jueves, 14 de mayo de 2009

Una historia de violencia

Una mañana de febrero, antes de realizar sus ejercicios de natación en su casa de Palermo, Alezzo, como quien planea comprar el pan, decidió montar una versión de El rufián en la escalera . Nicolás Dominici, Cristina Dramisino y Federico Paz aceptaron de inmediato ser dirigidos por él mientras se iniciaban los trámites para adquirir los derechos de la pieza de Joe Orton.

Con este dramaturgo, el mismo de Atendiendo al señor Sloane , ocurre lo mismo que con Oscar Wilde, cuya vida fue tan interesante como su producción. Genial y controvertido, Orton padeció la cárcel y la discriminación. Stephen Frears llevó al cine en 1987 la biografía de Orton escrita por John Lahr, Susurros en tus oídos , con Gary Oldman, sobre este renovador de la escena inglesa asesinado a martillazos por su amante en 1967, a los 34 años.

Luego de Yo soy mi propia mujer y Rose , los unipersonales multipremiados con Julio Chávez y Beatriz Spelzini, respectivamente, Otros tiempos de vivir y Cena entre amigos , deliciosas piezas que, en mayor o menor medida, están dotadas de una cuota de esperanza, Alezzo presenta una obra violenta. "Orton es puro teatro y combina de forma magistral el sarcasmo, lo revulsivo, la sexualidad exacerbada, barata, sin escrúpulos, la amoralidad y el humor feroz", explica Alezzo, quien en 1971 montó Botín, de este mismo autor maldito, con producción y escenografía de Carlos Gandolfo.

El rufián en la escalera está inspirada en un poema de William Ernest Henley en el que "la señora Vida, la inquilina que estalla en flor" es acosada por "el Fin", que recibe además el título de la pieza de Orton. Una mujer de pasado oscuro vive con un matón. Sus días grises transcurren entre la abulia y la rutina hasta que un misterioso joven aparece en su departamento con un objetivo concreto y perturbador.

Fuente: La Nación

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