos espectáculos: La Sylphide (2000), Maximiliano Guerra y El Ballet del Mercosur (2001), Con gloria morir (2002–estreno mundial), Clásico@Moderno (2003), Lo mejor de mí (2003–2004), Vuelo en libertad (2004), En blanco y negro (2005), Argentino (2006), Más Argentino (2007) y Secuencias (2008).
En la actualidad, Maximiliano Guerra presenta junto a su Ballet el programa Rituales, que es el mismo espectáculo que brindaron durante 2008 y gracias al cual obtuvieron el premio Estrella de Mar 2009 al mejor espectáculo de danza. Rituales tiene el agregado de algunas obras y mayor duración, pero continúa con la esencia de Maximiliano Guerra y el Ballet del Mercosur.
La solidaridad es otro de los puntos a destacar de la Compañía, ya que realiza presentaciones a beneficio de diferentes entidades que así lo solicitan. Maximiliano Guerra considera que en determinadas ocasiones los espectáculos deben ser gratuitos porque "le tenés que dar la posibilidad a todo el mundo de verlo. Hay gente que por más que luches y trates por todos los medios de poner entradas a precios populares, no tiene 30 o 35 pesos para pagar una entrada, entonces no lo podés marginar, no lo podés dejar de lado porque no puede pagar ese dinero. Entonces, hay que buscar la forma de que una o dos veces por año podamos llevar el espectáculo, obviamente con el apoyo de los gobiernos y de los sponsors personales de cada uno, para que simplemente se acerquen, sin pagar nada, y disfruten".
–¿Además de verse como un referente de la danza, se ve como un formador?
–Hace mucho tiempo que me veo como un formador. Al mismo tiempo que estoy haciendo las funciones con el Ballet del Mercosur, estoy bailando en Madero Tango y estoy montando en el Teatro Argentino Romeo y Julieta, y cuando entré a la Sala para empezar a ver a los bailarines, de los 45 que había, 22 pasaron por el Mercosur, así que eso puede decir cuál es la magnitud que tiene que pasen por una compañía donde, obviamente, aprenden algo y afianzan algo de lo que ya traían aprendido.
Entre los bailarines que dieron sus primeros pasos profesionales en el Ballet del Mercosur, se pueden mencionar a Hernán Piquín (bailarín principal del Ballet Argentino de Julio Bocca y protagonista de la película Aniceto, de Leonardo Favio), Genoveva Srur (primera bailarina del Ballet Estable del Teatro Argentino de La Plata), Darío Franconi (solista del Ballet de Finlandia), Pablo Piantino (integrante del Ballet de San Francisco), Marianela Núñez (primera bailarina del Royal Ballet de Londres), Cynthia Labaronne (primera bailarina del Ballet de Francia) y Luciana Paris (bailarina del American Ballet Theatre), entre otros.
–¿Cómo selecciona su equipo de trabajo?
–Cada tanto, nosotros hacemos audiciones para los bailarines. Pero después, sobre cada proyecto específico, se eligen a los coreógrafos y a las músicas que se van a utilizar. Entonces, esto hace que tengamos los bailarines contratados todo el año y, después, sobre cada programa específico, cuando por ejemplo decido que venga un coréografo de Brasil, se le entrega la compañía que tenemos para que la trabaje.
Estos son algunos de los maestros preparadores del Ballet: Gabriela Pucci, Violeta Janeiro, Graciela Piedra, Valeria Guerra, Loipa Araujo (Cuba), Mario Galizzi, Sergio Berto (Brasil), Mora Godoy y Walter Cammertoni.
–En lo personal, ¿qué significa este proyecto?
–Es el proyecto que más a largo plazo tengo y que me hace sentir más orgulloso, no sólo por cómo está ahora sino por cómo fue siempre, una compañía dúctil, que sabe bailar desde lo clásico hasta lo contemporáneo. Es como mi bebé, un hijo. Algo que estoy creando, que estoy generando y espero que en un momento tenga el vuelo suficiente para poder seguir solo.
Maximiliano Guerra inició sus estudios de danza en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón de Buenos Aires y se perfeccionó con maestros como Wasil Tupin, Mercedes Serrano, Mario Galizzi, Leandro Ragueiro, y en el exterior con Woiteck Lowsky y Stanley Williams. Luego de haber actuado en el Teatro Argentino de La Plata y la fundación Teresa Carreño de Caracas (Venezuela), ingresó, en 1985, al ballet estable del Teatro Colón. Tres años más tarde comenzó con su carrera internacional, que se afianzó en 1992, año en el que empezó a ser invitado a participar en las de las más prestigiosas compañías del mundo y actuó en los escenarios de los teatros más importantes.
En 1999 crea el Ballet del Mercosur y desde entonces realiza presentaciones con su compañía. En el año 2003 es nombrado "ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires", por iniciativa de la diputada Marta Talloti, contando con la votación unánime de la Legislatura porteña. Dos años después, en el marco del Homenaje a los 80 años del Ballet estable del Teatro Colón, es convocado como bailarín emérito.
A fines de 2007, Maximiliano Guerra participa de la despedida de su compañero Julio Bocca, bailando junto a él en la apertura de El corsario.
A lo largo de su carrera, el bailarín recibió más de 20 menciones y premios, entre los que se encuentran el Grand Prix (Perú), la Medalla de Plata (New York), la Medalla de oro (Bulgaria), el Konex (Argentina), el Reconocimiento internacional (Naciones Unidas), el Mensajero de la paz (Unesco) y una estrella en firmamento con su nombre (NASA).
Qué duda cabe que la pregunta ¿qué significa la danza en su vida? se la deben haber hecho millones de veces. Sin embargo, Maximiliano Guerra no se cansa de responderla una y otra vez. Hasta parece que le gustara: "La danza es mi vida. Es la forma más común y más fácil que tengo de comunicar sentimientos. Lo llevo adentro. Es una vocación que pude desarrollar y poder llevar a cabo arriba de los escenarios. Y es el lugar donde me siento con más libertad, además de cuando estoy en familia, con mi mujer y con mis hijas. Pero es algo muy de adentro, es la forma más libre que tengo de comunicación".
Fuente: Diagonales
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