
Vuelve al ruedo una de las bandas más convocantes del rock platense. DLSO subirá nuevamente al escenario con la renovada propuesta de su último disco. Entrevistamos a su cantante y hacemos un recorrido por la historia lunfarda.
Sin lugar a dudas, Don Lunfardo es una de las bandas más convocantes del rock platense. Poco reconocidos por la prensa nacional, desde hace una década realizan sus shows de forma completamente independiente, presentan su música en singulares ediciones dignas de una banda internacional -su último cd da fe de ello: viene en una lata sellada al vacío- y contienen miles de almas que arengan su inclasificable rock frente a los escenarios.
Muchas veces señalados como barriales, su música cambia constantemente, reconociendo orígenes rocanroleros, que con el pasar de las grabaciones cruzaron desenfadadamente el ska, cuarteto, hip hop, post punk, heavy y la electrónica. Su último disco, Paracaidistas en franco retroceso, se editó en una edición de lujo, dentro de una lata. En contrapartida, también lo pusieron gratis para descargar. Sobre esto y otros asuntos, conversamos con Luciano Angeleri, su vocalista.
-¿Qué ideas hay detrás de todo esto?
-Es un disco muy platense, enarbola determinadas banderas con respecto a la ciudad. A veces los platenses solemos ser muy pequeñistas, no haciéndonos cargo de la ciudad. Hay mucho desertor, por no decir cipayo, enceguecido con lo que pasa en Capital. Al disco lo lanzamos el 19 de noviembre para descargar en forma gratuita. Para entender un poco el contexto, por entonces se estaba discutiendo mucho sobre el asunto de la piratería. Se hablaba mucho del disco de Radiohead. Nosotros somos partidarios de que la música sea de todos. No hay nada peor para un artista que el anonimato, y que se pueda descargar el álbum en forma gratuita es lo mejor. El 31 de enero se editó la lata, que distribuimos en forma independiente. La lata como “producto” tiene claras reminiscencias warholianas. Vive del sistema, como cualquier producto, nosotros vendemos un producto. Generalmente, en el rock, el dinero es una mala palabra. Somos bastante fetichistas y nos gustan los discos, pero las nuevas generaciones, que por ahí no comprendemos, también se pueden bajar los temas, y las catapulta a acercarse a la banda.
-Ustedes no suelen tocar en Capital. ¿Cuál es su postura?
-No somos la primera banda en hacer esto, Mr. América también tuvo una postura parecida, pero por ahí se sabe más de nosotros porque somos más “populachos”, más masivos. No es que pensemos que los porteños son unos caretas, a mí me encanta Buenos Aires, viajo tres veces por semana para allá, me gusta mucho el tango y por ende me gusta mucho. Pasa que desde que está el macrismo gobernando la ciudad, y después de Cromañón, es imposible tocar, tenés a las productoras que te ponen condiciones que son imposibles.
-¿Cómo te relacionás con la escena de rock platense?
-Todo el tiempo veo bandas, tengo la suerte de acceder a mucha música, que me llega por distintos motivos, por amistades, por gente que me acerca cosas. Es más, antes con unos amigos teníamos un fanzine llamado La Garufa, que nos conectaba con muchísimas bandas. Igual que ahora, arrancábamos e íbamos a ver bandas. Tenemos una relación de amistad con muchas.
Llegado el fin de semana, podés terminar yendo a una milonga o yendo a ver a Norma. Defiendo a muerte la ciudad.
-¿Cómo explicás los constantes cambios del sonido de Don Lunfardo?
-El motor es el aburrimiento, eso es lo principal. Detestamos a las bandas que encuentran una fórmula y viven repitiendo eso, que se van copiando a sí mismas. Que dan la oportunidad de decir: ¿y cómo esa canción no la tocaron? Otra cosa importante a destacar en los cambios es el paso del tiempo. Escuchás otro tipo de música, aprendés cosas nuevas, te cambia la voz, te cambian las extremidades, todo, las experiencias. También la melomanía de cada uno de nosotros. Con la partida del Narigón, que era el percusionista, y con el ingreso de Juan, en computadoras, tratamos de buscarle una vuelta más hard rock, mezclado con programaciones. Un sonido medio industrial pero bien criollo y platense.
-¿Y las letras? ¿Cómo componés?
-Las letras siempre se las atribuyen al cantante en el caso de Don Lunfardo, y es algo que cuesta creer, no están escritas. Yo canto arriba de cosas y todo se va moldeando, se resuelve mucho en el estudio.
-¿Cómo se las arregla una banda como la suya para continuar tocando?
-Se buscan distintos medios, siempre se dice que no hay lugares para tocar. Bueno, hay que inventar algo, agarrar las bailantas de la ciudad, no sé. No nos podemos quedar cruzados de brazos y decir “es complicado”, hay que adaptarse a determinadas reglas. Ingresar al sistema, dentro de un medio masivo, como lo hacés vos en este diario. En Capital, nos han hecho críticas y ninguneadas, no nos han querido publicar notas por las cosas que decíamos. Nos hicieron notas para revistas, como para La Mano, que después no salieron seguramente por criticar a las compañías y el modo de manejo de las corporaciones. Y bueno, hay que seguir. También nos tildan de rock chabón o... ¡rolinga!
-Viste cómo son las clasificaciones...
-Nosotros nos consideramos indie, pero en mi barrio se dice “independiente”. Tenés que hacer los afiches vos, a mano, con serigrafía, preparar el engrudo vos y salir a pegarlos. La idea es tener una estructura buena sin trasladarla a los precios de la entrada. Hacerse cargo uno, bien a lo gestión punk, del hazlo tú mismo, reciclando. Creo que todo esto siempre fue el espíritu y motor de Don Lunfardo.
-¿Qué podés decirme en cuanto al paralelismo que se hace de la banda con los Redondos? Me refiero al arte de los discos, el haber tenido a Enrique Symms como presentador, o a las metáforas de sus letras.
-Yo y todos somos fanáticos de la banda. Personalmente empecé a meterme en el mundo ricotero a los diez años, a meterme en un mundo que me enseñó de todo. Daban una nota y corría a leerla: a ver qué dice el Indio, a quién lee, para ir y leerlo. Les tengo un profundo respeto, como toda la banda. No vamos a decir que somos colegas, pero al tener un grupo uno empieza a entender lo difícil que se hace llevar a cabo un proyecto. No somos ni la millonésima parte de lo que son ellos, y así y todo uno entiende de qué va, uno también trastabilla. No tengo ninguna vergüenza en decirlo, cualquier comparación es un halago. Por ahí me parece una canallada para el ricotero lo de las cartitas a los medios, todo eso de “quién se queda con los videos y las grabaciones”.
Don Lunfardo y el Señor Otario se presentarán hoy, sábado 12 de diciembre, a la medianoche, en 44 y 147.
Federico Valenti
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