Una docena de operarios de la destilería de La Plata realizó esculturas a partir de desechos industriales. Desde el próximo miércoles estarán en exhibición en el Museo Provincial de Bellas Artes.
Haciendo gala a la ley Física de Lavoisier, un grupo de trabajadores de la destilería de YPF de La Plata puso manos a la obra hace tres meses para transformar el material altamente contaminante que desecha su industria en un objeto estético. Guiados por el artista plástico Sergio San Martín, en el Taller Arte Metalúrgico lograron convertir hierros, chapas y metales en esculturas, que desde el próximo miércoles podrán verse en el Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Petorutti (51 e/ 5 y 6).
La convocatoria a participar en estos singulares talleres de “arte metalúrgico” se lanzó algunos meses atrás, para aquellos que ya conocieran las herramientas y maquinarias industriales.
Planteados de manera optativa, fueron alrededor de veinte los trabajadores de YPF que se sintieron atraídos por anotarse. “De esos, quedaron doce personas muy diversas que participan del taller, porque cumplen distintas tareas en la industria: hay desde un ingeniero químico hasta un operario”, contó en diálogo con Hoy el artista y artífice de la propuesta, San Martín.
¿Cómo se le ocurrió recurrir a elementos tan poco convencionales como los residuos industriales? “Para mí el predio de desechos de la destilería es como Disneylandia. Estoy acostumbrado a ir por la calle y tirarme de cabeza si veo fierros tirados, caucho, cartones, todo me sirve para crear obras; tenerlo todo junto y en enormes cantidades facilita muchísimo la tarea”, señaló Sergio. Es un artista plástico autodidacta que adquirió su formación secundaria en una escuela técnica; de allí, hizo brotar su vocación entre artística e industrial.
“El proyecto es ligar al arte con el mundo del trabajo”, resaltó Sergio. Justamente, el eje básico de trabajo planteado, según comentó el artista, fue generar en los trabajadores de la destilería un cambio en la mirada de sus materiales cotidianos de trabajo, “ver sus herramientas habituales con otros ojos, y pensar en qué los pueden transformar”, dijo.
“Los metales fatigados, que fueron útiles para el destino con el que se crearon, llevan intrínsecamente una belleza que será trasladada a una nueva función, lejos de las fraguas, con la consiguiente resignificación de ese material de descarte”, resaltó San Martín.
El taller metalúrgico funcionó cuatro veces por semana durante tres horas por día, a lo largo de tres meses. El resultado fueron cuatro obras realizadas de manera colectiva y una obra individual de cada uno de los doce participantes. “Me sorprendió el grado de interés que mostraron operarios que venían al taller al salir de su horario de trabajo, dispuestos a seguir trabajando”, expresó el escultor. De por sí, es un trabajo, por cierto, que requiere de un montaje de grúas y de una férrea infraestructura, dados los materiales con los cuales se trabajó.
El proceso de transformación del desecho se dio a partir de visualizar las piezas de chatarra para captar lo que ellas mismas les generaban, tomándolas como las propias disparadoras de las formas de las esculturas. “Si bien para los operarios hablar de arte les suponía una distancia,
y no se sentían preparados, terminaron generando cosas increíbles y sumamente artísticas”, reconoció Sergio.
Vale decir que la ecológica iniciativa se articuló entre la empresa YPF y la escuela de educación técnica nº 6 Albert Thomas, en donde San Martín planteó particularmente realizar estos talleres industriales. También reunió al Instituto Cultural, la dirección general de Cultura y Educación y el ministerio de Trabajo. La exhibición se inaugurará el próximo miércoles y se mantendrá hasta el domingo 20 de diciembre, y podrá ser visitada de martes a viernes, de 10 a 19, y sábados y domingos de 16 a 19, con entrada gratuita. Luego, la muestra se mudará a inmediaciones de la empresa.
Más aún, para el año que viene, ya está pautado que el taller se repita en el Albert Thomas, incorporando también alumnos de la propia escuela.
Experimentando materiales
Sergio San Martín, escultor y coordinador del taller metalúrgico, nació en Pigüé, provincia de Buenos Aires, el 22 de junio de 1967. Luego de su egreso de la Escuela Técnica nº 1 Octavio Ducos, se radicó en la ciudad de La Plata para estudiar la carrera de Arquitectura.
En el año 2000 decidió incursionar de forma autodidacta en el mundo del arte tomando de la calle y de los desarmaderos todo aquello que para muchos ya no sirve, para convertirlos en grandes estructuras de hierro y metal que luego se transforman en productos artísticos.
Realizó diversas exposiciones. En el año 2000 hizo trabajos para coleccionistas privados, negocios y bares en la ciudad de La Plata, y participó junto al colega Carlos Regazzoni en el proyecto “Sol del 25” por diferentes ciudades del país y de manera permanente durante cuatro años en su atelier de retiro. En 2006 llevó adelante “Estación del Este” junto a Regazzoni en París. Ya en 2007 expuso en “Estilo Pilar 2007” en la Asociación Argentina de Polo, y en el Pasaje Dardo Rocha de La Plata. Hizo también Il Cavallino, en honor a Juan Manuel Fangio, que fue expuesta en el museo que lleva el mismo nombre en Balcarce. En 2008 repitió la experiencia en “Estilo Pilar 2008”.
Este año, expuso en el Centro Cultural Islas Malvinas, a la par de exhibiciones permanentes en la Galería “Ars Dúo” en Pilar, en “El Estudio Bar” de La Plata, en Casa “Atelier” de City Bell y en diversos bares y negocios de la ciudad de las diagonales.
Además, actualmente emprende varios proyectos relacionados con espacios públicos en la ciudad de Monte Hermoso y Pigüé, ambos generados y avalados por las direcciones de cultura de dichas ciudades, que han sido declaradas de interés provincial.
Sergio vive en Gonnet, en su particular casa-atelier, un vagón del año 1900, en un hermoso predio con grandes montañas de chatarras y aves exóticas que lo rodean.
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