lunes, 13 de abril de 2009

Una obra que descubre al Perón reflexivo

En la cartelera porteña
Daniel Di Cocco, quien comenzó su carrera de actor en La Plata, sube a escena para interpretar Perón en Caracas, una obra de Leónidas Lamborghini. La pieza pone en escena a un Perón solitario y reflexivo durante sus días de exilio en un departamento de Caracas, Venezuela, tras el Golpe de la llamada, Revolución Libertadora.

Todos los viernes a las 21, en el porteño teatro La Ranchería (México 1152), Daniel Di Cocco sube a escena para interpretar Perón en Caracas, una obra de Leónidas Lamborghini, dirigida por Jorge López Vidal. La pieza pone en escena a un Perón solitario y reflexivo durante sus días de exilio en un departamento de Caracas, Venezuela, tras el Golpe de Estado de la Revolución Libertadora de 1955.

Daniel Di Cocco comenzó su acercamiento a la actuación en Salto, su pueblo natal. Pero su primer formación fue en el teatro Rambla de La Plata. "Empecé a hacer teatro en Salto desde muy joven, casi como espiando, y tuve que hacer mucho banco antes de salir a las tablas. Antes era así…", recuerda el actor. "Luego cuando partí a La Plata a hacer una carrera universitaria, anduve esquivando la tentación porque sabía que ni bien me asomara a un teatro iba a dejar todo. Pasé muchas veces por la puerta de los pocos estudios de teatros platenses que había en los setenta, sin decidirme, hasta que un gran amigo que perdí en esos años, me recomendó el Taller de José Luis de Las Heras, que luego pasó a ser el teatro Rambla La Plata, y se acabó la Ingeniería", relata Di Cocco.
–¿Y cómo siguió después su camino por la carrera de actor?

–A fines del '77, con otros compañeros del grupo de La Plata, huyendo un poco del clima opresivo que se vivía en esa época, nos fuimos a Buenos Aires a seguir estudiando con otros maestros. Éramos todos apasionados por el teatro, como el General Perón por la política.

–¿Es más complejo interpretar a un personaje real?

–En mi caso personal, porque supongo que habrá tantos métodos como actores, siempre comienzo por el trabajo psico físico del personaje. Primero necesito saber cómo se para, cómo se mueve, cual es su comportamiento físico, para luego poder hacerlo pensar. En este caso, ese comportamiento estaba predeterminado por que todos conocemos a Perón, personalmente o por videos como es mi caso, pero su conducta psíquica era una incógnita a descubrir. Porque podemos conocer e investigar sobre el pensamiento y la vida política del Gral. Perón y eso nos dará una enorme cantidad de datos pero cómo saber de los sentimientos y las emociones que lo asaltaron en la soledad del exilo dando vueltas en un triste y pequeño departamento. Al no poder respondernos esta pregunta llegamos a la conclusión que un actor se encuentra ante las mismas dificultados con personajes reales como ficticios.

–¿Como le resultó encarar a un personaje como Perón, que puede resultar tan amado como odiado?

–En principio nunca pensé en esa antinomia, para mó Perón como personaje fue siempre querible y disfruté mucho construyéndolo. Sin embargo, por lo que significa Perón para la gran mayoría del pueblo argentino, necesité una buena dosis de osadía para poder enfrentarlo. Es ahí donde entra en juego la tarea de Jorge López Vidal, mi director, que me inspiró la confianza necesaria para poder abordarlo, y los acertados consejos de Jorge Venturini en la parte física. Recuerdo que el día que descubrimos en qué parte del cuerpo ponía la energía este personaje, todo comenzó a ser mas fácil.

–¿Cómo es su Perón o, si prefiere, el Perón de esta obra?

–En cuanto a mi Perón prefiero guardarlo para mí, porque no creo que eso sea importante para el público. El de la obra es un Perón querible, planteado por Lamborghini en una dimensión tan humana que hace que sus conflictos se tornen universales. Su reflexiones sobre la vejez, la soledad o el amor nos alejan del Perón estatua, mostrándonos a un ser humano que pone tanta pasión en lo que hace que termina siendo un ejemplo de conductas de vida. Su obstinación en recuperar el poder para concluir con ese proyecto de país que le ha quedado trunco es encomiable. Y la obra está construida con tanta inteligencia que no toma partido por el personaje, solamente lo muestra con sus aciertos y debilidades.

Perón en Caracas es una oportunidad para ver y escuchar, al hombre, al político, al estadista, al militar, al fundador de uno de los movimientos políticos de América Latina, reflexionar en torno a los hechos políticos más importantes del país y el continente. Y es una oportunidad para comprobar la vigencia de muchos de los núcleos problemáticos nacionales y americanos con los que Juan D. Perón tuvo algo que ver o sobre los cuales tuvo algo qué decir.

Fuente: Diagonales

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