Al 3º año de la carrera, los estudiantes de la UNLP podrán recibir una certificación de los conocimientos.
La UNLP fomenta la permanencia. Buscan que no dejen los estudios aquellos que necesitan trabajar
La Universidad Nacional de La Plata (UNLP) analiza otorgar certificaciones de estudios en los que consten los saberes adquiridos en determinada etapa de la carrera, con el propósito de fomentar la permanencia de los estudiantes en la Universidad. La iniciativa se basa en la contundencia de los datos sobre la deserción estudiantil en la UNLP: unos 22 mil estudiantes se inscriben cada año en algunas de las 17 facultades de la Casa de Estudios, entre noviembre y diciembre.
Sin embargo, sólo 18 mil pisan la UNLP para iniciar los cursos de ingreso entre febrero y marzo del año siguiente. Del total de alumnos que empiezan sus estudios, llegan a tercer año unos 9 mil y de ese grupo sólo alcanzan a recibirse 4500. El proyecto apunta, además, a allanarle el camino a aquellos estudiantes que necesiten incorporarse al mercado laboral, para que no pongan en riesgo la continuidad de sus estudios. Al mismo tiempo, la medida beneficiará a quienes, por diferentes circunstancias, dejan sus estudios, ya que podrían obtener una acreditación de los saberes adquiridos (más del 50 por ciento de la currícula de los planes de estudios) para su inserción laboral.
“Esto tiende a cumplir un objetivo muy concreto de retención, de incentivo a la permanencia de los alumnos. Se trata de certificar conocimientos y que continúen en el sistema universitario”, explicó a Diagonales Fernando Tauber, Secretario General de la UNLP.
El arquitecto y doctor en comunicación subrayó que la certificación “no genera incumbencias que compitan con el profesional; con aquél que terminó la carrera, sino que certifica habilidades que son complementarias”.
“El tema es, si un alumno va a dejar la carrera, darle un certificado de los conocimientos adquiridos, pero, básicamente, apunta a aquél que no va a dejar sus estudios, pero que necesita trabajar, integrase al mercado de trabajo”, continuó Tauber. El funcionario subrayó además los beneficios de la práctica para la formación profesional.
EJEMPLO. Para graficar la idea del Rectorado, Tauber ejemplificócon un caso hipotético sobre la disciplina que domina: “A un estudiante de tercer año de Arquitectura se le podrá acreditar conocimientos para desempeñarse como asistente de obra o de proyecto, pero la certificación no le servirá para firmar un plano,porque eso es incumbencia del profesional”. Tauber destacó que al tiempo que se contribuye con la práctica formativa de ese estudiante, se lo retiene en la Universidad, porque “le permite trabajar de lo que aprendió –porque eso es lo que le da la herramienta para tratar de que su trabajo tenga un vínculo con el conocimiento adquirido– y continuar sus estudios”.
Un equipo de la Secretaría Académica de la UNLP está manteniendo reuniones con los pares del área de todas las facultades, porque cada consejo directivo deberá resolver qué objetivos curriculares deberá cumplimentar el alumno para obtener la certificación. La tarea no será nada sencilla de aplicar si se tiene en cuenta que entre las 17 facultades se otorgan más de 150 títulos de grado.
Pese a la complejidad del proceso, en el Rectorado confían en que la certificación –aún falta determinar la nominación final– podrá implementarse a partir del año que viene.
Fuente: Diagonales
La UNLP fomenta la permanencia. Buscan que no dejen los estudios aquellos que necesitan trabajar
La Universidad Nacional de La Plata (UNLP) analiza otorgar certificaciones de estudios en los que consten los saberes adquiridos en determinada etapa de la carrera, con el propósito de fomentar la permanencia de los estudiantes en la Universidad. La iniciativa se basa en la contundencia de los datos sobre la deserción estudiantil en la UNLP: unos 22 mil estudiantes se inscriben cada año en algunas de las 17 facultades de la Casa de Estudios, entre noviembre y diciembre.
Sin embargo, sólo 18 mil pisan la UNLP para iniciar los cursos de ingreso entre febrero y marzo del año siguiente. Del total de alumnos que empiezan sus estudios, llegan a tercer año unos 9 mil y de ese grupo sólo alcanzan a recibirse 4500. El proyecto apunta, además, a allanarle el camino a aquellos estudiantes que necesiten incorporarse al mercado laboral, para que no pongan en riesgo la continuidad de sus estudios. Al mismo tiempo, la medida beneficiará a quienes, por diferentes circunstancias, dejan sus estudios, ya que podrían obtener una acreditación de los saberes adquiridos (más del 50 por ciento de la currícula de los planes de estudios) para su inserción laboral.
“Esto tiende a cumplir un objetivo muy concreto de retención, de incentivo a la permanencia de los alumnos. Se trata de certificar conocimientos y que continúen en el sistema universitario”, explicó a Diagonales Fernando Tauber, Secretario General de la UNLP.
El arquitecto y doctor en comunicación subrayó que la certificación “no genera incumbencias que compitan con el profesional; con aquél que terminó la carrera, sino que certifica habilidades que son complementarias”.
“El tema es, si un alumno va a dejar la carrera, darle un certificado de los conocimientos adquiridos, pero, básicamente, apunta a aquél que no va a dejar sus estudios, pero que necesita trabajar, integrase al mercado de trabajo”, continuó Tauber. El funcionario subrayó además los beneficios de la práctica para la formación profesional.
EJEMPLO. Para graficar la idea del Rectorado, Tauber ejemplificócon un caso hipotético sobre la disciplina que domina: “A un estudiante de tercer año de Arquitectura se le podrá acreditar conocimientos para desempeñarse como asistente de obra o de proyecto, pero la certificación no le servirá para firmar un plano,porque eso es incumbencia del profesional”. Tauber destacó que al tiempo que se contribuye con la práctica formativa de ese estudiante, se lo retiene en la Universidad, porque “le permite trabajar de lo que aprendió –porque eso es lo que le da la herramienta para tratar de que su trabajo tenga un vínculo con el conocimiento adquirido– y continuar sus estudios”.
Un equipo de la Secretaría Académica de la UNLP está manteniendo reuniones con los pares del área de todas las facultades, porque cada consejo directivo deberá resolver qué objetivos curriculares deberá cumplimentar el alumno para obtener la certificación. La tarea no será nada sencilla de aplicar si se tiene en cuenta que entre las 17 facultades se otorgan más de 150 títulos de grado.
Pese a la complejidad del proceso, en el Rectorado confían en que la certificación –aún falta determinar la nominación final– podrá implementarse a partir del año que viene.
Fuente: Diagonales
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