lunes, 6 de julio de 2009

Contagiemos la pasión por la lectura

Una propuesta para pasar el invierno alejado de la gripe A

Natalia Méndez

Se suspendió la Feria del Libro Infantil, pero no es excusa para que los chicos no lean. Para hacer menos duro el encierro y el aburrimiento de los pequeños, Crítica de la Argentina a partir del lunes recomendará todos los días libros, películas y videojuegos.

La suspensión de la Feria del Libro Infantil y Juvenil es un hecho que nos apena a todos, no sólo por la coyuntura que representa esta decisión, sino porque se pierde una gran oportunidad de acercar a miles de chicos a la lectura y a muchas otras actividades culturales que se realizan año tras año en la feria. Pero, por supuesto, esta medida es acertada y responsable. Sin embargo, se presenta otra ocasión para alentar y promover la lectura: días y días de los chicos en casa.

En su artículo “Los lectores no dejan de sorprendernos”, Michèle Petit reflexiona sobre los alcances y riesgos de la promoción de la lectura: cuando se orienta a la obligación –“debés leer”, “hay que amar los libros”– termina por producir lo contrario a lo que busca (ya lo dijo también Daniel Pennac: “El verbo leer no tolera el imperativo”). Mientras que, por otro lado, cuando se sugiere y se comparte la pasión, se llegan a provocar en el otro las ganas: “Una persona que ama los libros, en un momento dado desempeña el papel de ‘iniciador’, alguien que puede recomendar libros”.

Todos los que somos lectores recordamos algún momento especial e íntimo de lectura, de descubrimiento, de fascinación por eso que nos estaba diciendo un libro, cara a cara, sólo a nosotros. ¿Qué mejor que para propiciar en estos días esos encuentros con la lectura? Por suerte, hay libros para todos los gustos. Aunque este año no se pueda hacer una visita a la Feria, tal vez se puede hacer una pasada por la librería (o comprar online para no tener que salir), por la biblioteca, o revisar los estantes de casa, o prestarse libros entre amigos. Sería bueno poder aprovechar este tiempo para alentar las ganas de conocimiento y de entretenimiento que todos los chicos tienen, que todos tenemos.

En esta ocasión se permite el uso de esta palabra tan temida últimamente: contagio. Qué buena ocasión para contagiarse y contagiar de algo que en realidad cura, porque es sabido que la lectura transforma, acompaña, sana. Qué buena ocasión, también, ya que se sugiere no salir mucho, para viajar entre las páginas de un libro, porque es sabido que la lectura transporta, abre puertas, ayuda a descubrir el mundo y a descubrirse, desde el cómodo y cálido sillón de casa.

Para comenzar, tres libros recomendados

PARA LEER CON LOS MÁS CHICOS:

La araña que vuela
Nelvy Bustamante / Cecilia Afonso Esteves. Primera Sudamericana

Un libro de poesía con poéticas ilustraciones. Los temas que aparecen: las arañas, las hojas, los pequeños momentos, siempre atrapan a los más chicos, y la fuerza poética del texto y de las imágenes es para disfrutar a cualquier edad. Con un trabajo minucioso en las palabras y los silencios, la autora logra alejarse de los esquemas estereotipados de la poesía para chicos, pero a la vez mantiene el vínculo de lo sencillo, el ritmo y los juegos sonoros que encantan a quien los escucha.

PARA LOS QUE YA LEEN SOLOS:

Hay que ser animal
Verónica Sukaczer / Ilustraciones de Eugenia Nobati. Grupo Editorial Norma

Una serie de cuentos con animales como protagonistas: un perezoso que llega tarde a su casamiento, una abeja que prefiere cantar a danzar, un caracol que presenta un espectáculo en medio del bosque, un piojo dispuesto a ser el primer conquistador de una cabeza y muchos más. Todos desopilantes y narrados con mucho ingenio, los cuentos están basados en curiosidades de la naturaleza, que se describen al final del libro.

PARA LECTORES AVANZADOS:

El libro salvaje
Juan Villoro / Ilustraciones de Gabriel Martínez. Fondo de Cultura Económica

Los padres de Juan deciden separarse, y como si fuera poco, para las vacaciones, lo mandan a pasar unos días a la casa de su tío Tito, un bibliófilo empedernido. En la gigantesca biblioteca que es la casa de su tío, a Juan le espera una sorpresa: los libros cambian solos de lugar, son ellos mismos los que eligen a sus lectores, y ahí se esconde un libro rebelde que no se deja leer por cualquiera. Novela sólida y atrapante, una aventura entre libros para lectores apasionados.

Fuente: Crítica

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