Fuentes desactivadas, pegatinas, pintadas y falta de higiene rodean la sala de 51 entre 9 y 10Castigados por el vandalismo y lo que aparenta ser un mantenimiento insuficiente, los accesos y espacios exteriores del Teatro Argentino no muestran por estos días su mejor cara. Suciedad, pintadas, pegatinas, fuentes desactivadas, cazuelas sin árboles, configuran un paisaje que preocupa a los vecinos. Desde el centro cultural de 51 entre 9 y 10 admiten que "hay cosas que no contribuyen a ofrecer una buena imagen", pero afirman que "se está haciendo un gran esfuerzo para enfrentar las dificultades".
En ambos extremos del pasaje transversal que une las calles 9 y 10, entre 51 y 53, sendas fuentes quedaron secas, polvorientas, con sus canteros vacíos y restos de "petacas" de bebidas alcohólicas diseminados en su interior. Originalmente pensadas como los hitos del acceso a un espacio de uso común, hoy no invitan al tránsito -más bien todo lo contrario-.
Lo mismo ocurre en las plazas secas bajo nivel ubicadas en las intersecciones de la avenida 51 con 9 y 10, con innumerables pintadas en vidrios, paredes e incluso pisos. Las placas de vidrio y las barandas de protección de esos espacios también están llenas de inscripciones y "tags", realizados con marcadores sintéticos tipo "liquid paper".
La abundancia de excrementos de palomas -que en algunos sectores formaron montículos-; el verdín acumulado por una pérdida de agua; los pisos manchados con aceite; el pasto en las junturas del hormigón; la falta de algunas lajas; y una decena y media de cazuelas vacías en donde deberían existir retoños de tilo, completan un inventario con balance al menos incierto.
"Hay algunas cosas que pueden hacen parecer que el Teatro está peor de lo que realmente está" admite Leandro Iglesias, administrador general; "pero estamos haciendo un esfuerzo enorme para mejorar la situación; en el área de mantenimiento, para dar una idea, creamos una cuadrilla que se dedica especialmente a borrar y tapar pintadas".
"La obra no está terminada, y hay cosas en licitación, por lo que en algunas áreas directamente no tenemos incumbencia" aclara el funcionario: "por ejemplo, las plazas secas dan a dos áreas que no se han concluido".
IMPACTO DEL VANDALISMO
"El impacto del vandalismo es fácil de comprobar" considera Iglesias: "y no hay una estructura de seguridad que se pueda sostener las 24 horas en todo el perímetro". Una de las estrategias que se barajan para revertir la tendencia es la de ocupar todos los espacios disponibles con actividades culturales.
"Creemos que así va a estar mejor" se explicó: "además, estamos tratando de consensuar pautas de convivencia con los diferentes grupos que se acercan al lugar. Y existen cuestiones que no dependen de nosotros; los árboles están pedidos a la Municipalidad, pero el trámite lleva su tiempo. Las fuentes -además de ser sometidas al vandalismo- tienen filtraciones, y debajo están los talleres".
"En los últimos tiempos" recordó Iglesias, "reemplazamos luminarias, y colocamos mojones metálicos para que no se usen las explanadas como estacionamiento".
VECINOS
Quienes viven en los alrededores del complejo teatral realizaron sus reclamos y puntualizaron que "la esquina de 10 y 51 es un claro ejemplo del abandono que presenta el predio: la fuente no funciona, hay numerosas pintadas y la falta de higiene es alarmante".
Fuente: El Día
En ambos extremos del pasaje transversal que une las calles 9 y 10, entre 51 y 53, sendas fuentes quedaron secas, polvorientas, con sus canteros vacíos y restos de "petacas" de bebidas alcohólicas diseminados en su interior. Originalmente pensadas como los hitos del acceso a un espacio de uso común, hoy no invitan al tránsito -más bien todo lo contrario-.
Lo mismo ocurre en las plazas secas bajo nivel ubicadas en las intersecciones de la avenida 51 con 9 y 10, con innumerables pintadas en vidrios, paredes e incluso pisos. Las placas de vidrio y las barandas de protección de esos espacios también están llenas de inscripciones y "tags", realizados con marcadores sintéticos tipo "liquid paper".
La abundancia de excrementos de palomas -que en algunos sectores formaron montículos-; el verdín acumulado por una pérdida de agua; los pisos manchados con aceite; el pasto en las junturas del hormigón; la falta de algunas lajas; y una decena y media de cazuelas vacías en donde deberían existir retoños de tilo, completan un inventario con balance al menos incierto.
"Hay algunas cosas que pueden hacen parecer que el Teatro está peor de lo que realmente está" admite Leandro Iglesias, administrador general; "pero estamos haciendo un esfuerzo enorme para mejorar la situación; en el área de mantenimiento, para dar una idea, creamos una cuadrilla que se dedica especialmente a borrar y tapar pintadas".
"La obra no está terminada, y hay cosas en licitación, por lo que en algunas áreas directamente no tenemos incumbencia" aclara el funcionario: "por ejemplo, las plazas secas dan a dos áreas que no se han concluido".
IMPACTO DEL VANDALISMO
"El impacto del vandalismo es fácil de comprobar" considera Iglesias: "y no hay una estructura de seguridad que se pueda sostener las 24 horas en todo el perímetro". Una de las estrategias que se barajan para revertir la tendencia es la de ocupar todos los espacios disponibles con actividades culturales.
"Creemos que así va a estar mejor" se explicó: "además, estamos tratando de consensuar pautas de convivencia con los diferentes grupos que se acercan al lugar. Y existen cuestiones que no dependen de nosotros; los árboles están pedidos a la Municipalidad, pero el trámite lleva su tiempo. Las fuentes -además de ser sometidas al vandalismo- tienen filtraciones, y debajo están los talleres".
"En los últimos tiempos" recordó Iglesias, "reemplazamos luminarias, y colocamos mojones metálicos para que no se usen las explanadas como estacionamiento".
VECINOS
Quienes viven en los alrededores del complejo teatral realizaron sus reclamos y puntualizaron que "la esquina de 10 y 51 es un claro ejemplo del abandono que presenta el predio: la fuente no funciona, hay numerosas pintadas y la falta de higiene es alarmante".
Fuente: El Día
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