"El secreto de sus ojos", de Juan José Campanella La película con Darín, Villamil y Francella obtuvo nueve estatuillas y fue claramente el fenómeno del año. Sensaciones del principal responsable del éxito. Por: Pablo O. Scholz
Nunca me pasó... Estaba renervioso. La verdad, estoy al borde de la saturación de lo que un ser humano puede recibir de halagos", se sincera sin sonar altanero JuanJosé Campanella luego de la gran noche en la que El secreto de sus ojos ganó en los nueve rubros en los que estaba nominada, convirtiéndose en la gran triunfadora de la noche.
"La verdad es que fue una alegría tremenda. He llegado a un punto de satisfacción tan grande, que yo que decía que en el cine no existe la felicidad, sólo el alivio, estoy en un estado de aturdimiento que me da un poco de pudor. No tengo facilidad para recibir elogios, me pongo como vergonzoso, tímido. Es mucho el afecto que logró la película."
Campanella siente que la efusividad que recibió es mayor que la de El hijo de la novia. En el sitio de la película los visitantes mencionan mucho la palabra orgullo.
El secreto... abre esta semana el Festival de La Habana, en la monumental sala Karl Mark, pero Canpanella se lo perderá. "Me voy por tres meses, aquí dejo preparando la miniserie sobre Belgrano (4 capítulos) y una serie para el canal Encuentro, con Alejandro Dolina, un falso documental sobre una figura que desaparece misteriosamente".
Este fin de semana se va a Nueva York, donde como desde el año 2000 dirige uno o más capítulos de la serie La ley y el orden: unidad de víctimas especiales, y luego a Los Angeles, donde lo espera Hugh Laurie para dos episodios de Dr. House. "Para 45 minutos de artística trabajamos de ocho a diez días, de doce a catorce horas por jornada", concede.
Mientras esté en los EE.UU. Sony Classics -la misma compañía que distribuyó allí El hijo de la novia-estrenará el año que viene El secreto... Y estará allí también cuando la Academia de Hollywood dé a conocer las nominaciones al Oscar, donde la Argentina envió su película para competir en el rubro mejor filme en idioma extranjero.
Y Campanella, con The Son of the Bride, fue el último argentino que alcanzó la nominación al Oscar. Sería un mimo más, la frutilla para el empalagoso postre de los elogios.
Nunca me pasó... Estaba renervioso. La verdad, estoy al borde de la saturación de lo que un ser humano puede recibir de halagos", se sincera sin sonar altanero JuanJosé Campanella luego de la gran noche en la que El secreto de sus ojos ganó en los nueve rubros en los que estaba nominada, convirtiéndose en la gran triunfadora de la noche.
"La verdad es que fue una alegría tremenda. He llegado a un punto de satisfacción tan grande, que yo que decía que en el cine no existe la felicidad, sólo el alivio, estoy en un estado de aturdimiento que me da un poco de pudor. No tengo facilidad para recibir elogios, me pongo como vergonzoso, tímido. Es mucho el afecto que logró la película."
Campanella siente que la efusividad que recibió es mayor que la de El hijo de la novia. En el sitio de la película los visitantes mencionan mucho la palabra orgullo.
El secreto... abre esta semana el Festival de La Habana, en la monumental sala Karl Mark, pero Canpanella se lo perderá. "Me voy por tres meses, aquí dejo preparando la miniserie sobre Belgrano (4 capítulos) y una serie para el canal Encuentro, con Alejandro Dolina, un falso documental sobre una figura que desaparece misteriosamente".
Este fin de semana se va a Nueva York, donde como desde el año 2000 dirige uno o más capítulos de la serie La ley y el orden: unidad de víctimas especiales, y luego a Los Angeles, donde lo espera Hugh Laurie para dos episodios de Dr. House. "Para 45 minutos de artística trabajamos de ocho a diez días, de doce a catorce horas por jornada", concede.
Mientras esté en los EE.UU. Sony Classics -la misma compañía que distribuyó allí El hijo de la novia-estrenará el año que viene El secreto... Y estará allí también cuando la Academia de Hollywood dé a conocer las nominaciones al Oscar, donde la Argentina envió su película para competir en el rubro mejor filme en idioma extranjero.
Y Campanella, con The Son of the Bride, fue el último argentino que alcanzó la nominación al Oscar. Sería un mimo más, la frutilla para el empalagoso postre de los elogios.
Fuente: Clarín
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