jueves, 3 de septiembre de 2009

Tres grandes obras en pequeños teatros

Justificar a ambos ladosLa pelea sin fin y un gran texto. Laura Merlino logra una delicada interpretación de una costurera de los años 40, íntima y solitaria. En tanto el premiado Carlos Portaluppi juega un rol protagónico en una adaptación de Casa de Muñecas de Ibsen.

Un unipersonal sobre el dilema de una costurera que debe elegir entre Libertad Lamarque y Evita y dos versiones de Henrik Ibsen dirigidas por Daniel Veronese.

Leni González / Natalia Laube.

Lejos de las luces de la Avenida Corrientes y de las rutilantes marquesinas de las grandes producciones teatrales, en dos pequeñas salas se pueden ver tres obras que muestran otra faceta del talento que existe en el teatro argentino.

Por un lado en Tadrón Teatro se presenta Nada del amor que produce envidia, el unipersonal basado en una investigación de su protagonista, María Merlino, escrito por Santiago Loza y dirigido por Diego Lerman, dos nombres vinculados al mundo del cine que aquí resumen, en un taller de costura, un enfrentamiento mítico de los 40: Evita versus Libertad Lamarque.

En El Camarín de la Musas, Daniel Veronese vuelve a incursionar con el realismo europeo como hace cinco años cuando decidió revisitar a Chejov, ahora se despachó con dos versiones de Henrik Ibsen: Casa de muñecas y Hedda Gabler. En la primera, El desarrollo de la civilización venidera, con actuaciones de Carlos Portaluppi, Maria Figueras y Roly Serrano. La otra adaptación es Todos los grandes gobiernos han evitado el teatro íntimo con Claudio Da Passano y Elvira Onetto.

Fuente: Crítica

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