sábado, 22 de agosto de 2009

Cuando el teatro borra diferencias: “Candilejitas” presenta Cenicienta

Sábado 22 y el 29 de agosto, desde las 16 hs. en el Pasaje Dardo Rocha de La Plata

El reloj marcaba las 14.30. Chicos y grandes se preparan para el ensayo. De repente, las luces del escenario se encienden y Cenicienta aparece en escena. Raquel Mercurio, quien interpreta el personaje, vestida como la niña pobre y maltratada del cuento y con escoba en mano, se mueve como pez en el agua en el escenario.

Raquel es una de las jóvenes discapacitadas que pertenece al primer grupo de teatro integrado de La Plata, de la Asociación Civil Candilejitas, que hoy se presentará en el Pasaje Dardo Rocha motivado por una obra solidaria: con lo recaudado, se ayudará a los tobas de Chaco, a través de la Fundación Pequeños Gestos, Grandes Logros, que lidera la cantante Patricia Sosa.
“Hoy presentamos Cenicienta, una obra de teatro para grandes y chicos, protagonizada por personas discapacitadas y por gente de la asociación”, señaló Alejandro Ferrari, representante en La Plata de Grandes Logros.

“Además de ser un grupo de teatro integrado, somos un grupo solidario”, subrayó Álida Landucci, directora de Candilejitas. “Nos conmovimos mucho con la grave situación por la que atraviesan nuestros hermanos tobas y decidimos hacer la obra en solidaridad. Nos parece una obra faraónica. Es una gota en el océano, pero si todas las gotas se suman, aunque sea hacemos un charquito; esa es la idea”, agregó.

INTEGRACIÓN. “Nosotros trabajamos mucho en la integración, para poder incluir en la sociedad tanto a las personas con discapacidades diferentes como a los convencionales que, por ahí, como no tienen conocimiento, no saben el abordaje, se corren de vereda y discriminan por falta de información, de manera involuntaria”, afirma Landucci.

La directora destaca que es “sorprendente” el avance de los chicos cuando empiezan a trabajar en expresión corporal y en la actuación: “logran importantes avances en el lenguaje y en la comunicación con el mundo, con los demás”, explica.

Olga Monteiro, vicedirectora de la asociación civil, señala que “los chicos son como un pimpollo que se va abriendo, que va floreciendo”. “El teatro los motiva mucho. Nosotros somos testigos del avance, de ese florecer. Muchos puedan hablar, comunicarse, sociabilizarse, hacerse entender; cosas que muchos no hacían”, agregó.

Las mujeres no dudan en contar la historia de Juan García, un chico con síndrome de down que, según aseguran quienes lo conocen, sobre las tablas “encontró su lugar en el mundo”. “Juan sale a escena y es su vida. Despierta aplausos. Tiene un carisma muy especial. El padre nos dice que encontró su lugar”, afirma Olga. Porque ojo -aclara- son diferentes pero cada uno tiene sus potencialidades y aptitudes”, subraya.

APRENDIZAJE. En el grupo, todos aprenden de todos. “De los chicos discapacitados aprendimos lo que es la pureza, el amor. Su entrega es absoluta y hacen que tu entrega sea permanente hacia ellos. Por más que tengamos nuestras familias, nuestros dolores y alegrías, ellos son nuestras luces y los soles de Candilejita”, afirma conmovida Olga.
Oscar Goeta, de 83 años, también participa de la obra: “Siento la alegría de poder darles alegría a ellos”, sintetiza.

Fuente: Diagonales

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