Todo un palo
Radiohead, Calamaro, métodos de grabación o recuerdos de los 80: ningún tema escapa a este prolífico e histórico músico que vuelve a La Plata.
Palo Pandolfo se inició en la canción a muy temprana edad. En sus años de escuela tuvo su primera banda y, al poco tiempo, se convirtió en una importante figura del rock argentino.
Tras liderar bandas como Don Cornelio y la Zona o Los Visitantes, en 2001 comenzó su carrera solista. Después de dos discos, en 2008 presentó Ritual Criollo, su último trabajo. El álbum fue grabado junto a El Ritual, banda que lo acompaña actualmente, en la que se desempeñan los músicos Raúl Butta en percusión, Matías Juanatey en bajo y guitarra y Jake Falby en violín.
Este sábado, Pandolfo volverá a La Plata, y así fue que encontramos una buena excusa para entrevistarlo…
-¿Que se espera para esta fecha?
-Anteriormente, en La Plata, presentamos los temas acompañando la guitarra y voz únicamente con percusión. Después sumamos un bajo y para este sábado sumaremos también batería, así que podríamos decir que será un show más formal. Presentaremos temas de Ritual Criollo, y de los discos anteriores, como Antojo…
-Antojo es un disco donde aparecen temas de Radiohead (en castellano) o Mano Negra, ¿con que criterio elegiste las bandas que versionaste?
-La elección del material de Antojo llevó varios meses de trabajo. Mi objetivo fue hacer un disco muy cosmopolita, donde se notara una apertura, una amplitud de conceptos, donde se explicara un poco cómo funciona la esponja cultural. Actualmente estamos tocando bastante Karma Police (de Radiohead) y Vamos Mujer (cantata de Santa María de Iquique), son los temas que están más en el camino de nuestro último disco, seguramente por ser más psicodélicos y folclóricos que rockeros.
-Hablando de otros autores… Cuando escribiste el tema Oficio del cantor, ¿en quiénes estabas pensando?
-No estaba pensando. En nada, no pensaba. Es una canción cantada desde lo automático, grabada en ese preciso instante, con la voluntad de componer de manera automática. Lo hice con la guitarra y mi voz, puse “Rec” y salió todo el tema entero. De algún lugar muy inconsciente. No lo compuse, lo dejé salir. Fue un ejercicio de automatismo. Tengo que componer solamente así, me dije. Todo el tiempo, a viva voz.
-¿Cómo se grabó Ritual Criollo?
-Después de un año de elaboración, lo grabamos con Gustavo San Martín y con la coproducción de Raul Gutta -hoy parte de su banda-, que es con quien se armó este combo de fusión. Hubo una larga temporada de edición, muy placentera, porque lo editamos con onda, no “para que quede bien”. La edición en computadora te puede enfriar el disco. Hay que editar con arte, las canciones deben sentirse como algo natural y humano. Es necesario que todo fluya, que haya swing, que haya errores. Así, las cosas se mezclan y forman un todo armónico.
-Más allá de los avances tecnológicos, ¿cambió mucho tu forma de grabar en comparación a los primeros discos?
-Hay un aprendizaje constante. En el primer disco de Don Cornelio, del año ‘87 aprendí bastante. Después seguí aprendiendo…
-El disco que produjo Calamaro.
-Sí, estaba en la “cresta de la ola emocional” de su vida.
-Considerando esa época de Calamaro, ¿hubo una enseñanza profesional o todo fue una gran fiesta?
-Fue una fiesta profesional, él estaba pasando un gran momento, todo el país estaba en un buen momento. En el ‘87 había una esperanza tremenda y una energía del carajo, y todo por descubrir.
No había pasado aún la exfoliación de los ‘90. Aún teníamos las líneas ferroviarias, por ejemplo. En los ‘80 había onda: todo tenía un sentido expresivo y había un porqué para todo. Calamaro tenía un “concepto de evento”. Que el estudio lo fuera. Que pasara algo. Y además su soporte técnico de alta calidad, audio analógico mezclado con electrónico, música sofisticada, contemporánea…
-¿Qué hay de todo esto en el último disco?
-El objetivo de Ritual Criollo era volver al punto cero, la vida es cíclica y la realidad es cíclica. La galaxia gira. Lo más importante no pasa de moda, la frescura, la espontaneidad de los gestos humanos, trascendentes, permanece. Hay temas con la guitarra y voz grabadas en una misma toma. Considerando cómo se graba hoy, sería un gesto casi revolucionario. Las cosas más frescas y espontáneas son las que más me gustan, más aún con el paso del tiempo. Lo pomposo y recargado con el paso del tiempo me termina pareciendo una grasada.
Federico Valenti.
Fuente: Hoy
Radiohead, Calamaro, métodos de grabación o recuerdos de los 80: ningún tema escapa a este prolífico e histórico músico que vuelve a La Plata.
Palo Pandolfo se inició en la canción a muy temprana edad. En sus años de escuela tuvo su primera banda y, al poco tiempo, se convirtió en una importante figura del rock argentino.
Tras liderar bandas como Don Cornelio y la Zona o Los Visitantes, en 2001 comenzó su carrera solista. Después de dos discos, en 2008 presentó Ritual Criollo, su último trabajo. El álbum fue grabado junto a El Ritual, banda que lo acompaña actualmente, en la que se desempeñan los músicos Raúl Butta en percusión, Matías Juanatey en bajo y guitarra y Jake Falby en violín.
Este sábado, Pandolfo volverá a La Plata, y así fue que encontramos una buena excusa para entrevistarlo…
-¿Que se espera para esta fecha?
-Anteriormente, en La Plata, presentamos los temas acompañando la guitarra y voz únicamente con percusión. Después sumamos un bajo y para este sábado sumaremos también batería, así que podríamos decir que será un show más formal. Presentaremos temas de Ritual Criollo, y de los discos anteriores, como Antojo…
-Antojo es un disco donde aparecen temas de Radiohead (en castellano) o Mano Negra, ¿con que criterio elegiste las bandas que versionaste?
-La elección del material de Antojo llevó varios meses de trabajo. Mi objetivo fue hacer un disco muy cosmopolita, donde se notara una apertura, una amplitud de conceptos, donde se explicara un poco cómo funciona la esponja cultural. Actualmente estamos tocando bastante Karma Police (de Radiohead) y Vamos Mujer (cantata de Santa María de Iquique), son los temas que están más en el camino de nuestro último disco, seguramente por ser más psicodélicos y folclóricos que rockeros.
-Hablando de otros autores… Cuando escribiste el tema Oficio del cantor, ¿en quiénes estabas pensando?
-No estaba pensando. En nada, no pensaba. Es una canción cantada desde lo automático, grabada en ese preciso instante, con la voluntad de componer de manera automática. Lo hice con la guitarra y mi voz, puse “Rec” y salió todo el tema entero. De algún lugar muy inconsciente. No lo compuse, lo dejé salir. Fue un ejercicio de automatismo. Tengo que componer solamente así, me dije. Todo el tiempo, a viva voz.
-¿Cómo se grabó Ritual Criollo?
-Después de un año de elaboración, lo grabamos con Gustavo San Martín y con la coproducción de Raul Gutta -hoy parte de su banda-, que es con quien se armó este combo de fusión. Hubo una larga temporada de edición, muy placentera, porque lo editamos con onda, no “para que quede bien”. La edición en computadora te puede enfriar el disco. Hay que editar con arte, las canciones deben sentirse como algo natural y humano. Es necesario que todo fluya, que haya swing, que haya errores. Así, las cosas se mezclan y forman un todo armónico.
-Más allá de los avances tecnológicos, ¿cambió mucho tu forma de grabar en comparación a los primeros discos?
-Hay un aprendizaje constante. En el primer disco de Don Cornelio, del año ‘87 aprendí bastante. Después seguí aprendiendo…
-El disco que produjo Calamaro.
-Sí, estaba en la “cresta de la ola emocional” de su vida.
-Considerando esa época de Calamaro, ¿hubo una enseñanza profesional o todo fue una gran fiesta?
-Fue una fiesta profesional, él estaba pasando un gran momento, todo el país estaba en un buen momento. En el ‘87 había una esperanza tremenda y una energía del carajo, y todo por descubrir.
No había pasado aún la exfoliación de los ‘90. Aún teníamos las líneas ferroviarias, por ejemplo. En los ‘80 había onda: todo tenía un sentido expresivo y había un porqué para todo. Calamaro tenía un “concepto de evento”. Que el estudio lo fuera. Que pasara algo. Y además su soporte técnico de alta calidad, audio analógico mezclado con electrónico, música sofisticada, contemporánea…
-¿Qué hay de todo esto en el último disco?
-El objetivo de Ritual Criollo era volver al punto cero, la vida es cíclica y la realidad es cíclica. La galaxia gira. Lo más importante no pasa de moda, la frescura, la espontaneidad de los gestos humanos, trascendentes, permanece. Hay temas con la guitarra y voz grabadas en una misma toma. Considerando cómo se graba hoy, sería un gesto casi revolucionario. Las cosas más frescas y espontáneas son las que más me gustan, más aún con el paso del tiempo. Lo pomposo y recargado con el paso del tiempo me termina pareciendo una grasada.
Federico Valenti.
Fuente: Hoy
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