
La actriz y cantante brilla en Francia con tres obras de Alfredo Arias, siempre a sala llena. A mediados de 2010 se harían en Buenos Aires. "Dejamos todo en el escenario. El público agradece la calidad de los argentinos".
Por Javier Firpo
"Acá en París son las dos de la mañana. Estoy en la cama, tan cansada como realizada, me siento bárbaro por lo que estamos haciendo y por cómo responde la gente". Exultante, con una voz nada acorde con la hora de la madrugada, la talentosa actriz, cantante y bailarina Sandra Guida atiende a La Razón desde su departamento de Canal Saint Martin, "un barrio de artistas, bohemio, que está de moda, y que está cerquita de La Bastilla y del imponente teatro de la Opera", sitúa Guida, que se encuentra en la capital francesa protagonizando las obras más vistas el último mes en el país galo. Dirigida por "ese gran maestro" -califica- Alfredo Arias, y junto a su amiga, hermana y alma gemela que es Alejandra Radano, protagoniza un tríptico que, salvo los lunes, se exhibe toda la semana en el coqueto Teatro Rond Point.
"Trois Tangos", "Tatouge" y "Cabaret Brecht Tango Broadway", obras "que mezclan baile, música, teatro, todo con el toque sofisticado y extravagante de Alfredo", dice Sandra, mientras se saca el maquillaje. "Los tres reflejan la pasión de Arias por el music-hall y el cabaret. Hay una potencia, es una locomotora".
Las críticas resaltan tu labor musical e interpretativa.
Es que en "Cabaret..." puedo lucirme en un bloque de tango nómade en el que canto en inglés, castellano, italiano y ¡japonés! Y en "Tatouge" encarno a Eva Perón, lo que me representa algo muy fuerte, como una actuación terapéutica. Y se habla de todas las Evitas que existieron.
Aún está acelerada, le cuesta conciliar el sueño después de cada función. "Y cómo dormirse si anoche el público, que no te regala nada, aplaudió veinte minutos seguidos.
¿Qué pensás que aplauden?
Que ponemos toda la carne al asador, que no nos guardamos nada. Y que es un lujo, claro.
En otro acto de generosidad, Guida sorprende con una bella versión telefónica de "Caminito"... en japonés. Im-per-di-ble.
Las funciones estaban previstas hasta fin de mes, y agregaron...
Es que la gente de acá de París está enloquecida, sale fascinada. Objetivamente, las obras llaman la atención por su calidad, puesta en escena, sus colores, matices y por la impronta de Arias.
¿Es difícil ser dirigida por él?
Es difícil, es una persona que no para nunca, no se relaja, pero en lo personal es maravilloso, un incentivo, está innovando permanentemente, no permite que te distiendas.
¿Una actriz de tus características necesita el estímulo constante?
Por mi forma de ser, la inyección anímica la tengo siempre, no la espero, pero si viene, la celebro, sobre todo de alguien que encuentra lo mejor de uno.
Con Alejandra Radano vienen trabajando hace mucho, con "Chicago", quizás, como punto culminante... ¿Se potencian?
Juntas nos sentimos imparables, tenemos una química increíble, somos igualmente apasionadas por lo que hacemos.
Con todo lo que te pasa en París, ¿te sentís estrella?
¿Sabés la calidad de gente que actúa en esta ciudad? En París soy nadie, lisa y llanamente. Pero una nadie feliz, que es una privilegiada de poder estar haciendo este laburo.
La idea, refiere, es traer el "triple espectáculo" a Buenos Aires para mediados de 2010. "Sería fantástico, porque a Buenos Aires quiero devolverle todo lo que me dio como persona y como artista. Además, la pasión teatral que se vive allí no se vive en ninguna parte".
¿Te sentís reconocida en Argentina?
Absolutamente. El tema es que yo no soy popular. Soy un bicho de escenario, no de televisión.
¿El escenario es terapéutico?
Me borra de todo, allí arriba disfruto a lo bestia. Ocurre que soy así, me cuesta estar conforme conmigo.
Fuente: La Razón
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