martes, 11 de agosto de 2009

Un puente al abandono

En la estación de Tolosa

Vecinos de esa localidad platense pidieron que se restaure esa histórica construcción. Indicaron que el abandono es tal que se desprendió parte de la mampostería. "Afortunadamente nadie salió lastimado, pero justo en ese momento había gente en el lugar", dijeron.

El emblemático puente peatonal de la estación ferroviaria de Tolosa se cae literalmente a pedazos. Con el paso del tiempo y la evidente falta de mantenimiento -no sólo de la administración actual, sino también de las anteriores- ese bien patrimonial continua en su proceso de deterioro.
Vecinos de esa localidad platense contaron a Hoy que, durante la última semana, un pedazo importante de escombro se desprendió de una de las paredes laterales de esa estructura, en el preciso momento en que varias personas transitaban por ahí. Afortunadamente, no hubo heridos. Pero el peligro sigue al acecho.

“Es un peligro, la piedra podría haber caído encima de alguno de nosotros. A un hombre le rozó el cuerpo, pero no llegó a lastimarlo”, contó indignada una mujer.
El puente que cruza las vías forma parte de la identidad tolosana y es por eso que los vecinos esperan una respuesta de la Municipalidad o de la compañía que explota el ramal que corre entre La Plata y Constitución. “Es cierto que arreglaron los pasos a nivel, pero no pueden abandonar una construcción histórica”, dijo otro de los frentistas.
Los pisos están descuidados, la estructura de hierro oxidada y los escalones parecen implorar a gritos las tareas de mantenimiento.

Son pocos los que lo usan para cruzar de un anden a otro, ya que “no es muy accesible para las personas mayores o con poca movilidad”. También están los que prefieren cruzar las vías por debajo sin considerar el peligro que esa acción implica, no sólo por los posibles accidentes ferroviarios sino porque un pedazo de cemento podría caer del puente.
A lo largo de su existencia, el histórico puente recibió sucesivas promesas de mejoras, pero aún espera detenido en el tiempo, imponente y oxidado. Los vecinos han hecho reclamos ante las empresas responsables de los ferrocarriles. Hace unos años, cuando aún Metropolitano era dueña de la concesión, presentaron un petitorio porque no se vendían boletos los domingos, no existían baños para los usuarios y no había dónde esperar las formaciones a la sombra ni bancos donde sentarse.

En ese entonces, recibieron la promesa de que refaccionarían la estación con la posibilidad de mejorar el puente. Pero los años pasaron, Metropolitano dejó de administrar los trenes (su gestión fue pésima) y ahora es otra la compañía ante la que reclaman.
Clásicas postales
“Yo nací hace 88 años en Tolosa y el puente ya estaba oxidado, no lo arreglaron más, es un monumento histórico de la ciudad”, asegura Rodrigo, vecino de Tolosa. Y añade que la estación supo tener sus tiempos de esplendor cuando los talleres estaban en pleno auge y había seguridad.

“Hace unos 60 años esta estación era un lujo. Ahora hay basura por todos lados, es una estación que quedó en el tiempo. Donde estaban los talleres, hoy es una boca de lobo”, lamenta.
Los talleres de Tolosa se inauguraron el 20 de agosto de 1887, en el 30º aniversario del primer ferrocarril argentino. El ingeniero Otto Krausse los había comenzado a construir dos años antes con el objetivo de brindar soporte técnico y mantenimiento a la estructura ferroviaria del momento.

Ocupaban una superficie de unos 22.000 metros cuadrados y podían albergar hasta 24 locomotoras y 90 coches de pasajeros. Tuvieron su época de esplendor y plena producción. De acuerdo al Ferroclub Argentino de Tolosa, hasta la década del sesenta se usaban los galpones destinados a trabajos de herrería y ajuste; y aquellos utilizados como depósitos de materiales. En 1999, el galpón de vapor, último depósito de las vaporeras, fue demolido, mientras que el galpón de diesel continuó siendo operado hasta su desactivación total en el año 2002. En la actualidad están en ruinas.

Fuente: Hoy

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