Fotos: Los ingenieros y los pasantes del Albert Thomas
Laboratorio de asistencia técnica de la Facultad de Ingeniería de la ciudad de La Plata.
Arreglan equipos que fueron donados por la gente, por obsoletos
En un laboratorio del segundo piso de la facultad de Ingeniería, una treintena de monitores, cables, gabinetes y mouse están prolijamente apilados para su reparación. En un pizarrón donde funciona el taller, se leen los destinos que tendrán los equipos. Se trata del Laboratorio de Asistencia Técnica para establecimientos de Educación Especial, donde un grupo de estudiantes y profesionales reparan computadoras donadas por la comunidad para entregarlas a establecimientos de atención a personas discapacitadas.
Los integrantes del equipo –entre los que se encuentran dos pasantes del colegio Albert Thomas– reparan los equipos que fueron donados –que por tan viejos se volvieron obsoletos y perdieron valor comercial– y los adecuan a las necesidades de personas discapacitadas de distintos establecimientos de educación.
Flavio Ferrari, responsable del Laboratorio, detalló: “Cuando recibimos los equipos, registramos el donante, las características y las partes que nos fueron entregadas. Luego, en el taller, verificamos el funcionamiento, limpiampos el equipo de eventuales datos privados y le dejamos el mínimo software necesario para un uso hogareño”. El tercer paso consiste en contactar a la institución que recibirá la computadora. “Generalmente, damos con una fonoudióloga o psicopedagoga de la institución, para conocer las necesidades reales de las personas y, así, instalarle un software acorde, como por ejemplo, uno que pueda estimular el aprendizaje”, explicó Ferrari.
En tanto, José Rapallini, uno de los promotores de la iniciativa junto con Cristina Cordero, indicó que “las computadoras proporcionan un nuevo entorno de enseñanza-aprendizaje con múltiples funcionalidades para las personas con discapacidades o que requieren una atención especial, porque facilitan la comunicación; el acceso; el procesamiento de la informació; el desarrollo cognitivo; la adaptación y autonomía, como así también, posibilidades laborales.
Hasta el momento, el Laboratorio recibió unas 30 computadoras, donadas por ciudadanos comunes y organismos privados. A los especialistas les toma alrededor de dos horas la reparación de un equipo.
El Laboratorio funciona en el marco de la Unidad de Investigación y Desarrollo para la Calidad de la Educación en Ingeniería con orientación al uso de TIC, del departamento de Electrotecnia de la facultad.
Próximamente, el equipo de la facultad implementará mecanismos de capacitación para el uso de determinados programas: “Estamos pensando en la formación de personas a cargo de personas discapacitadas, que podrían ser a distancia o presencial, en la misma facultad”, señaló Rapallini. “Además, -dijo- extenderemos redes con expertos en al materia para que nos sirvan de nexo con las verdaderas necesidades de la población”. “Queremos que ésto progrese”, concluyó.
Fuente: Diagonales
Laboratorio de asistencia técnica de la Facultad de Ingeniería de la ciudad de La Plata.
Arreglan equipos que fueron donados por la gente, por obsoletos
En un laboratorio del segundo piso de la facultad de Ingeniería, una treintena de monitores, cables, gabinetes y mouse están prolijamente apilados para su reparación. En un pizarrón donde funciona el taller, se leen los destinos que tendrán los equipos. Se trata del Laboratorio de Asistencia Técnica para establecimientos de Educación Especial, donde un grupo de estudiantes y profesionales reparan computadoras donadas por la comunidad para entregarlas a establecimientos de atención a personas discapacitadas.
Los integrantes del equipo –entre los que se encuentran dos pasantes del colegio Albert Thomas– reparan los equipos que fueron donados –que por tan viejos se volvieron obsoletos y perdieron valor comercial– y los adecuan a las necesidades de personas discapacitadas de distintos establecimientos de educación.
Flavio Ferrari, responsable del Laboratorio, detalló: “Cuando recibimos los equipos, registramos el donante, las características y las partes que nos fueron entregadas. Luego, en el taller, verificamos el funcionamiento, limpiampos el equipo de eventuales datos privados y le dejamos el mínimo software necesario para un uso hogareño”. El tercer paso consiste en contactar a la institución que recibirá la computadora. “Generalmente, damos con una fonoudióloga o psicopedagoga de la institución, para conocer las necesidades reales de las personas y, así, instalarle un software acorde, como por ejemplo, uno que pueda estimular el aprendizaje”, explicó Ferrari.
En tanto, José Rapallini, uno de los promotores de la iniciativa junto con Cristina Cordero, indicó que “las computadoras proporcionan un nuevo entorno de enseñanza-aprendizaje con múltiples funcionalidades para las personas con discapacidades o que requieren una atención especial, porque facilitan la comunicación; el acceso; el procesamiento de la informació; el desarrollo cognitivo; la adaptación y autonomía, como así también, posibilidades laborales.
Hasta el momento, el Laboratorio recibió unas 30 computadoras, donadas por ciudadanos comunes y organismos privados. A los especialistas les toma alrededor de dos horas la reparación de un equipo.
El Laboratorio funciona en el marco de la Unidad de Investigación y Desarrollo para la Calidad de la Educación en Ingeniería con orientación al uso de TIC, del departamento de Electrotecnia de la facultad.
Próximamente, el equipo de la facultad implementará mecanismos de capacitación para el uso de determinados programas: “Estamos pensando en la formación de personas a cargo de personas discapacitadas, que podrían ser a distancia o presencial, en la misma facultad”, señaló Rapallini. “Además, -dijo- extenderemos redes con expertos en al materia para que nos sirvan de nexo con las verdaderas necesidades de la población”. “Queremos que ésto progrese”, concluyó.
Fuente: Diagonales
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