lunes, 14 de diciembre de 2009

"No trato de ser distinta"

Norah Jones

EL MERCURIO | JOSÉ MANUEL SIMIÁN

A mediados de noviembre se lanzó el último trabajo de Norah Jones, The fall (EMI). Una obra en la que sobrevuelan varias rupturas: con su anterior productor, su banda estable y el novio compositor, lo que se tradujo en cambios estilísticos muy notorios.

Jones se arrellana como una gata en el sillón y clava sus ojos de almendra esperando las preguntas. Puede que sea una de las intérpretes de canciones lentas más famosas de la década, pero cuando se trata de responder a la prensa lo hace como buena neoyorquina (nació en Brooklyn, vive en Manhattan): sin tiempo que perder.

"¿Qué porqué se llama The fall?", dice sobre su cuarto disco, que ya llegó a las disquerías. "Era un título corto y me gusta la estación. Y escribí muchas de las canciones el otoño pasado", concluye, optando por la más literal de las traducciones. Pero hay otra lectura posible: que The fall sea La caída, la ruptura con Lee Alexander, quien durante años fue no sólo su novio, sino también bajista y autor de gran parte de sus canciones. De hecho, en una de las mejores grabaciones del disco, Back to Manhattan, el verbo "to fall" se emplea en el contexto de una ruptura enmarcada en los condados neoyorquinos.

Pero desde esa perspectiva, el disco significa también el ascenso de Norah Jones como artista autosuficiente: se deshizo de casi todos sus colaboradores habituales (quedó únicamente Jesse Harris) y contrató los servicios del productor Jacquire King, que había logrado una de las sonoridades favoritas de Jones, la del disco Mule variations de Tom Waits.

"Tenía todas las canciones compuestas hace año y medio", dice usando apenas una fracción de su voz ahumada. "Grabé los demos en el estudio que tengo en mi casa y, tras pensar mucho y poner y quitar cosas, me di cuenta que lo que quería hacer era encontrar un productor nuevo, alguien que me diera un nuevo sonido y me sacara de lo que me era más cómodo hacer".

Pero ello significaba también encontrar músicos nuevos. "Yo había tocado siempre con la misma gente, por lo que tuve que ponerme en las manos de Jacquire para que él los eligiera". De la mano del productor llegaron notables como Marc Ribot, quien tocó con Tom Waits, Elvis Costello, John Zorn, y Smokey Hormel, otro músico con antecedentes como Waits, Beck, Johnny Cash, Joe Strummer. A ellos se sumaron las colaboraciones de amigos de Jones como Ryan Adams y el líder de Okkervil River, Hill Sheff.

Cambios. El giro sonoro es evidente desde la primera pista de este disco, Chasing pirates, una canción de medio tiempo impulsada por un colchón de sonidos sintetizados que tienen un pie en el fin de los años ochenta y otro en el presente.

Este sonido de texturas, guitarras procesadas y los grooves que buscaba la artista aparecen en distintos grados a lo largo del disco, llegando a su punto máximo en el funk electrónico que sirve de base a la canción It`s gonna be.

En otras, la experimentación fue en la dirección opuesta: Man of the hour, el alegre blues al perro de la cantante que cierra el disco, logra un indescriptible sonido de piano gracias a una cinta adhesiva apañando las cuerdas. "¿Si tomé riesgos? Diría que probé cosas más distintas en este álbum que en el pasado", dice la señorita Jones. "Pero creo que he probado cosas nuevas en cada uno de mis discos".

El dilema de Jones, parece ser que, por su inconfundible voz y el impredecible éxito de su disco debut Come away with me, de 2002, siempre se comparará lo que haga con esa grabación, acusándola de no poder desmarcarse de ella, pero, al mismo tiempo, juzgando con una altísima vara cualquier cambio de timón.

"Eso es exactamente lo que pasa", dice con convicción. "Por eso no puedes buscar darle en el gusto a la gente. Yo respeto a mis fans, respeto a los que pueden querer oír algo en particular, pero a la larga sólo puedo hacer lo que a mí me parece bien. Pero, en verdad, no creo estar tratando de ser alguien que no soy en este disco; no trato de ser distinta sólo por ser distinta. A mí me suena muy natural".

CINE Y MÁS. Esta filosofía, donde la búsqueda personal es piedra angular, no es nueva para esta consagrada creadora e intérprete.

Así es que en los últimos años ha incursionado también en la actuación. Su debut en este campo fue con la película My blueberry nights (2007), del premiado realizador Wong Kar Wai. Y por estos días recorre el circuito de festivales internacionales la cinta independiente Wah Do Dem, que también la tiene en el reparto.

En música, además de su carrera solista, Jones no descarta grabar un segundo disco con la banda de country The Little Willies, y fue invitada a ponerle música a How many times have you broken my heart? para el llamado "Hank Williams project", una iniciativa coordinada por Bob Dylan para sacar a la luz letras inéditas del difunto astro del country.

De lujo: La producción también se vende en la tienda virtual iTunes, en una versión ampliada.

Fuente: El País

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