jueves, 13 de agosto de 2009

Cruce de estilos

Foto: LA NACION / Julián Bongiovanni

Leonardo Sbaraglia / Pepe Soriano

Los actores estrenarán el viernes en el Multiteatro Contrapunto, obra en la que un tal Milo se reúne con un tal Andrew para decirle que se quiere casar con su mujer.

Por Alejandro Cruz
De la Redacción de LA NACION

Apenas Pepe Soriano y Leonardo Sbaraglia llegan al bar ubicado cerca del Multiteatro, el primero pide al mozo un café. Su compañero opta por un yogur, que no hay; un descafeinado, que tampoco hay, y un té digestivo. Como no tiene suerte, se conforma con un agua. A primera vista, poco tienen que ver uno con el otro.

A primera vista, tampoco tienen muchas cosas en común Andrew y Milo, los dos personajes centrales de Contrapunto ,la obra de Anthony Shaffer que estrenarán el viernes, con dirección de Agustín Alezzo. De todos modos, a ellos dos los une Maggie, esposa de Andrew y amante de Milo. Y como son gente sin muchas vueltas,

apenas comienza el contrapunto entre ellos, Milo le dice muy suelto de cuerpo: "Quiero casarme con su mujer. Con el permiso de usted, naturalmente". Dos caballeros. Dos señores ingleses que, a partir de ese dato no menor, transitan por un verdadero thriller psicológico.

-¿Cuál es la lógica de los dos personajes?

Pepe: -Andrew es un tipo de una omnipotencia y narcisismo a toda prueba.

-Después de leer la obra, me da la sensación de que los dos son así.

Pepe: -Cierto. Tanto que Milo, el personaje de Leo, le dice en algún momento que son iguales.

Veamos: cuando Milo enfrenta al esposo de su amante, le tira con munición pesada. "Maggie no te quiere", lo enfrenta. "Pero me pertenece", le contesta su marido, un escritor de novelas policiales al que le gustan los juegos enredados.

"¿Ves? Eso es índice del narcisismo. Ese tipo se cree Dios", apunta Pepe. Para su compañero de ruta, la obra es un "juego humillatorio; ése el gran tema de Contrapunto . El encuentro de dos caracteres fuertes es el otro tema que desarrolla, ya que ninguno de los dos está dispuesto a perder. Y por no someterse o por reacción a la humillación, terminan jugando un juego terrible".

"¿Ves? Eso es índice del narcisismo. Ese tipo se cree Dios", apunta Pepe. Para su compañero de ruta, la obra es un "juego humillatorio; ése el gran tema de Contrapunto . El encuentro de dos caracteres fuertes es el otro tema que desarrolla, ya que ninguno de los dos está dispuesto a perder. Y por no someterse o por reacción a la humillación, terminan jugando un juego terrible".

En la primera versión cinematográfica la protagonizaron Laurence Olivier y Michael Caine. Hace tres años, tuvo una remake en manos del propio Caine y Jude Law según adaptación de Harold Pinter y dirección de Kenneth Branagh. El juego planteado por el autor impone sus estrictas reglas hasta en el momento mismo de la entrevista: ni uno ni otro pueden hablar mucho de la obra para no revelar el juego (¿macabro?) planteado hábilmente por Anthony Shaffer. En esta especie de ajedrez, si bien la estrategia discursiva gira alrededor de los dos personajes que encarnan estos dos grandes actores, hay otra criatura que aparece poco en la obra, a cargo de Félix Volpini, "que encierra un misterio vital para la trama", según reconoce Sbaraglia, quien vuelve a las tablas porteñas después de muchos años de vivir en España. En medio del juego verbal entre estos dos caballeros, hay tiros, explosiones , respuestas sutiles y filosos dardos, todo con un estilo muy british .

La idea de representar este texto en Buenos Aires es un metejón de Pepe Soriano. Conoció a Kenneth Branagh hace años; vieron la película juntos; quedó impactado con la obra; dio con su versión en castellano y, apenas apareció un productor local, le propuso montarla. El equipo surgió de manera natural, pero ahora, a días del estreno, se imponen los temores. "Tenemos una gran ansiedad. Uno vive de esto. Hace dos meses y medio que estamos ensayando y nadie cobra un mango hasta que se suba el telón. Y cuando estrenás, uno se pregunta: «¿Esto funcionará?»."

Nadie lo sabe, pero justo antes de juntarnos en un bar para la entrevista, el boletero les avisa que alguien compró la primera entrada. Una señal. Una buena señal para sentir que la rueda se pone en movimiento más allá de todos estos meses de ir probando en intimidad.

Casi en los extremos

Pepe Soriano está a punto de cumplir ochenta años. A Leonardo Sbaraglia le faltan algunos para llegar a los 40. El primero ya trabajó en 34 obras teatrales (con todos los grandes y todos los géneros); el segundo intervino en ocho (de un texto de Koltès, dirigido por Alfredo Alcón, a una versión de teatro leído en manos de Alezzo). Eso sí: los dos tienen sus propias páginas de Internet con sus respectivos currículums.

Leo: - En mi página faltan las obras que hice con Clave de s ol.

-¿Por qué no están? ¿Te daba verguenza?

Leo: - Es que eso, más que teatro, era subirse a un escenario y hacer la morisqueta [se ríe].

Pepe: -¿Qué era Clave de sol ?

Leo: -Una serie de televisión que hice en los 90, con la que llegamos a hacer como tres obras de teatro. Ya ni me acuerdo de los títulos. Por eso ni las puse. Pero prometo agregarlos.

Pepe sabe que, además del atractivo que significa ver a estos dos grandes actores juntos, hace falta que ese público que va a verlos le pase la posta a otros. O sea, que se forme ese extraño mecanismo del boca en boca que puede transformar a Contrapunto en un éxito.

En este triángulo cuyas puntas son Leonardo Sbaraglia, Pepe Soriano y Agustín Alezzo, hay líneas cruzadas no transitadas hasta el momento. Por ejemplo, Pepe nunca había sido dirigido por Alezzo, quien sí ya trabajó con Sbaraglia. De todas maneras, en un punto, ellos dos están de acuerdo: hablan maravillas de ese gran maestro de actores. "Tiene la paciencia y la habilidad de dejar que uno vaya avanzando. No trae imposiciones", apunta Soriano. "Como dice Pepe, está esperando a que nos demos cuenta de la lógica de los personajes", agrega su coé quipier, quien, luego de su papel en Epitafios 2 , comenzará a grabar en septiembre Farsantes , la versión televisiva de Nueve r einas, con Federico Luppi, Leticia Brédice y, probablemente, el mismo Pepe Soriano.

-¿Cómo se imaginan a esa persona que acaba de sacar la entrada para verlos?

Pepe: -Creo que es una audaz.

Leo: -¿Será una mujer de 50 que está entre la edad de Pepe y la mía? ¿O acaso será Maggie?

No es una mala opción. Si Maggie existiera, seguramente sacaría la entrada para ver discutir a su marido y a su amante. ¿Quién se perdería una escena así?

Para agendar

Contrapunto , de Anthony Shaffer y dirección de Agustín Alezzo.

Multiteatro , Corrientes y Talcahuano. Los viernes, a las 21; sábados y domingos, a las 21.30.

Fuente: La Nación

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