viernes, 24 de julio de 2009

Dos chicas cuentan sus historias de desamor

Peterson, Rosental, Herrero y Siciliani, un cuarteto talentoso

Corazón idiota , con Peterson y Siciliani

Corazón idiota
, de Ana Frenkel, Carlos Casella y Daniel Cúparo. Con Carla Peterson, Griselda Siciliani, Fernando Tur, Diego Rosental, Rakhal Herrero y Leo Kraimer. Música: Diego Vainer. Diseño escenográfico: Ariel Baccaro. Diseño de iluminación: Gonzalo Córdova. Diseño de vestuario: Guido Lapadula. Dirección: Ana Frenkel. Carlos Casella y Daniel Cúparo. Paseo La Plaza. Duración: 70 minutos.

Nuestra opinión: buena

En la primera escena de Corazón idiota Carla Peterson y Griselda Siciliani ?vestidas con unos body negros en medio de una atmósfera de bar, vasos de whisky por ahí, una mesa de billar y una banda de música? podrían ser Roxie y Velma, las protagonistas de Chicago. Pero no.

Aquellas son chicas de armas llevar y éstas llevan sus penas por ahí. Tienen la pinta de llevarse al mundo por delante, pero es el mundo (y los hombres) los que se las llevan por delante. En ese contrapunto entre lo que aparentan estas dos mujeres salvajes y sus corazones rotos, cierta pulsión abandónica, inseguridades de todo tipo y esa tendencia de ver los vasos medios llenos (y de tomárselos con ganas) transcurre esta nueva historia con claros signos de humor cuyo equipo creativo está formado por Ana Frenkel, Daniel Cúparo, Carlos Casella y Diego Vainer. O sea, un cuarteto que reúne a coreógrafos, bailarines, actores, músicos, cantantes, publicistas y puestistas con varios kilómetros de ruta.

Fiel a esa línea fundante, Corazón idiota tiene de esto y de aquello. O sea: de canciones varias y de varias coreografías, de situaciones actorales que ellas se cargan al hombro con convicción, de una melodía pop cantada en italiano, un trabajo visual sumamente cuidado, sonidos electrónicos, una única coreografía grupal que enciende el escenario y un vestuario entre cool y glamoroso muy al tono de la propuesta en su totalidad.

Dos chicas en un night club

Como en otros espectáculos de la factoría El Descueve (de donde viene el equipo creativo) lo coreográfico, lo actoral y lo musical transitan una única y fragmentaria línea. Claro que en este trabajo que acaba de estrenarse en el Paseo La Plaza la historia es tan pequeña que está al borde de la debilidad dramática. Por ese mismo motivo puede suceder que algunas situaciones tengan poco peso propio. En esos casos, es gracias al mismo peso escénico de las dos protagonistas, sus simpatías, ciertos juegos internos y sus amplios registros actorales que salvan toda situación dramática.

Claro que, y esto es un punto para el equipo creador de la propuesta, tanto Peterson como Siciliani están muy bien rodeadas por gente que, en su mayoría, ya ha demostrado sus enormes talentos en la escena alternativa y que, ahora, prueban suerte en la avenida Corrientes. Por eso ahí están Diego Rosental, Fernando Tur, Rakhal Herrero y Leo Kraimer y ?entre los seis? se da un complemento que hace la cosa vibrar porque lo seis saben hacer todo y lo hacen bien, muy bien y hasta contagian lo bien que lo pasan en el escenario o lo fácil que parece todo.

Probablemente, aquellos seguidores de los espectáculos de El Descueve quizá salgan con ganas de ver algo más vibrante, más energético, de mayor comunión entre las partes. Aquellos fans de las dos protagonistas, posiblemente, se topen con dos actrices que tienen muy aceitado su amplio registro actoral en medio de un espectáculo al cual, todavía, le falta encontrar su punto de ebullición.

Alejandro Cruz
Fuente: La Nación

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