La más profe de todas. También autora de libros sobre la actuación,
la española tiene una fundación con su pareja escocesa.
la española tiene una fundación con su pareja escocesa.
ASSUMPTA SERNA VOLVIÓ A DAR CLASES
La actriz de grandes películas españolas dicta por tercer año, en Buenos Aires, un curso para actores cinematográficos, una faceta inusual.
Eugenia Saúl.
“Los actores son como ganado”, decía el gran director inglés Alfred Hitchcock, conocido entre otras cosas por sus modos poco amables hacia los actores de sus películas. A refutar al maestro ha venido nuevamente al país, años más tarde, Assumpta Serna, la actriz española de, por ejemplo, Matador, el clásico film de Pedro Almodóvar de 1986.
Desde la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC), ajetreada entre conferencias de prensa y alumnos, la actriz explica el motivo de su tercera visita al país: la realización de un curso para actores y directores de cine. Hoy será el último día de la actividad, que la tuvo desde el lunes instalada en esa facultad junto a su pareja, el escocés Scott Cleverdon, su socio en esta empresa. “Nos pareció que había que especializar al actor y equipararlo a los otros miembros de un equipo audiovisual”, dice.
“La nuestra es una fundación sin ánimos de lucro; nos mueven varios objetivos –explica–. Uno es elevar el prestigio de la profesión del actor, otro es incentivar la comunicación entre actor y director, para que éste encuentre en el actor su mejor efecto especial. Incorporar al actor en el proceso creativo de una película, hacerlo el mejor aliado del director, que el director sea verdaderamente un líder, no como alguien que dirige sino como alguien que inspira a todos los miembros del equipo a hacerlo lo mejor posible hacia un mismo objetivo común”.
Autora de dos libros sobre el tema, El trabajo del actor de cine (1999) y Monologues in V.O., Assumpta Serna ha actuado en más de veinte países, entre ellos, la Argentina: trabajó en Yo, la peor de todas, con María Luisa Bemberg.
–¿Qué te llevó a teorizar sobre el oficio del actor?
–Nació de una necesidad de deshacer ciertos clichés y defender la profesionalidad, porque hay directores que escogían a actores que no lo eran, de la calle, preguntarse por qué ellos preferían gente de la calle antes que a un actor con una técnica. Hay una preocupación de un “intrusismo” profesional, que pasa en toda Latinoamérica.
Fuente: Crítica
Desde la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC), ajetreada entre conferencias de prensa y alumnos, la actriz explica el motivo de su tercera visita al país: la realización de un curso para actores y directores de cine. Hoy será el último día de la actividad, que la tuvo desde el lunes instalada en esa facultad junto a su pareja, el escocés Scott Cleverdon, su socio en esta empresa. “Nos pareció que había que especializar al actor y equipararlo a los otros miembros de un equipo audiovisual”, dice.
“La nuestra es una fundación sin ánimos de lucro; nos mueven varios objetivos –explica–. Uno es elevar el prestigio de la profesión del actor, otro es incentivar la comunicación entre actor y director, para que éste encuentre en el actor su mejor efecto especial. Incorporar al actor en el proceso creativo de una película, hacerlo el mejor aliado del director, que el director sea verdaderamente un líder, no como alguien que dirige sino como alguien que inspira a todos los miembros del equipo a hacerlo lo mejor posible hacia un mismo objetivo común”.
Autora de dos libros sobre el tema, El trabajo del actor de cine (1999) y Monologues in V.O., Assumpta Serna ha actuado en más de veinte países, entre ellos, la Argentina: trabajó en Yo, la peor de todas, con María Luisa Bemberg.
–¿Qué te llevó a teorizar sobre el oficio del actor?
–Nació de una necesidad de deshacer ciertos clichés y defender la profesionalidad, porque hay directores que escogían a actores que no lo eran, de la calle, preguntarse por qué ellos preferían gente de la calle antes que a un actor con una técnica. Hay una preocupación de un “intrusismo” profesional, que pasa en toda Latinoamérica.
Fuente: Crítica
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