lunes, 10 de agosto de 2009

Relato de un siniestro mundo familiar

El elenco propone una escena siempre creativa que promueve la sorpresa

Gabriel Calderón acerca vínculos disfuncionales

Mi muñequita - la farsa.
Autor: Gabriel Calderón. Intérpretes: Moyra Agrelo, Mariana Cabrol, Rafael Lavín, Enzo Ordeig, Eugenia Straccali, Santiago Weller, Vestuario: Alejandro Mateo. Diseño de luces: Alejandro Le Roux. Multimedia: Fernando Zuber. Música: Manu Estrada. Dirección: Azucena Lavín. En Espacio Callejón (Humahuaca 3759). Funciones: Sábados, a las 23. Duración: 60 minutos.

Nuestra opinión: buena

Una nueva familia disfuncional en escena. Su particularidad, la de mostrarse como un grupo bien constituido aunque, en su interior, ellos dejan reconocer unas miserias muy profundas que terminan destruyendo la vida de una pequeña adolescente. Ella, solo puede encontrar en su muñequita un punto de apoyo, aunque a veces los reclamos de ese objeto también se hagan sentir. Por momentos, será la muñeca quien se confunda con la niña, generando en el espectador un juego de encuentros y desencuentros en el que, el desdoblamiento de personalidades, disparará múltiples lecturas que fortalecerán la historia general.

El texto del uruguayo Gabriel Calderón posee un procedimiento sumamente creativo. Como en un puzzle las situaciones se irán armando mientras quien observa irá completando de a poco la figura/trama, hasta que un guía/presentador/mayordomo develará mucho de lo siniestro de ese mundo dislocado.

Muy diferente a la puesta montevideana (que se desarrolla en un ritmo ágil, intervienen pequeñas coreografías y la música ocupa un lugar preponderante), la propuesta que dirige Azucena Lavín en Buenos Aires resulta más solemne pero no menos atractiva.

Lavín descubre con mucha profundidad ese sombrío mundo en el que se desarrolla la acción y, aunque la risa muchas veces aparece, lo hace por la fuerte incomodidad que producen algunos de los actos de los personajes o sus actitudes inesperadas. Es ahí donde se cuela un intenso humor negro, sorpresivo y efectivo que, en todo momento, conmociona y torna más desolado el interior de la protagonista.

El elenco es heterogéneo, algunos personajes poseen un mayor desarrollo, lo que posibilita a sus intérpretes, demostrar más a pleno sus cualidades actorales y hasta aportar más definiciones al drama. Aún así, desde cada lugar, los actores construyen grupalmente una escena siempre creativa que muchas veces promueve sorpresa, porque lo siniestro se instala de forma muy gradual y ello hace que la atención de quien observa se mantenga siempre latente.

Carlos Pacheco
Fuente: La Nación

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