viernes, 31 de julio de 2009

Muere Peter Zadek, el mago que revolucionó el teatro alemán

El dramaturgo de 83 años, considerado “el anarquista que desideologizó el teatro”, padecía una grave enfermedad.

Hamburgo.
El teatro alemán perdió a una de sus figuras más carismáticas, prolíficas y creativas de las últimas décadas, el director Peter Zadek, muerto en Hamburgo anoche a los 83 años tras padecer una grave enfermedad.

La importancia de Zadek para el teatro queda resumida en las reacciones a su muerte. "El hombre que revolucionó el teatro de posguerra", "El mago que encantaba con sus puestas en escena", "El director que logró que el teatro se liberara", "Una fuerza y energía creadora sin igual", "Gran ejemplo por su radicalismo", "El anarquista que desideologizó el teatro" fueron las definiciones sobre Zadek de amigos, compañeros y críticos.

Como pocos de sus colegas, entusiasmó y desafió a la crítica y al público con sus numerosas escenificaciones con las que desempolvó y modernizó obras tradicionales, y abrió espacios para una nueva generación de dramaturgos.

Hijo de un matrimonio judío, Zadek nació en Berlín en 1926 y tuvo que emigrar a los siete años a Inglaterra junto a sus padres, huyendo de la incipiente persecución por parte de los nazis en 1933. Fue en Londres donde inició su trayectoria dramatúrgica, y su primer gran obra fue El Balcón, del francés Jean Genet.

Muy criticado al principio de su trayectoria por sectores del teatro tradicional y conservador, Zadek logró imponer un nuevo estilo en los grandes teatros del país, trascendiendo además a una dimensión internacional, sobre todo con sus puestas en escena que podían variar de lo poético-melancólico a lo provocador.

Formó junto a Rainer Werder Fassbinder y Peter Stein parte de una generación rebelde de posguerra, que buscaba nuevas formas de comunicación y expresión cultural, que iba a trascender más allá de sus actuaciones locales.

Especialista en obras de Shakespeare, del que admiraba la capacidad de crear obras populares de alto nivel intelectual, tuvo bajo su dirección a los actores más reconocidos de habla alemana y entre sus musas preferidas figuran actrices como Angela Winkler y Eva Matthes, o intérpretes como Ulrich Wildgruber y Gert Vos, que reconoció hoy que a Zadek, le debe "toda" su vida sobre el escenario.

A muchas de sus realizaciones se las recuerda como "legendarias", como un "Othelo" que hizo con Wildgruber en el teatro Schaulspielhaus de Hamburgo, una de sus casas predilectas, donde también presentó una radical y recordada versión de "Lulu", de Frank Wedekind, con Susanne Lothar, o "Ghetto", de Joshua Sobols, que ofreció en Berlín con Ulrich Tukur.

La Academia de las Artes de Berlín destacó de Zadek su gran fuerza por hacer "un teatro de la gente para la gente, con una especial sensibilidad para anticipar lo que iba a venir".

Aquejado de una grave enfermedad, pero vital en las ideas que quería seguir plasmando en proyectos que sabía que no iba a poder concretar, "ahora prefirió morirse a no poder seguir trabajando", como lo explicó su colega y amigo Tom Stromberg.

La muerte de Zadek significa una nueva dura pérdida para la cultura alemana en esta semanas, después de lamentar el deceso de la coreógrafa Pina Pausch y del director de teatro Jürgen Gosch. "Es un año terrible", declaró hoy el director Jürgen Flimm.

Fuente: La Jornada

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