miércoles, 2 de diciembre de 2009

Los que encienden la sangre del rock

Brian Johnson y Angus Young en el escenario, el último con su mítico uniforme.

AC/DC COMIENZA ESTE MIÉRCOLES SU SERIE DE TRES CONCIERTOS EN RIVER

Desde hace casi cuatro décadas se dedican a machacar una fórmula simple y efectiva que apenas registra cambios. En esa permanencia radica el éxito, con el disco más vendido de la historia después de Thriller, y una audiencia incapaz de olvidarlos.

Por Sergio March

Los críticos de música nunca quisieron a AC/DC. Hubo uno que los acusó de hacer diez discos que sonaban exactamente iguales. El guitarrista Angus Young se sintió ultrajado y reaccionó: “Ese tipo es un mentiroso, no fueron diez, sino once los discos”.

AC/DC encontró una fórmula efectiva para su rock y jamás reveló sus ingredientes (aunque estén al alcance de cualquier oído). Tampoco le introdujo cambios. Ése parece ser el secreto de un éxito que mucha gente no puede explicarse, sobre todo aquella que no entiende los principios básicos del rock and roll. ¿Cómo se explica la vigencia de una banda que viene tocando desde 1973 y cuya evolución es nula? Justamente por eso: el sonido de AC/DC es tan perfecto en su sencillez y efectividad para encender la sangre rockera que cualquier cambio lo arruinaría.

Back in Black, su trabajo más conocido, es el disco más vendido de la historia después de Thriller de Michael Jackson: 49 millones de copias. Muy por detrás están Meat Loaf, Pink Floyd y The Eagles. AC/DC tiene, también, el catálogo de álbumes más vendedor después de The Beatles; incluso en años recientes, cuando estuvieron ausentes del mercado, vendían más que los mismísimos Rolling Stones, y su marca ya ha superado los 200 millones de copias distribuidas entre sus 22 lanzamientos. La banda también es reticente a ciertas modernidades, y es por eso que su música no está disponible para la compra online. Tampoco han editado simples ni permitieron que se editara un “grandes éxitos” con los temas más conocidos de su repertorio. Eso sí: en sus shows tocan todas las canciones que el público quiere escuchar.

AC/DC está liderada por dos de los ocho hermanos Young: Angus y Malcolm. Todos nacieron en Escocia, pero su padre se sintió tentado por un mejor futuro laboral en Australia, aunque las cosas fueron durísimas en un comienzo. Uno de los hermanos mayores, George Young, formó una banda con mucho éxito: The Easybeats, uno de los grupos australianos más conocidos de los años 60. Eso animó a Malcolm y a Angus, que decidieron formar la banda propia y la bautizaron con algo que vieron en la máquina de coser de su hermana Margaret: AC/DC (corriente alterna/ corriente continua). Fue también Margaret la que frenó a su hermano Angus con los disfraces, una vez que hubiera probado uno de Superman y otro de Zorro. “¿Y si usás el uniforme del colegio?”, le dijo, sin saber que ésa se transformaría en una de las características principales de AC/DC. “El traje ya camina solo”, dice Angus Young, que hoy tiene 54 años y pasa despercibido sin su uniforme. “Tengo montones de trajes de colegio: la gente me los regala, y los que me sobran van a los museos”.

El grupo encontró la pieza mágica cuando el cantante Bon Scott se les unió en 1974. Era un tipo loco, duro y con voz de sierra eléctrica: el hombre ideal. Pero en 1980 bebió hasta morir. La banda sintió que había llegado el final, pero pensando en que Scott hubiera querido que siguieran adelante, se dieron una nueva oportunidad con Brian Johnson (ex Geordie). Si bien ya tenían una reputación y su último disco con Scott, Highway to Hell, había logrado buenas ventas, no estaba en los planes de nadie que Back in Black, su disco de luto, se transformara en uno de los álbumes más vendidos de todos los tiempos. “Nunca entendí cómo pasó”, dijo Angus Young, “no teníamos un sonido comercial, no estábamos a la moda y no nos querían publicar fotos porque Bon Scott estaba cubierto de tatuajes”.

Desde entonces a la fecha, AC/DC ha conocido buenos y regulares períodos de vigencia. Tuvieron álbumes desastrosos (Flick of the Switch, 1983) y resurrecciones sorprendentes (The razor’s Edge, 1990), pero lo principal en ellos ha sido la fidelidad a un estilo, lo que a su vez gatilló la fidelidad de una audiencia incapaz de olvidarlos.

Desde octubre de 1996, mes en que AC/DC llenó dos veces el estadio de River, el público argentino no ha hecho otra cosa que extrañarlos. Pues bien, esta vez serán tres los shows, y es probable que quede gente afuera. ¿Cuál es el truco de esta banda que hace discos iguales, shows idénticos, canciones similares, y jamás pierde la magia? Justamente: el truco es que no hay truco. Y eso, en el rock, si suena fuerte y auténtico, cotiza alto.

Una locomotora en el escenario

Un tren enloquecido que corre a toda velocidad fogoneado por un demente en traje escolar que no cesa de arrojarle carbón (Angus en formato cómic). Un grupo comando femenino intenta distraerlo por medio de la seducción. Cuando logra reducirlo, activa la palanca de freno, que se rompe. Todo es inútil: nada puede detener a la locomotora que se incrusta en el escenario, justo a tiempo para que Angus Young dispare el riff de “Rock ’n’ roll Train”, uno de los éxitos del último álbum de AC/DC, Black Ice. Es el comienzo del show de la banda australiana que tocará el 2, 4 y 6 de diciembre en River. El resto, lo usual: caminatas arengadoras de Brian Johnson y Angus Young disparando sus certeros riffs de rock ’n’ roll, más las salvas de cañón en la despedida.

Fuente: Crítica

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