viernes, 25 de septiembre de 2009

Jens Nielsen

EN VARIOS FRENTES. NIELSEN VIVE EN ZURICH DONDE TRABAJA EN TEATRO Y RADIO

Actor, locutor, perfomer y autor. El suizo estuvo en la Argentina para presentar "Idilio final", texto que integró el ciclo de Dramaturgia Europea Contemporánea.

Por: Juan José Santillán

"Intento entender la vida como una secuencia interminable de errores. Me interesa la relación entre el ridículo, el delirio de poder, la incompetencia y el miedo. Y explorar el equilibrio entre estos elementos. Crear momentos en el escenario en los que el espectador de repente sienta que la risa se queda atravesada en la garganta."

De ese modo, el suizo Jens Nielsen (1966) delinea algunos aspectos de su obra. El actor, locutor, perfomer y autor de textos para teatro y radio visitó la Argentina y Chile para montar con directores sudamericanos Idilio final, texto que integró el ciclo de Dramaturgia Europea Contemporánea, que culmina en Capital Federal la semana próxima. En Chile la pieza fue estrenada en formato semimontado por Luis Ureta. Aquí, realizó funciones en Espacio Callejón, en la versión dirigida por Agustina Muñoz interpretada por un grupo de actores del circuito alternativo porteño.

Nielsen es un creador multifacético, entre los más destacados en su país. Idilio final trabaja a partir del recuerdo de una familia y la invención de su identidad a partir de evocar fragmentos de su pasado: una familia disfuncional a la suiza. "Siempre había escrito sobre relaciones de pareja o, en todo caso, monólogos -dice-. Y tenía ganas de escribir algo sobre la familia y el tema además le interesaba al colectivo "Trainingslager", con quienes trabajé por primera vez en esta pieza. A esto se sumó el recuerdo de mi padre que murió cuando yo tenía 15 años. Mi padre tenía cáncer, de modo que su muerte no fue algo que ocurrió de un día para el otro; al principio parecía que se la podía negar o evitar, hasta que terminó siendo un hecho. Por eso, la pregunta que disparó el texto fue ¿qué sucede cuando la muerte llama a la puerta de una familia y, por decirlo de alguna manera, se queda por un tiempo?"

Una de las experiencias que marcaron la producción de Nielsen fue el trabajo en el grupo "Die Engelmaschine", donde conoció a Aglaja Veteranyi, mujer que provenía de una familia circense del este europeo y marcaría intensamente tanto su vida como sus creaciones. "Trabajar con ella, que en ese momento era mi docente de actuación y luego fue mi pareja, marcó y determinó mi desarrollo como performer y autor -recuerda Nielsen-. Compartíamos el amor por lo irracional, lo absurdo; el humor llevado al extremo y lo ilógico en la labor teatral. Hacíamos performances con una fuerte marca literaria y una vez al año montábamos una obra que, en general, trataban de las dificultades de la vida en pareja. En algunos trabajos también se colaba el trasfondo biográfico de Aglaja. Quizá alguien recuerde a su padre, el cómico Tandarica, que trabajo en la TV hasta comienzos de los 90. Lamentablemente, el suicidio de Aglaja puso fin a nuestro trabajo abruptamente".

Nielsen mantiene una relación de ida y vuelta entre sus textos y la puesta en escena. En las perfomances la palabra pasa directamente por su cuerpo. Dice: "Estudio durante meses la obra para que esto me permita, no cambiarlo a gusto, pero sí surfear por el texto según la atmósfera de la noche. En mis performances el texto ocupa un lugar central. En general lo que sucede es lo siguiente: un personaje entra en escena y narra una o varias historias. La utilería se compone de accesorios que, por ejemplo, descienden sobre el escenario colgando de hilos, a menudo incluso por encima de las cabezas de los espectadores. Son como intervalos lúdicos, a veces acompañados de música, que sirven para reavivar la escena entre narración y narración."

Cuando escribe para un elenco formado previamente a su intervención como autor, el planteo de su proceso de trabajo contiene otras preocupaciones. "Cuando termino una obra, me gusta dejarla librada al director y a los actores", explica. "Claro que alguna vez puedo sentirme decepcionado, pero creo que el objetivo de cualquier labor teatral no es tratar de no decepcionar al autor. Para mí lo más importante del trabajo con el texto es la etapa de pulido, de trabajo con el ritmo, o incluso de dosificación de los juegos con el lenguaje y selección de las palabras".

Actualmente, Jens Nielsen vive en Zurich donde generalmente desenvuelve su trabajo tanto en teatro como radio. De la vinculación entre la dramaturgia Suiza y la maquinaria de producción alemana, señala que "en términos generales, creo que lo importante es que exista la mayor diversidad posible de autores y de escrituras. Por ejemplo, Idilio final no pretende ni puede denunciar una problemática social, ni mejorarla. Podría haber sido escrita hace veinte años en Alemania y no hace poco en Suiza. Es el resultado del abordaje introvertido de mi manera de mirar el mundo. Cuando hablo así de mis obras no quiero decir que no tengan valor, sino sólo ofrecer mi mirada alternativa de cómo también puede ser el teatro."

Agradecimiento: Carla Imbrogno
Fuente: Clarín

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