El 30 de noviembre fue designado en Argentina, Día Nacional del Teatro en conmemoración del incendio del Teatro de la Ranchería, primer teatro que existió en la Ciudad de Buenos Aires.
El gestor de esta empresa fue el Virrey de las Luces, como se le llamaba al Virrey Vertiz. Esta primer Casa de Comedias se había inaugurado el 30 de noviembre de 1783 en las calles Perú y Alsina, Se trataba de una construcción humilde. Apenas un galpón muy grande con paredes de madera y techos de paja, pese a lo cual, tenías sus telones, bastidores, vestuario y decorados. En el patio, hileras de bancos y a los lados palcos. La entrada costaba $2 para los blancos y $1 para los que no lo eran.
El 15 de agosto de 1792 se inauguraba el templo de San Juan con grandes festejos. No faltaron la iluminación grasa de potro, ni el disparo de cohetes voladores. Quiso la mala suerte que uno de ellos cayera en el techo de “La Ranchería” y como no había elementos para sofocar incendios, nuestro primer teatro ardió hasta desaparecer.
Juan María Gutiérrez, en el texto antes citado dice que “se incendió en la noche del 16 de agosto de 1792, con uno de los cohetes disparados desde el atrio de la iglesia de San Juan Bautista del convento de Capuchinas, cuya colocación se celebraba. Algunos comentarios piadosos debieron hacer las madres y sus capellanes sobre aquel fuego del Cielo que reducía a cenizas la casa del error y de los placeres mundanos”. Lo cierto es que nunca se supo bien si fue un accidente o un atentado. Es de destacar que la jerarquía católica no veía con mucha simpatía la presencia del teatro, por considerarlo pecaminoso, ni compartía la política progresista del virrey Vértiz quien, además, había introducido la imprenta en la ciudad.
En 1789 se estrenó allí la primera versión de "Siripo", de Manuel José de Labardén, considerada la primera obra de un autor local.
El Teatro de la Ranchería recibió ese nombre porque era el lugar donde se encontraba la ranchería de los jesuitas (construcciones donde se alojaban los negros). En la Botica de Los Angelitos (Chacabuco y Alsina) se ponía un farol para anunciar las funciones. Desde un principio bastante humilde y cuestionada, la sala, poco a poco se fue transformando en el centro de la actividad lírica y teatral de la ciudad, gracias a la buena elección de obras y autores de la lírica y el teatro clásico español. A modo de homenaje, el centro cultural de la municipalidad de la ciudad de Junín, Argentina, también lleva el nombre del primer coliseo argentino.
Hasta la construcción del Teatro Coliseo en 1804, Buenos Aires permaneció sin teatro, pero la actividad se realizaba en cualquier lugar adecuado y accesible a los asistentes; y se la consideró como la sala de la revolución, quizá por lo cercana que ya se hallaba la revolución de mayo de 1810. En este teatro se estrenó El detalle de la acción de Maipú, cuyo autor se desconoce; una obra en la que se glosan con habilidad costumbres populares.
Fuente: cancionero, wikipedia, surdelsur, revistagalaxiaporteña
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