domingo, 27 de diciembre de 2009

Niños orquesta

Proyecto cultural y solidario en Chascomús

Desde hace doce años, la Orquesta Escuela de Chascomús funciona con niños de diversas clases sociales que se unen en la pasión de ejecutar su instrumento para sumar a la creación colectiva alrededor de la música clásica.

Existen numerosos estudios científicos que comprueban los beneficios de un asiduo contacto con la música clásica. El mayor plus de los acordes de los clásicos de Bach, Mozart y Beethoven, sin embargo, se siente al ejecutar un instrumento. Como sucede con todo arte que se desarrolle, las capacidades cognitivas del que estudie música se acrecientan, más aún si se lo fomenta desde la niñez. Y cuando a eso le sumamos la voluntad de achicar la brecha que distancia a las personas, asociando los sonidos en una creación colectiva, el resultado siempre es digno de aplaudir de pie.

Un ejemplo de este tipo de orquestas es el que desde hace doce años lleva adelante la licenciada María Victoria Atela, asesorada por el eximio violinista José Bondar. A pocos kilómetros de La Plata, la Orquesta Escuela de Chascomús es la primera del país que surgió utilizando la batuta con fines solidarios.

La orquesta convoca a niños, niñas y adolescentes de 3 a 21 años (teniendo hoy 350 alumnos, en una ciudad de 30 mil habitantes) de todos los niveles socioeconómicos, pero buscando especialmente involucrar a los sectores más bajos para ofrecerles el acceso al conocimiento y la producción musical por medio de una propuesta metodológica innovadora, basada en la práctica orquestal. Buscando también la articulación de sus saberes y capacidades con la producción de conocimiento, la continuidad de los estudios, la contención socioeducativa, la integración social y la inserción laboral.

Las características de organización y funcionamiento conforman el modelo adoptado por la fundación Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles de Argentina, creada con el apoyo del Mozarteum Argentino. La organización trabaja en articulación con la Fundación del Estado para el Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela.

A partir de los éxitos obtenidos en cuanto a su funcionamiento en el área pedagógica, su directora fue invitada a conducir la cátedra Orquesta Escuela en la Universidad Nacional de San Martín.

Numerosa y solidaria

La Orquesta Escuela cuenta con 300 alumnos de entre 3 y 21 años. Fue creada en 1998, y entre sus integrantes hay muchos chicos humildes, de los barrios más pobres de Chascomús, que encontraron en la música no solamente una actividad grata que les puede abrir la mente y el corazón a un mundo nuevo, sino un verdadero proyecto de vida.

De hecho, los alumnos más avanzados ya trabajan dictando clases a los recién iniciados y hay otros que viajan a localidades vecinas, multiplicando el proyecto sociomusical.

Con casi 12 años de trabajo, la Orquesta Escuela de Chascomús tiene varios motivos para alegrarse y enorgullecerse: más de 600 chicos de entre 3 y 23 años integran los cuatro cuerpos orquestales: preinfantil, infantil, infantojuvenil y Camerata Estudio. Se forman como músicos y docentes en un espacio en el que su formación artística va de la mano con su desarrollo personal y ciudadano.

Además, cuenta con ocho núcleos en distintos barrios para llegar a aquellos niños que no tienen la posibilidad de acercarse a la Orquesta Escuela. No por nada fue declarada modelo del Programa Provincial de Orquestas Escuela del gobierno bonaerense.

Tres ejes de trabajo

La Orquesta Escuela se explica presentando sus tres ejes de trabajo: un primer eje educativo, que promueve la continuación de los estudios formales de los alumnos, y lo acompaña institucionalmente en su escolaridad, condición obligatoria para ser parte del proyecto. Un segundo eje social, partiendo de la base de que hoy en día cualquier niño o adolescente se encuentra en riesgo social, y brindando oportunidades en el campo de la formación artístico musical, promoviendo una alternativa valiosa a las actuales problemáticas sociales que los niños y adolescentes viven. El trabajo en este eje se completa con la inserción laboral de aquellos jóvenes que a través del deseo personal, el esfuerzo sostenido y el estudio, alcancen el nivel profesional adecuado. Un tercer eje es el cultural, que involucra el conocimiento y la experiencia vivencial de la cultura musical local, nacional, latinoamericana y universal como agregado para la vida de los participantes del programa.

¿Pero cuál es la importancia real de este tipo de emprendimientos? La pertenencia a la Orquesta Escuela implica no sólo aprender y hacer música. En esta orquesta se convive, se comparte, se disfruta, se crece, se sueña. Cada niño, integrado con un grupo, crece aprendiendo que el aporte personal es importante para la consolidación del mismo, y desarrollando la autoestima a partir del reconocimiento por los logros musicales que se van obteniendo. No queda más que impartir aplausos para esta iniciativa.

Fuente: Hoy

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