
Hay algo de hipnótico en los espectáculos de Momix; como si Moses Pendleton, su creador y director, y sus cómplices (los diez increíbles intérpretes de sus coreografías) convirtieran el escenario en un reloj de péndulo y lo hicieran oscilar delante de sus espectadores. Y es que es difícil resistirse a la fascinación de su propuesta visual, que llega al público a través de proyecciones, artilugios escénicos, luces, vestuario, sonidos y música y, sobre todo, los cuerpos y el trabajo de sus bailarines (un término que se queda corto para definirles).
Después de varias visitas a nuestros escenarios, Momix ya no sorprende, pero no ha perdido ni una pizca de su capacidad de seducción. En «Bothanica», Moses Pendleton, un espumeante personaje aparentemente siempre en ebullición, vuelve a desplegar la paleta de su imaginación, llena de colores. La naturaleza y las cuatro estaciones del año son la base sobre la que Pendleton crea sus estampas: cuerpos desnudos que tratan de imitar los pétalos de una rosa, abanicos que recuerda a los girasoles, abejas, centauros, árboles, flores que se transforman en batas de cola... El repertorio de imágenes es abrumador e hipnótico.
Aunque su apoyo en la tecnología -luces, accesorios, proyecciones- es elocuente, Pendleton vuelve a encontrar en los intérpretes de sus coreografías al aliado perfecto por talento, calidad y compromiso con un trabajo que exige no sólo bailarines, sino también acróbatas, actores, equilibristas, gimnastas... «Bothanica», sin embargo, es quizás uno de los espectáculos de Momix con mayor porcentaje de danza.
Moses Pendleton decía en la víspera del estreno que Momix es teatro visual sin una historia detrás, y que lo que intenta es «crear cuadros evocadores que estimulen la imaginación del público». La música juega un papel importante para crear esos cuadros: «si se cierran los ojos se pueden seguir viendo las imágenes que proponemos en escena».
Crear belleza, seducir a través de ella, es una de las razones de ser del arte. Y para Moses Pendleton, «Bothanica» busca esa conexión con los espectadores, y confía en que ese mundo imaginario pueda servir al público a escaparse con Momix. «El teatro puede ser un arma importante contra la depresión».
Fuente: ABC
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