Natalia Raffaeli es una de las cinco expertas en el mundo en asfalto ecológico con material de deshecho de la industria papelera, como es el lignosulfonato. Es platense, pero en 2002 se fue becada a los Estados Unidos a hacer una especialización en bio-recursos. Hace tres semanas regresó a la ciudad con la idea de aplicar sus conocimientos en el país. La joven de 33 años charló con Diagonales sobre su profesión, poco conocida pero cada vez más demandada ante la necesidad mundial de reemplazar el petróleo.
Apenas tiene unos días en La Plata y ya la contactaron para ofrecerle trabajo desde laboratorios de Esquel, pasando por Bariloche, Mendoza, Bahía Blanca, Rosario y hasta Tucumán. A pesar de la oferta, no será sencillo elegir en un país en el que la industria en torno a los bioproductos y bio-recursos es incipiente.
Natalia se doctoró con promedio 9,78 en la Universidad de Washington, en Seattle. Tenía la oportunidad de continuar investigando en ese país, pero ella y su marido, también platense y pianista clásico, decidieron dejar los 7 años en Estados Unidos para regresar a La Plata.
–Dejaste las grandes industrias norteamericanas para volver a La Plata sin nada en vista…
–No me lo digas que todavía lo sigo pensando (risas). En realidad, nos costó la decisión, yo me podía haber quedado haciendo un post doc, porque tenía esa oportunidad, o continuar trabajando allá, pero nos vinimos por motivos familiares y justo aprovechamos que a mí se me vencía la visa como becaria. Si no logramos reinsertarnos en la Argentina, ya sabemos que los dos tenemos trabajo allá. Mi marido más que yo, que es pianista clásico y acá está complicado para conseguir laburo. Pero vamos a ver qué pasa. Yo ya tuve varias ofertas, porque me contactaron a través del programa nacional "Raíces" que repatría científicos y está fomentado por el Conicet.
–¿De dónde te llamaron?
–De todas partes. Esquel, Bariloche, Rosario, Bahía Blanca, Tucumán, de la Universidad de San Miguel, de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Pero todavía no decidí qué hacer. Se complica con la familia irme al noroeste, por ejemplo, aunque sé que allá están desesperados por recursos humanos en estos temas, que son temas de punta: los bioproductos, los biocombustibles, la bioenergía. Por otro lado, me tienta porque a mí lo que me gusta es la ciencia aplicada: trabajar en soluciones para problemas reales de la población.
–¿En qué consiste el asfalto ecológico?
–En la industria pulpera, concretamente en el proceso de transformar la madera en pulpa para papel, queda un subproducto, un deshecho que es la ligninia. En lugar de tirarlo, uno de los usos que se está estudiando y aplicando es para hacer pavimentación ecológica, pero en lugares con bajo tránsito.
–Autopistas o microcentro platense, imposible…
–En la autopista Buenos Aires-La Plata no es aconsejable (risas). Es para zonas más rurales, de bajo tránsito. A nivel local, City Bell, Villa Elisa, Gonnet; la zona de quintas o ciudades del interior. Con los lignosulfonatos hay todo un proceso industrial y eso es en lo que me especialicé. Aplicándole el spray de lignosulfonato dos veces al año en los caminos se logra reducir el polvo, bajás los costos porque disminuís el consumo de combustibles fósiles y usás algo natural, totalmente inocuo. Hemos demostrado que no genera ningún tipo de consecuencias en la flora ni en la salud humana. Por otro lado, al ser biodegradable se va a descomponer por la acción de los agentes biológicos como las plantas y el sol, por ejemplo. El asfalto queda de color amarronado y no como el que conocemos por la lignina, pero realmente queda sólido. Solamente hay dos compañías en el mundo que trabajan con esto: una está en Canadá y otra en Holanda.
–¿Y hacerlo en la Argentina es una utopía?
–El problema acá, en realidad, es que no está desarrollado el proceso de la lignina. Las industrias del papel no tienen exceso y entonces la usan para energía. Y no sé si hay interés en procesar este producto para hacer asfalto ecológico. En Brasil, en cambio, se le da mucho uso a ese deshecho. En California y Texas ya se aplica en la pavimentación. Acá, el ministerio de Educación de la Nación está brindando muchos subsidios para todas estas áreas, pero es todo muy incipiente. Una de las cuestiones históricas que faltan en el país es la articulación de las universidades con la industria, que es en definitiva la que mueve el país. Hay muchas cosas para hacer: desde el Estado, hoy se está brindando dinero para crear laboratorios. Te dan el marco institucional y el espacio físico pero hay que armar los laboratorios: el equipo y la infraestructura. De todos modos, veo un interés de que el tema progrese.
OTROS RECURSOS. En la actualidad, dos leyes obligarán a recurrir a los bio-recursos: la ley nacional de biocombustibles que el próximo año comienza a regir y exige cortes del 2 por ciento de bioetanol en nafta, y del 5% de biodiesel en gasoil. Y la ley provincial de bolsas biodegradables que ya se puso en marcha, pero será de aplicación progresiva, teniendo en cuenta que en el país no se fabrica el plástico y el nylon biodegradables. En esos dos temas, Raffaeli es una especialista.
"En realidad, la especialidad es muy amplia. Aunque yo fui con el título de grado de la UNLP como ingeniera forestal, allá cambié de rumbo mi tesis doctoral y me volqué a estos temas", explica la joven, que desde la facultad de Ciencias Agrarias se fue con el mejor promedio de su promoción.
DESDE TUCUMÁN. El bioetanol es un alcohol limpio que deberá generarse a partir del año que viene en el país y que se puede hacer a través de la caña de azúcar. Para eso llamaron a la platense desde Tucumán. "De esta manera, las emisiones de dióxido de carbono de los autos serán bajas o nulas, una vez que se aplique la ley de biocombustibles. Por otro lado, se reduce el consumo de combustibles fósiles y si lo generás a través de los residuos (que es una de las formas) eliminás otro problema", aclara Raffaeli.
También se puede generar plásticos a partir de recursos naturales y dar descanso a los combustibles fósiles. "En la medida en que se vaya reglamentando la ley de bolsas, se necesitará de infraestructura. Es decir, se necesitará el acompañamiento industrial", explica la joven, que tendrá desafíos por delante de este lado del hemisferio.
Fuente: Diagonales
No hay comentarios:
Publicar un comentario