Bandas de rock infantil
Hace una década sonaron los primeros acordes y, desde entonces, no paran de sumar fanáticos. Los chicos, y también sus padres, compran sus discos y llenan las salas donde se presentan.
En una familia moderna los chicos mandan, y el mercado musical tomó nota de esa premisa. De a poco, los grupos de rock para chicos se hicieron fuertes y se convirtieron en una tendencia que crece.
Papando Moscas, La Banda del Musiquero Loco, Los sin Cebolla, Re-enchufaditos y Rompecabezas son algunas de las bandas que, aunque lograron desbancar a las canciones edulcoradas de María Elena Walsh, ya se perfilan como los favoritos de los más chicos.
Lo mejor de esos grupos tal vez no sea su teatral puesta en escena. Lo novedoso, lo que a padres y maestros más los atrae, es que en muchos casos se convierten en un primer acercamiento a la música para los chicos, a los instrumentos musicales, que dejan de lado por un rato el triángulo o los toc toc y se deslumbran con guitarras eléctricas o baterías.
Pero los nuevos rockers infantiles no sólo tocan rock. Papando moscas mezcla en su espectáculo blues, reggae y hasta tango. Mantienen una puesta y estética de recital de rock que atrapa la atención de los más chicos y les abren las puertas a estilos musicales a los que de otra forma se acercarían mucho más tarde.
Sin la organización de esta nueva camada de artistas, la tendencia tuvo sus primeros antecedentes en los programas El agujerito sin fin que conducía Julián Weich y en Cablín.
Mamá, soy fan del profe de música
Papando Moscas nació hace 11 años cuando Gustavo Libedinsky, un profesor de música para chicos, grabó el CD Mi primer rock en un trabajo para una escuela. Con esa experiencia y la propuesta del Hard Rock Café de tocar el Día del Niño de 1998, el maestro empezó a llamar a músicos amigos para formar la banda.
“Ellos habían escuchado un cassette que grabé para un colegio, con máquinas, y me ofrecieron venir a tocar esos temas para el Día del Niño. Convoqué a unos amigos con los que tocaba en otros grupos, con la idea de hacerlo por única vez, pero nos fue súper bien y nos quedamos con ganas. Entonces, empezamos a darle forma al proyecto de la banda”, contó alguna vez Libedinsky.
Los grupos de rock para chicos no sólo respetan los arreglos y la sonoridad del género, también tienen letras propias en las que le ponen ritmo a problemas cotidianos que tienen los chicos como el dramón de ir a bañarse, de levantarse para ir a la escuela o la manía de pedir “comprame todo”, todos con un costado gracioso que funciona como un imán también para los papás.
Las bandas de rock infantil hacen covers de grandes éxitos de los Beatles, como Lucy in the sky with diamonds, que Papando Moscas versionó en castellano. El caso de la banda de Libedinsky es el más parecido a una banda de rock tradicional: sus presentaciones son recitales en lo que los chicos no tienen tanta participación -como en los de Sin Cebolla o La Banda del Musiquero Loco- porque se definen como un grupo de rock neto en el que sí le dan mucha importancia a lo actoral para captar la atención de los chicos, pero su intención es más que nada que disfruten de buena música.
El grupo presentó su último trabajo Pequeños éxitos el domingo pasado en el Centro Cultural Konex del barrio porteño del Abasto, y este domingo 29 de noviembre va a volver a tocar ahí a las 16. El show es al aire libre, pero si llueve no se suspende, se pasa a una de las salas del centro Cultural.
Además de Libedinsky, Papando Moscas está compuesto por Mabel “Inmaculada” Salerno en actuación y coros, Eduardo “Pitu” Cimino en guitarra y coros, Pablo “Salmón” Zagare en bajo y coros, Leandro “Mr. Lep” Baltaian en teclados y coros y Nicolás “Artesano” Cotton en batería.
Además de las canciones más conocidas, el grupo presentará los temas que van a formar parte de La hora de la pavada, su próximo espectáculo. “Tenemos previsto tocar por el interior del país y también salir al exterior, porque es un estilo con el que nos sentimos muy cómodos y el público que nos sigue es el que nos da fuerzas para seguir por el mismo camino”, contó el líder del grupo.
De Say No More Orchestra a la música delirante para chicos
Las bandas de rock para chicos tienen la misma calidad musical que las que se suben a los escenarios del Luna Park o las que llenan estadios de adolescentes y no tanto, que revolean trapos con estribillos pegadizos. La Banda del Musiquero Loco está integrada por dos músicos que formaron parte de los grupos de rock nacional más conocidos. Mariela Chintalo tocaba en Say No More Orchestra, la misma que acompañó a Charly García, y Diego Dubarry tocó con músicos como Fito Páez. Pero ahora editan discos infantiles que son casi un lujo: El sapito rockerito, uno de los CD’s de la banda tiene participaciones especiales de Celeste Carballo, Pipo Cipolatti y hasta del mismísimo Charly García.
El grupo recorre con melodías de blues, pop, vals, desde los “kilomberosos” que no se quedan quietos y encima se portan mal en la escuela, hasta el miedo a los fantasmas. Durante cinco años Dubarry y Chintalo mantuvieron el proyecto para los chicos en paralelo con la música para “grandes” que tocaban con Charly, pero al final se decidieron a dedicarse de lleno a los chicos. “Quisimos hacer buena música para chicos, con buena instrumentación, con mucho tiempo de trabajo, en el sonido, en las letras”, dijo Diego Dubarry.
Fuente: Hoy
Hace una década sonaron los primeros acordes y, desde entonces, no paran de sumar fanáticos. Los chicos, y también sus padres, compran sus discos y llenan las salas donde se presentan.
En una familia moderna los chicos mandan, y el mercado musical tomó nota de esa premisa. De a poco, los grupos de rock para chicos se hicieron fuertes y se convirtieron en una tendencia que crece.
Papando Moscas, La Banda del Musiquero Loco, Los sin Cebolla, Re-enchufaditos y Rompecabezas son algunas de las bandas que, aunque lograron desbancar a las canciones edulcoradas de María Elena Walsh, ya se perfilan como los favoritos de los más chicos.
Lo mejor de esos grupos tal vez no sea su teatral puesta en escena. Lo novedoso, lo que a padres y maestros más los atrae, es que en muchos casos se convierten en un primer acercamiento a la música para los chicos, a los instrumentos musicales, que dejan de lado por un rato el triángulo o los toc toc y se deslumbran con guitarras eléctricas o baterías.
Pero los nuevos rockers infantiles no sólo tocan rock. Papando moscas mezcla en su espectáculo blues, reggae y hasta tango. Mantienen una puesta y estética de recital de rock que atrapa la atención de los más chicos y les abren las puertas a estilos musicales a los que de otra forma se acercarían mucho más tarde.
Sin la organización de esta nueva camada de artistas, la tendencia tuvo sus primeros antecedentes en los programas El agujerito sin fin que conducía Julián Weich y en Cablín.
Mamá, soy fan del profe de música
Papando Moscas nació hace 11 años cuando Gustavo Libedinsky, un profesor de música para chicos, grabó el CD Mi primer rock en un trabajo para una escuela. Con esa experiencia y la propuesta del Hard Rock Café de tocar el Día del Niño de 1998, el maestro empezó a llamar a músicos amigos para formar la banda.
“Ellos habían escuchado un cassette que grabé para un colegio, con máquinas, y me ofrecieron venir a tocar esos temas para el Día del Niño. Convoqué a unos amigos con los que tocaba en otros grupos, con la idea de hacerlo por única vez, pero nos fue súper bien y nos quedamos con ganas. Entonces, empezamos a darle forma al proyecto de la banda”, contó alguna vez Libedinsky.
Los grupos de rock para chicos no sólo respetan los arreglos y la sonoridad del género, también tienen letras propias en las que le ponen ritmo a problemas cotidianos que tienen los chicos como el dramón de ir a bañarse, de levantarse para ir a la escuela o la manía de pedir “comprame todo”, todos con un costado gracioso que funciona como un imán también para los papás.
Las bandas de rock infantil hacen covers de grandes éxitos de los Beatles, como Lucy in the sky with diamonds, que Papando Moscas versionó en castellano. El caso de la banda de Libedinsky es el más parecido a una banda de rock tradicional: sus presentaciones son recitales en lo que los chicos no tienen tanta participación -como en los de Sin Cebolla o La Banda del Musiquero Loco- porque se definen como un grupo de rock neto en el que sí le dan mucha importancia a lo actoral para captar la atención de los chicos, pero su intención es más que nada que disfruten de buena música.
El grupo presentó su último trabajo Pequeños éxitos el domingo pasado en el Centro Cultural Konex del barrio porteño del Abasto, y este domingo 29 de noviembre va a volver a tocar ahí a las 16. El show es al aire libre, pero si llueve no se suspende, se pasa a una de las salas del centro Cultural.
Además de Libedinsky, Papando Moscas está compuesto por Mabel “Inmaculada” Salerno en actuación y coros, Eduardo “Pitu” Cimino en guitarra y coros, Pablo “Salmón” Zagare en bajo y coros, Leandro “Mr. Lep” Baltaian en teclados y coros y Nicolás “Artesano” Cotton en batería.
Además de las canciones más conocidas, el grupo presentará los temas que van a formar parte de La hora de la pavada, su próximo espectáculo. “Tenemos previsto tocar por el interior del país y también salir al exterior, porque es un estilo con el que nos sentimos muy cómodos y el público que nos sigue es el que nos da fuerzas para seguir por el mismo camino”, contó el líder del grupo.
De Say No More Orchestra a la música delirante para chicos
Las bandas de rock para chicos tienen la misma calidad musical que las que se suben a los escenarios del Luna Park o las que llenan estadios de adolescentes y no tanto, que revolean trapos con estribillos pegadizos. La Banda del Musiquero Loco está integrada por dos músicos que formaron parte de los grupos de rock nacional más conocidos. Mariela Chintalo tocaba en Say No More Orchestra, la misma que acompañó a Charly García, y Diego Dubarry tocó con músicos como Fito Páez. Pero ahora editan discos infantiles que son casi un lujo: El sapito rockerito, uno de los CD’s de la banda tiene participaciones especiales de Celeste Carballo, Pipo Cipolatti y hasta del mismísimo Charly García.
El grupo recorre con melodías de blues, pop, vals, desde los “kilomberosos” que no se quedan quietos y encima se portan mal en la escuela, hasta el miedo a los fantasmas. Durante cinco años Dubarry y Chintalo mantuvieron el proyecto para los chicos en paralelo con la música para “grandes” que tocaban con Charly, pero al final se decidieron a dedicarse de lleno a los chicos. “Quisimos hacer buena música para chicos, con buena instrumentación, con mucho tiempo de trabajo, en el sonido, en las letras”, dijo Diego Dubarry.
Fuente: Hoy
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