Al igual que los vecinos, dirigentes de la oposición y la entidad que nuclea a los médicos reclamaron soluciones para el sistema sanitario platense. No tienen servicio de guardia, y los profesionales perciben salarios bajos. Así es difícil luchar contra las enfermedades.
Casi como de la nada, Marta comenzó a sufrir un fuerte dolor de cabeza y un decaimiento generalizado, que en cuestión de minutos decantó en una descompostura que apenas la dejaba mantenerse en pie. Cuando quiso acordarse, no daba más; así que saltó de la cama, cruzó hasta lo de su vecina y le pidió que la llevara hasta la salita del barrio. Obviamente, la mujer lo hizo; pero al llegar se encontaron con que no había médico de guardia, y no tuvieron más remedio que seguir hasta el policlínico San Martín.
La Plata posee 43 salitas -o centros de salud municipales- que, según detalla la Comuna, “cuentan con equipamiento y personal profesional idóneo las 24 horas de los 365 días del año”. Pero Marta y aquellos que pasaron por una experiencia similar, saben que los postulados de la página oficial no siempre se ajustan a la realidad.
Gratuitas y en verdad muy concurridas, esas salitas fueron concebidas para mejorar “la accesibilidad a los servicios de los grupos sociales más vulnerables”. Se sabe que facilitan la primera visita al ginecólogo y la consulta pediátrica, para infinidad de mujeres y niños de las distintas localidades, pero arrastran ciertos inconvenientes que bien podrían alcanzar la categoría de mal crónico.
De hecho, a los reclamos de vecinos y pacientes se sumaron las voces de profesionales y dirigentes que salieron a pedir soluciones. Veamos: desde la Agremiación Médica Platense (AMP) enfatizaron que los salarios que perciben los profesionales son demasiado bajos; mientras que desde la Coalición Cívica indicaron que uno de los puntos débiles radica en el servicio médico de guardia.
¿Y el doctor?
“Ya no hay médicos de guardia en las salitas”, admitió un empleado de la unidad sanitaria de Abasto, al ser consultado por Hoy. Peor aún: según las denuncias, cubren las guardias con enfermeros que obviamente no pueden dar la misma respuesta que un médico.
Al margen de eso, ofrecen servicios de pediatría, ginecología, obstetricia, odontología, clínica médica, enfermería, vacunación, emergencias médicas y psicología. Están concebidas para la prevención y para actuar como una primera barrera que debería evitar la saturación de los hospitales públicos. Pero muchas veces, los servicios se suspenden por falta de profesionales.
A la mayoría se les reclama un servicio de trabajo social, que les permita conocer el barrio y luchar contra situaciones de riesgo que tienen su origen en el alcoholismo, la desnutrición, la violencia, las patologías emergentes y las drogas.
Según la página web oficial, el Centro nº 11 de Arturo Segui tiene guardia médica durante las 24 horas, pero alcanza con darse una vuelta por ahí para constatar que, al menos durante las últimas jornadas, sólo atendió de 14 a 17.30. Los vecinos llevan meses pidiendo una mejora que no los obligue a atenderse en otros lugares.
A su vez, en el Centro nº 1 de Los Hornos se vio un cartel que indicaba que los fines de semana no hay guardias médicas. Pero eso no es todo, ya que en varias de las salitas, cuando un médico se toma licencia, los pacientes tienen que esperar a que regrese para poder atenderse.
Las salitas atienden a mucha gente, pero no se sabe con precisión cuánta. De hecho, concejales de la oposición dicen que “es todo muy difuso”. En ese sentido, la edil de la Coalición Cívica, Susana Sánchez dijo a este medio que en 2008 se elevó un pedido de informes para conocer la cifra de niños con problemas de desnutrición, “pero no tuvimos respuesta del Ejecutivo”, que encabeza el intendente Pablo Bruera.
Los sueldos
Según el secretario general de la AMP, Claudio Cardoso, la ausencia de guardia y de médicos para cubrir ciertas especialidades tendría relación directa con “los bajos sueldos” que se les ofrecen.
Más aún, según el dirigente, los galenos que se desempeñan bajo la órbita municipal no tienen un escalafón o estatuto que les permita tener una carrera profesional. “Eso implica que la persona que atiende en la unidad sanitaria no tiene estabilidad laboral. Tiene un contrato mensualizado que hoy lo equipara en cuanto a salario con cualquier otro empleado municipal: puede ser médico, cuidador del zoológico o peón del cementerio”.
Los bajos salarios preocupan a la AMP debido a que generan una “migración permanente” de profesionales hacia otros centros asistenciales, generalmente privados. “Cuando encuentra una oportunidad de trabajo mejor, el profesional abandona rápidamente este sistema”,
dijo Cardoso, y agregó: “En lugar de fortalecerse, se debilita; pareciera que existe una
política de debilitamiento del sistema médico municipal”.
Según un relevamiento realizado por ese gremio, hay médicos y profesionales de las salitas que “perciben un sueldo que oscila entre los 1.400 y 1.800 pesos mensuales”.
Las quejas contra el funcionamiento de las unidades sanitarias llegaron incluso hasta la Legislatura bonaerense. Tan es así que el senador del GEN Luis Malagamba dijo que “cuando uno recorre los barrios, la gente pide que haya una mayor presencia de profesionales de la salud; pero los sueldos de los médicos están casi a la misma altura que los sueldos más bajos del sector”.
Agregó que “los niveles de sueldo son casi catastróficos y eso influye en todo. Yo no puedo tener un médico de primer nivel cuando no pueden soportar el nivel salarial bajísimo que tienen”.
En medio de la gripe A, las enfermedades respiratorias y la amenaza del dengue a la vista, debería buscarse un remedio para curar a las unidades sanitarias.
La primera respuesta
Las unidades sanitarias cumplen un rol estratégico en la prevención de las enfermedades, y contribuyen al fortalecimiento del sistema sanitario en tiempos de pandemia, como los que lamentablemente sufre nuestro país.
En ese sentido, el secretario general de la Agremiación Médica Platense, Claudio Cardoso, apuntó que las salitas deben funcionar correctamente para dar respuestas en casos de gripe A, bronquiolitis o dengue. Es cierto que existen hospitales públicos especializados en el combate contra esas afecciones, pero las salitas deben estar listas para dar la primera respuesta.
“No desconozco la necesidad de incorporar aparatología y tecnología, dotarlas de equipos de rayos y ecógrafos, pero para que eso funcione tiene que haber alguien que detecte primero qué pacientes van a utilizar ese aparato”, dijo.
No hay plan B para los remedios
La dotación de remedios en las unidades sanitarias depende del Plan Remediar del ministerio de Salud nacional. De acuerdo a ese organismo, los centros de salud representan una porción considerable de la oferta pública de servicios de salud.
En ese sentido, la concejal platense por la Coalición Cívica Susana Sánchez dijo que la preocupación radica en “la inexistencia de un programa o plan de acción alternativo, por si se llegara a suspender el servicio desde Nación”.
Preguntas que esperan respuestas
El bloque de concejales de la Coalición Cívica presentó un proyecto de ordenanza en el que solicita informes para conocer la situación actual de los enfermeros que trabajan en las unidades sanitarias.
La oposición quiere saber si se celebraron convenios con otras cooperativas de enfermeros, “ya que el contrato con las entidades que prestaban servicios finalizó el primero de abril del 2009”.
“Hace dos meses presentamos el pedido de informes y aún no tuvimos respuesta, nosotros necesitamos conocer cuáles son las cooperativas que prestan servicios hoy y cuánta gente trabaja. También si la secretaría de Salud municipal controla la actividad y la asistencia de los enfermeros. Necesitamos saber si alcanza el número de personal para todas las unidades sanitarias”, explicaron.
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