martes, 25 de agosto de 2009

¿Qué hacer con la chatarra tecnológica?

En La Plata

A medida que avanza la tecnología, en los hogares se van amontonando aquellos aparatos sin vida útil. Según la secretaria Ambiental de la Nación, el año pasado cada argentino produjo 2 kilos de chatarra tecnológica. La Facultad de Informática lanzó un programa para usar la basura tecnológica.

Computadoras de escritorio de hace diez años, impresoras a tinta y carretel, monitores, teléfonos celulares, teclados, mouses, innovaciones tecnológicas que quedaron en la historia pasada de tan sólo unas décadas. Son los llamados RAEE (Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos), la otra basura que la sociedad genera.

Los “E-desechos” o basura electrónica, incluyen a todos los aparatos eléctricos y electrónicos que se acercan al final de su vida útil y pasan a ser residuos.
En la mayoría de los casos, esta maquinaria obsoleta queda en desuso en los hogares o es arrojada a la basura como un desecho más, sin considerar su altísimo riesgo de toxicidad y contaminación y su posibilidad de reciclaje.
De acuerdo a la dirección de Residuos Peligrosos de la secretaría de Medio Ambiente de la Nación, en el 2008 los argentinos desecharon en promedio 2 kilos de residuos de aparatos eléctricos y/o electrónicos.
Para este año, la secretaría prevé que se generarán cerca de 80.000 toneladas de desecho tecnológico.
¿Dónde ponemos los desperdicios informáticos?
En el país no existe una normativa específica sobre los RAEE. El marco legal utilizado para el manejo de estos residuos es la ley nacional 24.051 de residuos peligrosos, y para su exportación la ley Nacional 23.922 aprobada por el convenio de Basilea.
En tanto, a nivel local, el año pasado se presentó ante el Concejo Deliberante un anteproyecto de Ordenanza cuyo objetivo es la reutilización de la basura tecnológica para su posterior uso educativo y social.
Según el texto, la Municipalidad será la encargada de aplicar el Plan Integral de Basura electrónica y deberá publicar -anualmente- estadísticas sobre la recuperación y reutilización de los residuos. Además, la iniciativa apunta a establecer medidas para prevenir la generación de basura electrónica y contempla la separación, reutilización y reciclado de los desechos.
“El proyecto está en tratamiento en la Comisión Industrial y Medio Ambiente, pero no ha tenido grandes avances, ello habla de la inercia y de la inacción política en el tema”, dice en diálogo con Hoy José Arteaga, autor del anteproyecto.
Por otro lado, desde la Facultad de Informática de la UNLP lanzaron un programa destinado a usar la basura tecnológica con fines sociales y educativos.
“Hace dos meses que comenzamos con el proyecto y ahora estamos en la etapa de recepción de los elementos y su testeo. El mismo trata de fomentar la concientización y disposición segura de los materiales tóxicos y contaminantes, y también poder contribuir con los sectores más desfavorecidos como centros comunitarios, comedores populares, escuelas, reduciendo así la brecha digital”, expresa, consultada por Hoy, la docente Viviana Ambrosi, directora del proyecto “E -Basura” de la Facultad de Informática de la UNLP.
La docente explica que en la actualidad los pasantes de la carrera de Informática trabajan en el armado de PC’s. Se espera que en los próximos seis meses estén listas cinco computadoras para donarlas.
El proyecto, que busca unir acciones con la Facultad de Ingeniería de la UNLP, persigue generar conciencia en la comunidad sobre el riesgo de los desechos electrónicos. Asimismo, fomenta la reutilización de equipamiento en condiciones operativas para prolongar su tiempo de vida útil y posibilitar el acceso de equipamiento operativo a los sectores menos favorecidos.
En tanto, aquellos elementos que no puedan ser reutilizables serán entregados a Scrap&Rezagos, empresa certificada para la disposición final de los desechos electrónicos.

Los residuos peligrosos universales

Las pilas se convierten en una basura que puede ser contaminante y que forman parte de los llamados “residuos peligrosos universales o masivos”, es decir, aquellos residuos de origen domiciliario, comercial o industrial, que debido a alguna característica de peligrosidad es conveniente su recolección diferenciada de los residuos sólidos urbanos.
Para no contribuir a la contaminación, el consejo de las autoridades ambientales es no juntar pilas y no mezclar baterías nuevas con usadas. Además, recomiendan no quemar ni tirar las pilas a la cloaca, ya que finalmente llegan al río, y podrían contaminar las aguas.
Pero, ¿dónde arrojarlas? En La Plata la intención es que se arrojen en los contenedores dispuestos en algunas plazas para tal fin. La campaña municipal “Recolección de Pilas y Baterías Agotadas” busca separar las pilas de los residuos sólidos urbanos y evitar que terminen en los rellenos sanitarios.

Recepción de material de rezago

La Facultad de Informática recibe material para el reciclado de lunes a viernes de 9 a 13, en el viejo edificio de la Facultad de Informática de calle 50 y 115 (edificio Ex-Liceo), 1er piso.
Los equipos que se reciben son:
Equipos informáticos: computadoras, notebook, notepad, monitores, teclados, mouse, parlantes.
Equipos de conectividad: decodificadores, módems, hubs, switches, bridge.
Equipos de impresión: impresoras de cualquier tipo, scanners;
Equipos de telefonía fija y celular:
teléfonos, celulares, central telefónica, faxes, télex.
Equipos varios: reproductores de MP3/MP4, calculadoras, cámaras digitales.

Informes: e-basura@linti.unlp.edu.ar; Teléfono: (0221) 422-3528.

Fuente: Hoy

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