martes, 18 de agosto de 2009

"En mi país, todo está en venta"

COMPROMISO. "Con el documental de Víctor Jara sentí que era parte de una generación obligada a recuperar la memoria".

La documentalista chilena, autora de El derecho a vivir en paz (sobre Víctor Jara) y Estadio Nacional habla de su nuevo trabajo, una investigación sobre la construcción de la Carretera Norte, en Santiago. "Elegí ese símbolo para mostrar el cambio de siglo en Chile", dijo.

Por: Horacio Bilbao

Durante los últimos años, los documentales de la chilena Carmen Luz Parot han dado la vuelta al mundo en un arduo peregrinar por reconstruir y recuperar la identidad y la memoria de su país. Adentro y afuera. Y durante esos mismos años, que siguieron a sus obras más conocidas, Parot volcó toda su energía al seguimiento de un proceso menos vinculado con las luchas setentistas pero que incluye reivindicaciones sociales y una mirada crítica que ya es marca registrada en ella. Crítica de los medios en su país y orgullosa de sus colegas documentalistas, Parot ha entrado en una nueva etapa. " El de la memoria es un tema primordial y por suerte están apareciendo infinidad de trabajos que la recuperan", dice. Con los cimientos bien firmes, ahora sale a hablar de los dramas actuales...

Con la crisis del periodismo, el documental como género gana relevancia en diversos terrenos, ¿cuál es el techo de ése fenómeno?

En el caso de mi país el documental es un movimiento que tiene mucha fuerza. Con más de 100 años y grandes exponentes, como Patricio Guzmán. Y pese a que los documentales chilenos no tienen espacio en los medios de comunicación, sí logran un nivel de difusión altísimo. Se venden en los kioscos y en cualquier plaza. Y en cualquier festival siempre estamos a sala llena. Existe mucho interés en Chile por el documental y hay una especie de orgullo por nuestras producciones, algo que no sucede con los medios ni con las producciones de ficción.

¿Cómo es ser una documentalista política en Chile?

Yo más bien me declaro como una documentalista de memoria. A mi generación le tocó vivir en un país que intentó borrar su historia, que hasta pensó que era posible hacer y a nosotros nos ha tocado trabajar para recuperar esas historias, esas imágenes, y convertirlas en documental.

¿Y qué valoración tiene el público de su trabajo? ¿Son documentales para una minoría con memoria o avanzan hacia públicos más globales?

Voy a responder como periodista. El periodismo en Chile se quedó muy atrás, es demasiado neutral. Hablo de una neutralidad que los pone en una situación cómoda frente al gobierno de turno. Y a esto viene una anécdota. Hace un tiempo se estrenó en Chile el documental de Ignacio Agüero, El diario de Agustín. Habla del diario de Agustín Edwards, El Mercurio, y repasa la complicidad de este periódico con las desapariciones y asesinatos en tiempos de la dictadura. No sólo los tapó y los silenció sino que fue cómplice y trabajó codo a codo con la DINA, la policía secreta de Pinochet, que no era tan secreta. Ese documental es un suceso y un éxito de público pese a que los medios lo ignoraron por completo. Hacía mucho que no veíamos colas tan largas para entrar a una sala.

Entonces sí, hay un lugar cada vez más amplio para hacer periodismo a través de los documentales...

El documental está más ligado al arte y está la subjetividad del creador y sus puntos de vista. Pero su éxito sí está directamente relacionado con las carencias del periodismo chileno.

¿Qué incidencia tuvo este rescate de la identidad? ¿Cambió la percepción de los chilenos sobre los dramas del pinochetismo?

Sí, cuando yo hice Estadio Nacional había muchísima gente que no sabía ni creía que ese lugar había sido un campo de concentración. Hoy hay más de 3 mil sitios reconocidos como tales en Chile. Hoy no hay persona en Chile que no reconozca entre esos 3 mil un lugares uno cercano a su barrio. Se dieron cuenta de que todo estaba más cerca de lo que creían. Ya es una verdad y la gente se anima a contar cada vez más cosas. Hoy en Chile se construye un museo de la memoria, algo con lo que ni siquiera soñábamos hace cinco años nomás. En estos últimos años hemos avanzado por todo lo que no se hizo en la década de los 90, cuando la democracia estaba totalmente congelada en Chile. Ahora eso cambió.

¿Y qué hay de las nuevas generaciones, cómo viven todo esto?

Las nuevas generaciones no tienen ese miedo al autoritarismo, algo que nuestras generaciones nunca pudieron superar. Vivimos con el temor a que algo malo va a pasar. Doy un ejemplo: Televisión Nacional, que es el canal público chileno, nunca se atrevió a dar el documental de Víctor Jara, pese a que había sido un éxito de ventas en Chile, Argentina y España. Decía que era triste y que iba en contra del ideal del pensamiento positivo, de la televisión familiar y de la cultura del entretenimiento, en la que el documental no encajaba. Para peor, la gente que decidía la no emisión del documental era gente que había luchado contra la dictadura. Se autocensuran. Y dicen que es para no ensanchar las heridas, para no provocar divisiones. Entonces arrancan con un reality...

Una paradoja aceptada...

Sí, pero allí no termina. Resulta que un canal situado más a la derecha en términos ideológicos termina adquiriendo los derechos del documental y lo pasa. Lo dan a las dos de la mañana, pero el resultado fue un rating altísimo muy superior al del reality del otro canal. Adjudicarse la sabiduría sobre el interés del público, es parte del miedo... Y por eso vemos un desplazamiento del público de la TV a Internet.

Pero Internet también puede ser un universo muy efímero...

Tal vez, pero el crecimiento de blogs y sitios alternativos son una gran salida sobre todo en un país en el que los medios y la prensa en general son tan malos. Cada vez hay menos relación entre estos medios y la realidad. Y por eso Internet es la herramienta de comunicación para la gente que está en otra cosa. Internet no tiene por qué ser efímera. Yo que trabajo con archivos, tengo acceso a bibliotecas, museos, coleccionista y gente de todo el mundo que está interesada en estos pequeños temas. Es fascinante.

¿Cuánto le debés a Víctor Jara tu elección de ser documentalista?

A todos los que trabajamos en es documental, nos marcó. Todos lo hicimos en forma desinteresada. Fue un milagro ese documental. Hoy sería imposible hacerlo. No teníamos recursos. Es una historia emocionante, el viento soplaba a favor nuestro. Cuando recuperamos esa cinta desde Perú con el concierto de Víctor Jara fue el momento cúlmine, pero pasamos por muchos otros instantes mágicos... Ahí sentí que era parte de una generación que estaba obligada a recuperar la memoria, y que de esta podían quedar los vestigios más frágiles. Hay que hacerlo porque los testigos se mueren, los materiales desaparecen, se descomponen. El de la memoria es un tema primordial y por suerte están apareciendo infinidad de trabajos que la recuperan.

Y eso te permite encarar proyectos diferentes, como el de la autopista, ¿de qué se trata?

Es un documental sobre el que llevo ya seis años trabajando, que son los 6 años que duró la construcción de la Costanera Norte, la primera carretera concesionada en Chile. En la ribera del río Mapocho, que es el río principal de Chile. Un río que se ha ido angostando y angostando a la par de esta carretera hasta que en la parte céntrica de Santiago, donde ya no se lo podía angostar más sin hacerlo desaparecer, la carretera se construyó bajo el cauce. Yo seguí de cerca el proceso de construcción de esta carretera, que es muy simbólica, porque recorre el centro de la ciudad, y lo hace sobre el cauce de este río. Es un documental sobre el cambio de siglo en Chile y el impacto de la inversión extranjera en un país que recibe y acoge como un hermano al extranjero, pero más si tiene dólares. Hablo de eso, de que en mi país todo está a al venta, y ya ven, somos el primer país en privatizar toda el agua. Mapocho es un símbolo de todo eso.

¿Y por qué un gobierno socialista como el de Bachelet permite que se mantengan ciertas situaciones?

No podría responderte eso. Creo que ya dejó de ser una decisión del Estado. Responde a un sistema de engranajes que se creó hace mucho tiempo...

Fuente: Revista Ñ
Victor Jara El derecho de vivir en paz :

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